La miseria moral de las compañías aéreas
Por si no fuese bastante dolorosa la memoria del accidente de Spanair en Barajas, últimamente hay demasiadas noticias relacionadas con los vuelos a Canarias que crean inseguridad. Primero fue la solicitud de un aterrizaje de emergencia en Lanzarote de un avión por falta de combustible (dicen que la compañía lo hace adrede para que le den prioridad en las pistas y así cumplir horarios) y ahora ese avión que ha tenido que regresar a Barajas por problemas técnicos que han ocasionado daños a los pasajeros. Aquí está fallando el principio básico de que la seguridad, es decir, la vida humana, está por encima de todo; pero lo que hacen las compañías es tratar de facturar lo más posible, y la seguridad de los pasajeros y las tripulaciones es asunto secundario. Total, hay compañías de seguros que cubren accidentes y eternizan las culpabilidades en tribunales aquí y allá. Dicen que a Rayanair solo puede meterle mano el gobierno irlandés, porque es de allí, y eso me parece terrible, porque vuelan en España y por lo que demuestran los hechos no se atienen a las medidas básicas en las que todo pasajero confía. Digo yo que si hay globalización para las maduras también debe haberla para las verdes, porque es indignante que algo tan serio como la seguridad de un avión se deje atrás en favor de las cuentas de resultados. Y eso, además, acaba por manchar la imagen de Canarias, que sale en los medios por estas cosas sin comerlo ni beberlo. Indignante.