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Le da lo mismo

Su Sanchidad, nuestro Gran Timonel, actúa como actúa porque puede hacerlo. Lo sabe perfectamente y como buen tahúr, calcula al milímetro sus pasos al filo de la navaja, sobre todo porque los borregos, somos cada día más borregos. Por favor, no nos olvidemos que el Tribunal Constitucional declaró ilegales dos consecutivos estados de alarma, por eso, porque eran ilegales. Por primera vez, también nuestro alto tribunal declaró anticonstitucional el cierre del Congreso de los Diputados, porque no se respetó nuestra Carta Magna. Hace unos días, el Tribunal Constitucional suspende un trámite parlamentario por no ser legal, o tener visos de ello. Si realmente somos conscientes, el patrón se repite. El Gobierno de España, apoyado por una serie de partidos a los que España les importa un pimiento, actúa al margen de la legalidad, porque saben, que no pasa absolutamente nada.

Mientras, todo el poder mediático, dominado por la izquierda globalista a golpe de talonario, empecinados en demostrar que hay unos jueces conservadores muy malos, que no respetan la soberanía popular. Por eso utilizan titulares como “El bloque conservador del Constitucional impide votar en el Senado la reforma sobre su propia renovación”, titular extremadamente engañoso por diferentes motivos. Realmente el Tribunal Constitucional no impide la votación, sino que se vote sin haber seguido previamente el procedimiento parlamentario estipulado. No debemos olvidar que los procedimientos suelen ser garantías de derechos y resulta importante observarlos, sobre todo con un gobierno acostumbrado a legislar a golpe de decretos, utilizando festivos, la nocturnidad y hasta partidos de fútbol…

El Tribunal Constitucional no ha cedido a las brutales presiones desde Moncloa y de la izquierda política y mediática, admitiendo la adopción de las medidas cautelarísimas propuestas por el Partido Popular en el recurso de amparo planteado. El Tribunal de Garantías ha paralizado la gestión parlamentaria de los cambios en las leyes orgánicas del Poder Judicial y del propio Tribunal Constitucional, que fueron aprobados por el Congreso mediante enmiendas al Código Penal, sin los informes del Consejo General del Poder Judicial, del Consejo de Estado y del Consejo Fiscal. No es la primera vez que su Sanchidad tramita sus cambalaches legislativos como proposición de ley para sortear los preceptivos informes de estas tres instituciones.

Todas estas prisas, todas estas urgencias, obedecen al objetivo del Gobierno de quitarse con prontitud el incómodo paquete de los cambios en la legislación sobre sedición y malversación, unido al esperpento judicial de la ley del “sí es sí”. Tan incomodo como escuchar a Pachi Lopez, portavoz del grupo socialista en el Congreso de los Diputados, que la reforma sobre la sedición realmente es un endurecimiento de medidas frente a los golpistas, o que no es lo mismo robar para uno mismo, que, para el partido, en el caso de la malversación. Son unos malabarismos que siempre tienen un mismo algoritmo. Se trata de explicar o de hacer, justo lo contrario de lo que se dice o promete. No falla nunca.

 

En el PSOE no son tontos, aunque algunos como el amigo Pachi, con ese rollo entre el servilismo y no sé qué es lo que hago aquí, hagan lo posible por disimularlo. Lo que ocurre, lo que “cocinan” en la Moncloa no es culpa de los candidatos socialistas de cada pueblo, transformados en víctimas. La responsabilidad será de Sánchez y de su devoción por destruir el partido de donde un día lo expulsaron a patadas. Todo ello sin olvidar, que toda esta locura con la politización del poder judicial es un problema larvado desde hace décadas, que han mantenido y sustentado el PSOE y el PP, con el mayor descaro y arbitrariedad. Ambos partidos, con la colaboración de las bisagras temporales de turno, han alentado esta situación que cada día enrarece más la necesaria separación de poderes.

Sí, tienen mucha prisa desde el gobierno en quitarse estas losas de encima, sobre todo porque son conscientes de nuestra amnesia colectiva, y de que tienen un sombrero lleno de sorpresas, para tapar un problema, con otro. Y esto es lo único que debemos tener claro, que, gracias a esta inacción para los problemas reales, los que verdaderamente asolan a la ciudadanía, no nos van a faltar los problemas.

Me da risa escuchar a los partidos políticos de siempre, que juegan a espaldas de los ciudadanos, hablar de soberanía nacional. Estos partidos políticos solo obedecen a sus estructuras y particulares intereses, y solo hay que verlos votar en bloque, sin ningún tipo de fisuras, cosas que son realmente indecentes. Quien se mueve, no sale en la foto. Nuestra nación debe decidir, para que esa soberanía nacional no sea escamoteada por nadie desde dentro ni desde fuera de la nación. Algo no funciona cuando permitimos la subversión que significa que los partidos políticos determinen las cosas no en nombre sino en lugar de los ciudadanos.

El ministerio de hacienda refleja aproximadamente 100.000 españoles que abonan algún tipo de cuota en algún partido político. Todos ellos, posiblemente con algún puesto en la administración, pero ello es una simple divagación. Otros estudios hablan de una vinculación superior a 760.000 ciudadanos a nivel nacional, vinculados a partidos políticos. En cualquier caso, teniendo en cuenta las enormes oscilaciones en el voto pendular que sufrimos, no sé hasta qué punto se puede hablar de soberanía popular, cuando ésta está secuestrada por los partidos políticos. Nuestra Constitución, esa misma Constitución que no respetan y se saltan a la torera, especifica que los partidos políticos son instrumentos, meras herramientas para la participación ciudadana, pero finalmente se han convertido en un objetivo en sí mismos, secuestrando esa soberanía popular con la que nos aburren y engañan.

Respetar la Constitución es, entre otras cosas, defender y acatar las instituciones del Estado, es decir, el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional y no comparar a estos últimos con oscuros delincuentes, como ha hecho la izquierda mediática transformando en dictadorzuelos bananeros a los que intentan garantizar el cumplimiento de la Ley. 

Posiblemente ha llegado el momento de rescatar nuestro sistema de los partidos políticos de siempre, que llevan décadas cercenando nuestro futuro, devolviendo a los ciudadanos su capacidad de decidir. Cada vez me parece más interesante, acorde a una sociedad más madura, la propuesta que propugna la celebración de referendos, donde se pregunte a los españoles sobre cuestiones políticas de especial trascendencia, tal y como prescribe el artículo 92 de la Constitución Española. Lástima que el poder mediático, unido a una sociedad carente de espíritu crítico, posiblemente convirtiera nuestra tabla de salvación, en un peso muerto. Su Sanchidad lo sabe, por eso todo le da lo mismo, con tal de perpetuarse en la poltrona.

Luis Nantón Díaz

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Tarjeta Roja

Al gran Timonel, a nuestro ínclito líder supremo, cada día le queda menos para la tarjeta roja. El problema es que él lo sabe, y, además, le importa un pimiento. Cuando solo quedan 45 días para que finalice el año en curso, todavía este gobierno no ha autorizado transferencias por valor de 22.000 millones de euros, si pretende cumplir sus propios objetivos. Lo que se le da muy bien a estos iluminados es poner nombres fantásticos a sus proyectos, siempre resilientes y muy del espacio sideral, pero otra cosa bien diferente es cumplir programas, estrategias y objetivos.

De los 11 Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE), solo han repartido 2.500 de los 33.100 millones de euros comprometidos, aprobados por el Consejo de Ministros. Si consideramos que el propio Gobierno le atribuye una importancia capital a estos proyectos, y que se trata de un vehículo para que el dinero llegue a las empresas, esta demora es un pésimo dato para la ejecución de los Next Generation. Ven, otro nombre super bonito y molón.

De la información que facilita el propio Ministerio de Economía, en el último mes registrado por la IGAE,  apenas se ha avanzado en la autorización de 730 millones € de fondos europeos, lo que conlleva que en septiembre se ha ejecutado solo el 2,6% de todos los fondos disponibles y concertados, ralentizando el crecimiento del volumen de recursos, que hasta la fecha apenas ha aumentado un 10% respecto del segundo trimestre 2022.

Todo esto, debemos unirlo a la subida de tipos implantada por el Banco Central Europeo, fustigado por la Reserva Federal de EE. UU, en su firme objetivo de luchar contra la inflación. El problema añadido, es que el gran perjudicado de la subida de los tipos fue la demanda de los préstamos con fines de inversión, que mantiene la caída que inició en el segundo trimestre. Se espera una potente ralentización de la inversión empresarial para el próximo semestre, y pone como ejemplo el recorte del 0,4% hasta agosto de la tasa de crecimiento de producción industrial y el retroceso del PMI de nuevos pedidos registrado durante el tercer trimestre. No llegan los fondos europeos, los interventores europeos nos acusan de que no está claro el destino efectivo de los fondos entregados hasta el momento, y el gran timonel preocupado por desenterrar a más gente.

Se le acaba el tiempo para la ejecución de los fondos europeos Next Generation del año 2022, y por lo tanto se nos acaba también al resto del personal, menoscabando peligrosamente cualquier leve indicio de recuperación. El último dato de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) determina que hasta septiembre se han autorizado transferencias por valor de 6.347 millones de euros, lo que supone el 22,3% de los 28.447 millones consignados en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2023. Pese a todo, el Gobierno continúa bloqueando, en su ineficacia, el reparto de estos muy necesarios recursos.

Hace dos meses constatamos el peor crecimiento mensual de este ejercicio 2022, y no se corrige la funesta tendencia. Desde que en marzo se comenzaran a registrar los pagos realizados, no se había avanzado a un ritmo tan lento. La ejecución creció en abril en 900 millones, un 75% más; en mayo aumentó en 460 millones (un 29% más); en junio se ejecutaron pagos por valor de 575 millones (un 27% de crecimiento; en julio fueron 1.880 millones, con un alza del 71%; y en agosto se llegó a los 1.120 millones, un 25 % de mejora mensual). Pero no es suficiente, y, sobre todo, es una ralentización que no está justificada.

En privado el Gobierno reconoce los problemas, pero en público sigue insistiendo en que el reparto de fondos transcurre estupendamente. Una situación contradictoria que llega en unos momentos en que Bruselas ya ha advertido de que el retraso en la ejecución de los fondos podría entorpecer las transferencias que España debe recibir en el marco del Plan de Transformación y Resiliencia. En sus diferentes comparecencias, la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, prefiere hablar de «obligaciones netas reconocidas», lo que no es más que un compromiso de gasto de algún ministerio que no necesariamente está incluido en alguna convocatoria, ni menos que esta se encuentre resuelta. Que se puede esperar, cuando uno escucha a los ministros, hablando de la eliminación del delito de malversación, equiparándolo casi a una multa de tráfico. Si se trata del de sedición, me da la risa.

Mientras desde Moncloa continúan mirándose al ombligo, el ministerio dirigido por Irene Montero contrató por 121.000 euros la campaña que ahora amplifican en los medios de comunicación. El objeto de esta “historia”, es concienciar a la población en general, y a las mujeres en particular, contra los estereotipos de género sustentados «en la imposición de unos modelos de belleza femeninos, normativizados e irreales, que se convierten en un parámetro de valoración de las mujeres por su aspecto físico». Esto es una miseria, al lado del presupuesto publicitario de nuestro flamante gobierno, que es el principal anunciante en los medios de este sufrido país. Cada día es más fácil comprender, porque los medios describen un país, que poco tiene que ver con sus diferentes realidades. Esto lo cito, porque es uno de los innumerables ejemplos de cómo prioriza este gobierno sus objetivos.

No sé si su Sanchidad es un individuo intelectualmente brillante. Posiblemente no tenga una visión destacable sobre nada, aunque yo tampoco, pero es indudable que le sobra audacia y astucia política. Y, lo más importante: como buen tahúr del Misisipí disfruta jugando al límite. De lo que no es muy consciente es que ya tiene una tarjeta amarilla y, por mucha temeridad y audacia política que tenga, se está jugando la roja y no lo está viendo. Aquí mismo, en Canarias, la Red Europea de Lucha contra la pobreza y la exclusión social cifra en 365.055 los canarios que viven en hogares con ingresos inferiores a 454 euros mensuales por unidad de consumo, lo que sitúa a Canarias como la comunidad con mayor pobreza severa del país, según los datos de la EAPN.

Pero sigo viendo a todo el mundo feliz. Eso es estupendo, hay que ser positivo, constructivo y resiliente pero, ¿dónde están los limites? Me refiero a dónde está la frontera entre ser un ciudadano colaborador y responsable y un triste borrego. Cada vez esta más claro que todo esto va de economía y no de pijaditas de tuiteros, pero no es del todo cierto. La economía es solo el medio. El fin último es la gente, las familias, los amigos, el bienestar de los nuestros, la protección a nuestros hijos. A mi esta situación me produce respeto, casi diría miedo. En cierta medida trabajamos por miedo a que les falte alimento, educación o vivienda; progresamos por miedo a que el futuro sea peor que el presente; muchos votan a lo que votan porque les han inspirado un miedo irracional a los cambios.

Luis Nantón Díaz

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La amenaza de Tarik

Menuda ha organizado el “gran timonel” con su irresponsable carta a Mohamed VI, Rey y señor de Marruecos. Por exigua información que tengamos, nadie contempla la carrera diplomática como un camino sencillo. En la mayoría de las naciones, si hay un cuerpo al que se le otorga una especial preparación, ese es el diplomático. Las naciones se juegan mucho en el tablero internacional, no solo es una cuestión de prestigio, es pura geopolítica, por lo tanto, estrategia, intereses económicos, acuerdos comerciales, etc.

No se accede a asuntos exteriores por tener un primo dentro, dado que hace falta currículum, voluntad y mucha determinación. Por eso, si no eres un individuo brillante, intelectual y académicamente y además no tienes la resistencia mental del que se valida todos los días, te va a dar igual lo que te afanes: no vas a llegar a embajador. Y si a lo expuesto no le unimos una contrastada experiencia, no llegas a asesorar al presidente. Todo este preámbulo es para confirmar que la cartita, tiene que ser cosecha propia y directa de su Sanchidad. Ni la redacción, ni la carencia de táctica, ni la falta de consenso apuntan a profesionales de la diplomacia. Más bien a un ególatra, que quema sus últimas naves, e intenta acaparar relevancia internacional, para una poltrona adecuada a su sideral nivel. A nuestro presidente no le basta con las generosas sillas giratorias que brinda la política, quiere y exige más, porque él está convencido de su mesiánico perfil.

Si para ello tiene que reunirse con el monarca alauita y el príncipe heredero Mulay Hasan, con la bandera española al revés…no pasa nada. Pequeños problemillas de protocolo. Si al día siguiente, el encuentro con el primer ministro marroquí Aziz Akhannouch, se celebra presidida por una estatua ecuestre del General bereber Tarik, iniciador de la conquista árabe de Hispania, ya es para preocuparse. Se imagina alguien, una reunión de este nivel en Madrid, entre los presidentes de ambos países, presidida por una estatua de Santiago Matamoros. Al final, debo reconocer que tampoco son cosas preocupantes. Lo que si asusta es el permanente chantaje que desarrolla nuestro “amigable” vecino, con una desbordada presión migratoria, que sólo se logra suavizar temporalmente, con cesiones comerciales, subvenciones a fondo perdido y todo tipo de bajada de pantalones.

También es una vergüenza el cambio de postura histórica de nuestro Gobierno ante el conflicto del Sáhara, apoyando el plan de Marruecos de conceder una mayor autonomía para el Sáhara. Sea lo que sea, hubiera sido bueno, o diferente, hace 20 años, o dentro de cinco, pero no ahora, que estamos en una desesperada lucha por recuperar algo de autonomía energética. Bueno, eso en el papel, porque el gobierno va a invertir 25 mil millones de euros para derribar lo que nos queda de energía nuclear, y así se la compramos a los franceses, que se ve que son más tontos, y no se han dado cuenta de que lo nuclear no es resiliente. Miren, si no, la inmediata y lógica respuesta de Argelia, el principal damnificado por este acuerdo Sánchez-Mohammed, con incremento de los precios por su gas.

Al igual que siempre, los mandatos de la ONU se aplican, si son de utilidad a los que mandan. Si no queda en un conjunto de frases altisonantes, y de anodinos discursos al viento. Marruecos ocupó el Sáhara militar y demográficamente. Llevan décadas enviando colonos marroquíes al sur que aseguren su dominio del territorio. Algo parecido a lo que ocurre en Canarias, pero a lo bestia, y sin un entramado de asociaciones que viven del cuento.  Es cierto que los saharahuis lo tienen realmente difícil para una existencia independiente y poder garantizar sus fronteras, su integridad y su propia subsistencia. Pero, el Sahara tampoco podía ser parte de Marruecos: sus habitantes ni se sentían, ni eran marroquíes. Marruecos, progresivamente más apoyado por los EE.UU desarrollo unos “muros defensivos”, con directo asesoramiento de la CIA que contenían a los combatientes en áreas desérticas, despobladas y sin valor militar. El Polisario “cesó el fuego”, reconociendo la derrota de su ofensiva armada, pero no la de su causa política. Y, mientras Marruecos seguía con sus trasvases de población, España continuaba esforzándose en hacer “cumplir el mandato de la ONU”, pero con la misma energía que ponemos a defender la causa de Gibraltar. Vamos, poco más que nada.

El gobierno central afirma que, para calmar a Argelia, basta con comprarles mayores suministros de gas. Miedo me dan estos pánfilos que solo aciertan cuando engañan. En otras palabras, los ciudadanos, perderemos más, con una inflación ya superior al 10%  y una factura eléctrica que nos aprisiona, a consumidores finales y a empresas. El sanchismo volverá a echar la culpa a Putin de la subida del precio de la energía… y asunto zanjado. Pagamos usted y yo. No acaban de culpar a unos oscuros y distantes hackers rusos del bloqueo del SEPE, que ha impedido el pago de prestaciones. Es que esto es como el virus chino, es la excusa para todo.

Hace una semana, diferentes medios se hacían eco de que España en estos momentos está comprando ya más gas natural a EE. UU. que a Argelia. Importamos a EE. UU. el 33 % del total de gas que consumimos, a Argelia en 24 % y a Rusia menos del 5% (frente al 17% el año anterior…). Por lo tanto, el problema energético de España es que compra a un proveedor que lo vende más caro mientras que el gaseoducto Argelia-Marruecos-España permanece cerrado. Pues todo esto le importa un pimiento a Sánchez, dado que necesita esa relevancia internacional, que sus méritos y su errática política le niegan. El useño presidente Biden le ha ordenado que tiene que ser amigo del marroquí, y que haga lo que sea necesario. Ya está clarísimo quien es el aliado preferente de EE.UU en esta parcela donde nos ha tocado nacer.

El presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha claudicado frente a los intereses marroquíes en el tema del Sáhara y el Frente Polisario abandonándolos a su suerte. Han acordado una declaración conjunta al término de su encuentro en Rabat en la que se indiquen los aspectos tratados. Por ahora nada, ni reconocimiento de la soberanía en Ceuta y melilla, y mucho menos acabar con la presión migratoria. Mientras los argelinos cambiando de estrategia, con unos italianos entusiasmados de aprovechar la jugada de Moncloa.

España reconoce la importancia de la cuestión del Sáhara Occidental para Marruecos y reitera que «la iniciativa de autonomía marroquí, presentada en 2007, como la base más seria, realista y creíble para resolver el conflicto», de esta forma nuestro gran timonel sostiene que nuestro vecino va a abandonar su política de hostigamiento. No deberíamos olvidar que, al igual que Tarik detectó la flaqueza del reino visigodo, sus herederos llevan décadas valorando y aprovechando nuestra creciente debilidad. Cada día lo tienen más claro…como Tarik.

 

Luis Nantón Díaz