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Carta de un Autónomo

Me parece increíble que nuestro Gobierno se sienta orgulloso, de que solo en la primera jornada del “cheque para familias vulnerables” se genere más de medio millón de solicitudes. ¡Solo el primer día! ¿Cómo se puede estar orgulloso de tener a millones de personas sufriendo una delicada situación económica? Causa verdadero sonrojo, la maniobra electoral de auténtica república bananera del cheque de 200 euros, con que nos castiga su Sanchidad. Primero te lo quitan, para inmediatamente después, y sin reírse, decirte que te regalan una ayudita. Y por si fuera poco, las personas que se vean obligadas a solicitar la ayuda, deberán declararla ganancia patrimonial. ¡Tenga cuidado porque a lo mejor el “regalo” está fiscalmente envenenado! En cada hogar, vamos a pagar de media 4.700 euros al año más, que en el 2019, para que nos escupan con los bonos culturales, los juveniles, los de no sé qué… Que nos dejen de esquilmar, que ya los ciudadanos, como siempre, intentaremos salir adelante.

Como desgraciadamente no todas las empresas conocen o pueden pagar a un “buen mediador” el tejido productivo español continúa desangrándose lentamente. Desde el 2019, ejercicio en el que no se le podía echar la culpa a Putin de las necedades del desgobierno, han aumentado las bancarrotas en casi un 150%. A partir de 2021 se registraron 5.870, un 60,4% más que las 3.658 de 2020 (y muy por encima de las 3.942 de 2019). En ese mismo año el crecimiento de la Unión Europea fue del 5,2% y de la eurozona del 6,6%.

Si nos remontamos al año pasado, en 2022 el resultado ha sido igual de negativo para nuestro país. Este año se registraron 9.606 peticiones de bancarrotas, un crecimiento del 64 % respecto de los ya elevados datos del ejercicio anterior. La mayor parte de estas quiebras no se producen en grandes empresas con millonarias facturaciones, sino que acontecen en PYMES y en trabajadores autónomos, que engloban el 97% del tejido empresarial español, generando el 65% del empleo y artífices de la mitad de las exportaciones e importaciones de nuestro país.

Pues hablando de los más castigados, del verdadero soporte de la economía española, corre por las redes sociales un emotivo, y muy clarificador documento, con el título de Carta de un Autónomo. Puedes encontrar el documento en la web de Canarias Despierta y Unida. Este combativo colectivo que tanto ayuda, facilitando información que nos permita ejercer nuestros derechos más elementales, cada día desarrolla un trabajo tan vigoroso como necesario. En estos tiempos de engaño y confusión, de silenciosa limitación de libertades, estas plataformas ciudadanas, carentes de vinculación política, resultan valiosísimas.

Este documento nos habla del día a día de Pedro, un autónomo que mantiene una panadería en Las Palmas de Gran Canaria. Narra su abnegado trabajo por sacar adelante el negocio, y con él a su familia. Lo difícil que es luchar contra las grandes superficies, generar valor añadido y sobrevivir a una asfixiante normativa que cercena hasta al emprendedor más vigoroso.

 

Describe con emotivos detalles la vida de tantos autónomos y pequeños empresarios, que realmente son el motor económico de este país, los verdaderos generadores de empleo y riqueza de la nación. Lamentablemente sin capacidad de lucha como colectivo, son y serán el sector siempre castigado, por unos políticos absolutamente desconectados de la realidad. En carta de un autónomo también nos encontramos con el anunciado y previsible final de tantos, que han dejado su trabajo, ahorro e ilusiones en la cuneta, ante la pasividad de una sociedad que se doblega frente a la cómoda globalización, y unos sicarios endiosados, convencidos de la altura moral de sus alocados mandatos e hipócritas propuestas.

Como última muestra de una sociedad de doble rasero, domesticada a base de burdas falsedades repetidas incesantemente, tenemos la entrega de los premios GOYA. La marca “GOYA” tiene peso, pero está marcada a fuego, con el sello de tantas subvenciones justificadas por la más burda propaganda. Genera apoyos, pero también rechazo y no solo se asocia a valores como el cine o la cultura sino también a otros más polémicos como el servilismo político, la sensibilidad “de escaparate” y la medida agitación de las redes clientelares del poder. Un nuevo evento de peloteo fatuo, de loas a la mayor gloria de nuestros gobernantes, y, por supuesto, ni una pequeñísima mención a una guerra que les importa un rábano, o de una crisis económica que no les afecta. Por supuesto que en sus glamurosas fiestas tampoco se menciona a los autónomos. A éstos de la cultureta progre, los autónomos no les hacen falta para nada, siquiera como espectadores de unas salas siempre vacías, ante la desconexión de una sociedad a la que le amargan y aburren sus rancias proclamas ideológicas.

Somos muchos, posiblemente la mayoría, los que estamos preocupados por la situación económica, por la estabilidad laboral, por el futuro de nuestros hijos, en definitiva, por un futuro cada día más imprevisible. Las chorradas del catecismo progre, las políticas de género o la ley del bienestar animal, no son ninguna prioridad. No digo que algunas no sean importantes, sino que no constituyen los temas que acucian a la gente, a los que estamos en el día a día, batiendo el cobre. Si además, lo gestionan unos inútiles, que todo lo que tocan lo embarran y deterioran, pues apaga y vámonos.

No lo dudes, estamos asistiendo a una auténtica revolución, pero al revés. Más o menos discreta, más o menos doméstica, sin barricadas o  palacios de invierno, pero revolución al fin y al cabo. Revolución política por la descomposición de las soberanías nacionales, revolución económica por la transformación del capitalismo tecnológico, revolución cultural por la adulteración absoluta de los valores sociales. Antiguamente las revoluciones las lideraba el pueblo, o eso pensábamos. Hoy, no. La revolución de hoy no la protagoniza el pueblo, sino las élites, esto es, los que mandan.

Somos muchos a los que nos preocupa, o ilusiona lo cotidiano. Personas que no merecen perder su tiempo leyendo deformantes consignas totalitarias en formato de 280 caracteres. Alejémonos de las verdades narradas desde la comodidad del “trending topic” o desde la ocurrencia de un tuitero necesitado de amor y “likes”. Hemos de buscar retos e inspiración en el personal menos expuesto a la sobreinformación, que es ya síntoma de deterioro y fuente de absoluta sumisión. Basta ya de callar y bajar los brazos, basta ya de que quien calla otorga y empuñemos argumentos, que son muchos y rotundos. En la España anestesiada, ni el silencio es auténtico, porque hay indignación, pero no tenemos arranque, ¡Por ahora!

Luis Nantón Díaz

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Tarjeta Roja

Al gran Timonel, a nuestro ínclito líder supremo, cada día le queda menos para la tarjeta roja. El problema es que él lo sabe, y, además, le importa un pimiento. Cuando solo quedan 45 días para que finalice el año en curso, todavía este gobierno no ha autorizado transferencias por valor de 22.000 millones de euros, si pretende cumplir sus propios objetivos. Lo que se le da muy bien a estos iluminados es poner nombres fantásticos a sus proyectos, siempre resilientes y muy del espacio sideral, pero otra cosa bien diferente es cumplir programas, estrategias y objetivos.

De los 11 Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE), solo han repartido 2.500 de los 33.100 millones de euros comprometidos, aprobados por el Consejo de Ministros. Si consideramos que el propio Gobierno le atribuye una importancia capital a estos proyectos, y que se trata de un vehículo para que el dinero llegue a las empresas, esta demora es un pésimo dato para la ejecución de los Next Generation. Ven, otro nombre super bonito y molón.

De la información que facilita el propio Ministerio de Economía, en el último mes registrado por la IGAE,  apenas se ha avanzado en la autorización de 730 millones € de fondos europeos, lo que conlleva que en septiembre se ha ejecutado solo el 2,6% de todos los fondos disponibles y concertados, ralentizando el crecimiento del volumen de recursos, que hasta la fecha apenas ha aumentado un 10% respecto del segundo trimestre 2022.

Todo esto, debemos unirlo a la subida de tipos implantada por el Banco Central Europeo, fustigado por la Reserva Federal de EE. UU, en su firme objetivo de luchar contra la inflación. El problema añadido, es que el gran perjudicado de la subida de los tipos fue la demanda de los préstamos con fines de inversión, que mantiene la caída que inició en el segundo trimestre. Se espera una potente ralentización de la inversión empresarial para el próximo semestre, y pone como ejemplo el recorte del 0,4% hasta agosto de la tasa de crecimiento de producción industrial y el retroceso del PMI de nuevos pedidos registrado durante el tercer trimestre. No llegan los fondos europeos, los interventores europeos nos acusan de que no está claro el destino efectivo de los fondos entregados hasta el momento, y el gran timonel preocupado por desenterrar a más gente.

Se le acaba el tiempo para la ejecución de los fondos europeos Next Generation del año 2022, y por lo tanto se nos acaba también al resto del personal, menoscabando peligrosamente cualquier leve indicio de recuperación. El último dato de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) determina que hasta septiembre se han autorizado transferencias por valor de 6.347 millones de euros, lo que supone el 22,3% de los 28.447 millones consignados en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2023. Pese a todo, el Gobierno continúa bloqueando, en su ineficacia, el reparto de estos muy necesarios recursos.

Hace dos meses constatamos el peor crecimiento mensual de este ejercicio 2022, y no se corrige la funesta tendencia. Desde que en marzo se comenzaran a registrar los pagos realizados, no se había avanzado a un ritmo tan lento. La ejecución creció en abril en 900 millones, un 75% más; en mayo aumentó en 460 millones (un 29% más); en junio se ejecutaron pagos por valor de 575 millones (un 27% de crecimiento; en julio fueron 1.880 millones, con un alza del 71%; y en agosto se llegó a los 1.120 millones, un 25 % de mejora mensual). Pero no es suficiente, y, sobre todo, es una ralentización que no está justificada.

En privado el Gobierno reconoce los problemas, pero en público sigue insistiendo en que el reparto de fondos transcurre estupendamente. Una situación contradictoria que llega en unos momentos en que Bruselas ya ha advertido de que el retraso en la ejecución de los fondos podría entorpecer las transferencias que España debe recibir en el marco del Plan de Transformación y Resiliencia. En sus diferentes comparecencias, la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, prefiere hablar de «obligaciones netas reconocidas», lo que no es más que un compromiso de gasto de algún ministerio que no necesariamente está incluido en alguna convocatoria, ni menos que esta se encuentre resuelta. Que se puede esperar, cuando uno escucha a los ministros, hablando de la eliminación del delito de malversación, equiparándolo casi a una multa de tráfico. Si se trata del de sedición, me da la risa.

Mientras desde Moncloa continúan mirándose al ombligo, el ministerio dirigido por Irene Montero contrató por 121.000 euros la campaña que ahora amplifican en los medios de comunicación. El objeto de esta “historia”, es concienciar a la población en general, y a las mujeres en particular, contra los estereotipos de género sustentados «en la imposición de unos modelos de belleza femeninos, normativizados e irreales, que se convierten en un parámetro de valoración de las mujeres por su aspecto físico». Esto es una miseria, al lado del presupuesto publicitario de nuestro flamante gobierno, que es el principal anunciante en los medios de este sufrido país. Cada día es más fácil comprender, porque los medios describen un país, que poco tiene que ver con sus diferentes realidades. Esto lo cito, porque es uno de los innumerables ejemplos de cómo prioriza este gobierno sus objetivos.

No sé si su Sanchidad es un individuo intelectualmente brillante. Posiblemente no tenga una visión destacable sobre nada, aunque yo tampoco, pero es indudable que le sobra audacia y astucia política. Y, lo más importante: como buen tahúr del Misisipí disfruta jugando al límite. De lo que no es muy consciente es que ya tiene una tarjeta amarilla y, por mucha temeridad y audacia política que tenga, se está jugando la roja y no lo está viendo. Aquí mismo, en Canarias, la Red Europea de Lucha contra la pobreza y la exclusión social cifra en 365.055 los canarios que viven en hogares con ingresos inferiores a 454 euros mensuales por unidad de consumo, lo que sitúa a Canarias como la comunidad con mayor pobreza severa del país, según los datos de la EAPN.

Pero sigo viendo a todo el mundo feliz. Eso es estupendo, hay que ser positivo, constructivo y resiliente pero, ¿dónde están los limites? Me refiero a dónde está la frontera entre ser un ciudadano colaborador y responsable y un triste borrego. Cada vez esta más claro que todo esto va de economía y no de pijaditas de tuiteros, pero no es del todo cierto. La economía es solo el medio. El fin último es la gente, las familias, los amigos, el bienestar de los nuestros, la protección a nuestros hijos. A mi esta situación me produce respeto, casi diría miedo. En cierta medida trabajamos por miedo a que les falte alimento, educación o vivienda; progresamos por miedo a que el futuro sea peor que el presente; muchos votan a lo que votan porque les han inspirado un miedo irracional a los cambios.

Luis Nantón Díaz

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Asalto al poder judicial

Cuesta escribir de forma ponderada sobre el poder judicial después de conocer el controvertido indulto al expresidente de la Junta de Andalucía. Fue condenado tras un proceso judicial eterno que contó con todas las garantías procesales.  Lo del Sr. Griñan, a todas luces, es un insulto para la mayoría de los españoles y un nuevo “corte de mangas” a toda la estructura judicial. Hay poco que comentar acerca del personal que ha firmado a favor de esta inmerecida medida de gracia, entre miembros del partido, estómagos agradecidos y redes clientelares; todo muy poco digerible.

Y menos mal que hace unos años, una mujer valiente, la juez Mercedes Alaya, pese a las innumerables presiones, inició toda la instrucción del juicio por corrupción, más sonado desde hace varias décadas. Pese a ello, no puedo quitarme de la cabeza, innumerables ejemplos de estos últimos tiempos. Los aberrantes indultos para unos golpistas catalanes, que destrozaron el ordenamiento legal y tiraron a la basura ingentes cantidades de recursos públicos. Las reiteradas condenas al gobierno de la nación, por las aberraciones frente a la Constitución como confinamientos, paralización de la vida parlamentaria que sólo han servido para refrendarle a los infractores, que pueden actuar de forma despótica y totalitaria con impunidad.

El Consejo General del Poder Judicial tiene pendiente su preceptiva renovación desde diciembre de 2018. Han sido varios y poco sinceros, los regateos políticos para sustituir a los 20 vocales -aparte de su presidente-, para lo cual se requiere el apoyo de al menos dos tercios de ambas cámaras. Esto conlleva el acuerdo entre los dos grupos mayoritarios del Parlamento, PSOE y PP. Temerarios cómplices desde hace décadas, y con líos judiciales para regalar, del sojuzgamiento del poder judicial a los partidos políticos.

Su Sanchidad dejó claro su muy personal concepto de la justicia, cuando explicaba sin ambages, de quien depende la fiscalía. La falta de recato se manifiesta una vez más en decisiones como la del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, de ascender a la máxima categoría de la Carrera Fiscal a su antecesora en el cargo, Dolores Delgado, quien a su vez fue ministra de Justicia del primer Gobierno de nuestro Gran Timonel. Por no hablar de la pareja de la Sra. Delgado y de su habilidad para manejarse entre bambalinas.

El desbarajuste resulta tan histriónico, que hasta la Comisión Europea se ha visto obligada a tomar cartas en este embarazoso asunto. Todavía desconocemos el resultado de la reciente visita a España de su responsable de justicia, pero este bloqueo político a la renovación del CGPJ resulta insostenible, máxime con la amenaza de su presidente de dimitir en breve. El CGPJ no sólo hace nombramientos de magistrados en altos cargos de órganos judiciales, sino que también se encarga de conceder bajas laborales a los jueces, de la inspección de juzgados y tribunales o de la formación y selección de jueces. Un órgano que pierde a su presidente electo y tiene sus funciones muy mermadas puede perder parte de su legitimidad.  Ya es todo tan esperpéntico, que, hasta la ministra de justicia, manifestó que, si no se renuevan, pues que no cobren…

No se cumple el principio esencial de la separación de poderes: legislativo, ejecutivo y judicial. Los sucesivos gobiernos que se reparten el poder eligen a los miembros de su ejecutivo, a los miembros del legislativo, a los que, posteriormente de ser nombrados diputados, atenazan con la inmisericorde disciplina de voto, con lo que desaparece la escasa apariencia que existía de representación popular. Estos a su vez, y de una forma cada día más descarada designan  a los miembros del Consejo del Poder Judicial quienes a su vez nombran a los puestos clave de los distintos tribunales. Todo este embrollo, del que la sociedad civil es cómplice con su silencio, conlleva una disolución de la necesaria estanqueidad y separación de los poderes del estado.

Los despóticos desvaríos de la Moncloa intentan distorsionar todo lo que todavía funcione en el Estado y sus administraciones. No les es suficiente con el clima de enfrentamiento que han insuflado en la sociedad para mantenernos en constante despiste, sino que dilapidan enormes cantidades de dinero público en televisiones y medios absolutamente dependientes, y en unas redes clientelares, que son tan caras como inasumibles. Acabo de ver las primeras imágenes del documental contratado por presidencia del gobierno, con el dinero de todos, para promocionar a su Sanchidad y resulta evidente que les da todo lo mismo y que saben que somos idiotas. Lo jocoso hubiera sido, si la serie televisiva presidencial hubiera sido producida por NETFLIX, dado que posiblemente el Sr. Presidente tendría otro color.

De verdad, esto es un desparrame totalitario. El presidente del Gobierno prepara un nuevo asalto al poder judicial para fortalecer la partitocracia de siempre y sus objetivos limitados al corto plazo, sin perspectiva de futuro. El fonil por el que transcurre la nefasta gestión del gobierno central y sus satélites autonómicos les obliga a intoxicar la justicia en su totalidad y a órganos que, sin pertenecer al Poder Judicial, ponen en valor la Constitución. No tengo gran confianza en las instituciones europeas, pero a lo mejor suena la flauta y la verificación comunitaria podría abortar las maniobras del Gran Timonel de la Moncloa. Sería suficiente con una reforma que desbloquease definitivamente la elección de la cúpula judicial.

Al igual que en el caso de los ERE, una vez más los partidos políticos de siempre se apoderan de ingentes cantidades de dinero, para perpetuarse en el poder, para beneficiar a sus viciadas estructuras, para conservar y engrandecer su poder político. Es indudable que lo de Griñan es de mucho mayor calado que lo de Bárcenas, pero puestos a realizar comparaciones, me resulta brutal lo de iluminados golpistas como Puigdemont y sus secuaces que tanto degradan a Cataluña. Al final, siempre es lo mismo, se trata de obtener ventajas y beneficios para tener la potestad de legislar y a partir de ahí, direccionar medios de comunicación, instituciones y dejar al sistema, al estado, a la nación, como el coto de caza del partido.

Luis Nantón Díaz