El maldito cáncer de mama
El cáncer es una enfermedad muy grave que antaño era directamente la muerte. Se ha avanzado muchísimo y, según que tipos de cánceres, la posibilidad de superarlo es muy alta, en algunos prácticamente del cien por cien. Pero hay una premisa: hay que cogerlo a tiempo, antes de que haga metástasis y se extienda. Hay factores importantísimos en el éxito d ela lucha contra el cáncer; el primero de ellos es el que ya mencionamos, y por eso hay que oponerse a llos recortes en Sanidad, porque una enfermedad así depende mucho del calendario, y vemos cómo cada día se dan más casos de tardanza en un tratamiento que no admite demoras. En este mismo punto está esa luminosa idea del gobierno del PP de implantar el copago de los tratamientos, lo que en en muchas situaciones significa que la persona afectada no podrá salir adelante. Contra todo eso hay que estar, porque en ello nos va la vida.
Hoy se celebra el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, que es un tipo que tiene especial incidencia en Canarias. Y hemos de estar concienciados de que es una enfermedad contra la que podemos luchar, y si bien están las cuestaciones y todas las ayudas solidarias que vengan, mejor sería que no se hurtase el dinero para la investigación y los tratamientos, porque si hoy tenemos tantos avances es porque durante décadas se ha investigado. Los gobernantes no pueden ser insensibles a este asunto, y por eso hoy llamo la atención sobre el cáncer de mama. Ya está bien de que los senos femeninos sean motivo de estupideces, y que sirvan muchas veces como reclamo comercial erótico. Los senos son el símbolo de la vida, la memoria de nuestra madre, la fuente que mana vida y belleza como agua limpia. Modestamente, rindo homenaje a las mujeres luchadoras que siguen adelante, porque la feminidad no está en ninguna parte concreta del cuerpo, sino en la fuerza, la sensibilidad y la capacidad de dar. Y de eso las mujeres tienen a raudales. De paso, insisto en reclamar atención médica a tiempo y gratuita para quienes padezcan esta enfermedad, porque los que están arriba, como tienen dinero y acceso a tratamientos caros en clínicas privadas, se olvidan del sufrimiento de los demás. Y eso no es justo.