Publicado el

Perplejo y tiritando

En este Día de Canarias, me encuentro dolorosamente perplejo por el asunto del futbolista canario Rubén Castro, en una semana en la que la violencia machista ha sido especialmente virulenta.
zztdudh-300x213[1].jpgEn este Día de Canarias, estoy muy decepcionado por el simulacro de Feria del Libro de Las Palmas de Gran Canaria, porque la cultura, si nunca fue plato del gusto de lo público, ahora es que ni alcanza el postre. Y así nos irá.
En este Día de Canarias, me asquea el cruce de acusaciones, disculpas inverosímiles y desidia general ante la situación social y laboral en nuestras islas, con un canario de cada tres en el desempleo. Unos por otros y la casa sin barrer.
En este Día de Canarias, siento escalofríos por la sentencia inhumana de la Corte Suprema de El Salvador, que en la práctica condena a muerte a una joven enferma de 22 años, al impedir la interrupción del embarazo de un feto cuya vida es inviable por tener malformaciones tan terribles como la carencia de cerebro. Tirito ante tanta cerrazón, aunque seguramente tiene más que ver con la crueldad, la hipocresía y la conculcación de Derechos Humanos fundamentales. Sigo tiritando porque me aterra que una ley así sea la que predique Rouco y redacte Gallardón.
En este Día de Canarias…

Publicado el

Día de Canarias… ¿Seguro?

zzztttFoto0593.JPGEl 30 de mayo es para celebrarlo con timples, trillas, saltos del pastor y todas esas actividades ligadas a la ruralidad, porque parece ser que Canarias es ruralidad pura aunque la mayor parte de la gente sea urbanita. Cuando hablamos de humor canario, tiene que parecerse a Pepe Monagas, si es de música nos remitimos a las chácaras, si es de literatura, otra vuelta a Nijota y «La Perejila», si es arte, mejor que tenga que ver con el paisaje o el guachismo… Eso sí, cuando hablamos de deportes, lo canario de pura cepa es el fútbol, faltaría más. No es humor canario lo que no tenga que ver con Chonas y Chojuanes, no es música canaria el buen rock que se hace en las islas, no es cine canario si es de género fantástico, no es canaria la literatura que se salga de temas costumbristas, no es arte canario si no representa palmeras, roques ocaseríos (las arpilleras y las espirales se salvaron porque molaron fuera): y por otra parte, se adora a futbolistas nacidos en Abades o Arguineguín, que juegan muy lejos y que como son la esencia de la canariedad son hijos predilectos, adoptivos, medallas de nosecuántos, y se adora a los equipos locales que están compuestos por sudamericanos, peninsulares, africanos ecuatoriales, europeos varios y algún canario, que apenas destaca vuela. Para unas cosas, ser canario es emular al viejo campesino o al costero de barriada y acudir al arrastre de bueyes (aunque no distingan un buey de una vaca); para otras es practicar un juego inglés, que nada tiene de autóctono. Una contradicción más, la enésima, de una tierra que cada vez sabe menos de sí misma, y no estoy hablando de nacionalismo. En fin, que pasen un feliz día de fiesta que a lo mejor es de Canarias.

Publicado el

Hay que actuar ya contra la violencia

Hay grupos de jóvenes que han hecho de la calle su hogar, y en los patios de recreo de los colegios abunda la violencia. Cada vez son más los jóvenes para los que el que trabaja es un «pringao», y ellos, sin oficio ni beneficio, quieren llevar zapatillas de marca, «pelucos» caros y dinero en el bolsillo para las «birras». Este clima de violencia que se vivía hace unos años en algunas zonas de las ciudades empieza a ser generalizado. zzzviolencoto0631.JPGSi yo fuera mujer, me lo pensaría mucho antes de echarme novio, porque pudiera suceder que un día quisiera dejarlo y por ello me estuviesen esperando siete puñaladas, que pueden caer incluso si sigue con él. Tenemos una generación quebrada por la heroína, otra muy dañada, otra arrasada por el paro juvenil y la que se avecina secuestrada por la violencia. Ese no es un buen futuro común, si, además, la sociedad se alimenta de miedo físico. No es hora ya de filosofar y de plantearnos la tópica pregunta de qué hemos hecho mal. Por lo que se ve, lo hemos hecho mal casi todo, y no empecemos a echar culpas a los políticos, a los medios, al divorcio, al paro o a la droga. Todos somos culpables. Olvidemos por un momento el debate inútil que siempre se encamina hacia quién va a gobernar en el futuro. Si no ponemos remedio a tanta violencia, en este país no va a poder gobernar nadie, viviremos en un estado policial y empezará la tentación de que cada uno se tome la justicia por su mano. Esta violencia latente y cada vez más expresa en nuestra sociedad puede acabar con nosotros si antes no acabamos nosotros con ella.