El fascismo es el rey del disfraz
Aparece con demasiada frecuencia la palabra fascismo en acusaciones con claro matiz electoralista, y tengo la impresión de que se usa muy a la ligera, porque el significado de esta palabra es tan atemorizante como confuso. Y hay que tener cuidado porque puede esconderse muy bien, aparentar ser otra cosa, y es así desde que el término surgió en la Italia de Mussolini, y se completó la tripleta histórica con los nazis alemanes (nacionalsocialismo) y el régimen de Franco, que se escudó en unas siglas (FET y de las JONS) que supuestamente aunaban diversas corrientes pero que en realidad no aclaraban gran cosa. Es decir, el fascismo es de difícil definición, porque los tres mencionados son distintos entre sí, y cada uno evolucionó a su vez según necesidades. Luego ha habido otros regímenes que se han proclamado fascistas, pero en cada uno de ellos la doctrina tiene su propia línea, a veces incluso contraria a la de otros regímenes que supuestamente son de igual signo. Pero el fascismo puede aparecer hasta en posiciones que precisamente dicen luchar contra él. Es muy resbaladizo.