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DIARIO DE CUARENTENA. Jornada 26: La distancia física de las personas que amamos. (09/04/2020).

 

El día ha sido contradictorio, porque un afamado divulgador filosófico hispano ridiculizaba en una entrevista a quienes salen cada tarde a aplaudir. Supongo que no se ha parado a pensar que ese aplauso colectivo tiene tres funciones, a cual más importante. En primer lugar sirve para que quienes están en la batalla de mantener la vida (no solo los sanitarios) sientan que la sociedad a la que sirven valora su esfuerzo; al mismo tiempo, a muchas de las personas confinadas les sirve para expresar ese apoyo y sentirse útiles de alguna manera; y por último, aplaudir mucha gente a la misma hora, aunque solo se escuchen los aplauso de tu calle, hace que se perciba un vínculo común de que esto es cosa de todos. Y aun hay una cuarta función: la de asomarnos a la calle y comprobar, aunque solo sea durante unos minutos, que sigue habiendo vida, ilusión y esperanza, que no todo es una calle desierta. Pero claro, siempre hay seres superiores que lo encuentran todo negativo y ridículo. Tienen una velocidad cósmica para criticar, pero no suelen exponer qué harían ellos. Es el apostolado del NO.

Nos comunicamos con nuestra gente que no está en nuestra misma casa. Nosotros hablamos con nuestras familias, mi hijo y su esposa pasan la cuarentena en su domicilio de La Laguna, mi padre y mi hermana en la otra punta de mi ciudad y las hermanas y el hermano de mi compañera de confinamiento siempre en conexión pero en otro lugar. No sabemos cuándo y en qué condiciones podremos estar de nuevo físicamente junto a ellos, y es obvio que esa sensación no es agradable. Los hijos están siempre por delante de nosotros en nuestras prioridades, y se nota esa obligada separación de ellos. Porque no puedes pensar que mañana se podría romper esa distancia a voluntad. También sabemos que lo mejor que podemos hacer ahora mismo por las personas que amamos es exactamente esto que hacemos. Si mucho desasosiegan el tiempo y la distancia, más aún inquietan la impotencia y la incertidumbre. He buscado un poema que explique este sentimiento, pero no lo he encontrado; tal vez no lo haya.

Ayer por la tarde supimos también el nombre del bebé que es hermano de Sofía. Se llama Diego, y es todavía muy pequeño. Así que ahora saludamos cada tarde a Sofía y a su hermano, aunque Diego está a lo suyo, como es propio de su leve edad. Cambiamos los adornos de colores que ponemos en los cristales y de esa manera Sofía sabe que nos ocupamos de ella también cuando no está presente, lo mismo que tenemos presente a nuestros seres queridos que habitan físicamente extramuros pero que siempre están con nosotros. Buen día.

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DIARIO DE CUARENTENA. Jornada 25: Sofía es la luz de la calle. (08/04/2020).

 

Sigo a régimen de eso que llaman información. Por las mañanas, veo las cifras oficiales y las nuevas indicaciones, para estar atento a lo que pasa, pero desde luego me niego a esa noria de opiniones, tiras y aflojas que llenan horas y horas de radio y televisión. Cierto es que la radio ofrece más originalidad, sobre todo por la tarde. Como a todos, suelen llegarme enlaces de vídeos sobre mil aspectos de la actual crisis. Muchos de estos audiovisuales son largos, y no tendría horas en el día para verlos todos. Sí que abro los que pueden sacarme una sonrisa, porque tener todo el día la mente ocupada con el mismo asunto no puede ser saludable, sobre todo cuando desconocemos qué es verdad y qué es desinformación interesada.

Ayer fue tarde de cocina, para hacer una gran marmita de puré que distribuimos en tarrinas para irlas sacando del congelador como primer plato saludable. Y ya que estábamos, hicimos la cena y también dejamos preparada la comida de hoy a mediodía. No es una novedad que haya surgido durante la cuarentena, es una vieja costumbre. Tienes siempre un primer plato listo, lo cual no quiere decir que cada día tomemos puré sin falta. Hoy, por ejemplo, es uno de esos días que no, porque tenemos como plato único un señorial potaje de garbanzos con espinacas.

Poco a poco, Sofía se ha convertido en el centro de atención de todas las ventanas. Las que están por debajo o a un lado la buscan con la mirada y la saludan; las de enfrente, como la mía, la disfrutan directamente. Todo el mundo saluda a Sofía y ella seguramente no se da cuenta de que se ha convertido en la luz de este trozo de calle. Cada día, procuramos ponerle en el cristal algún dibujo nuevo, y he visto que algunas personas más del vecindario llenan de colores sus cristales. Es una manera de saludar a la primavera, y a Sofía, su emisaria de lujo. Buen día.

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DIARIO DE CUARENTENA. Jornada 24: Sofía también pide mi nombre. (07/04/2020).

 

En este cuarto creciente, casi llegando a la Luna llena del Viernes Santo, vienen los recuerdos de años pasados en los que la Semana Santa era una ocasión para realizar algún viaje corto, acercarse a la playa (muchas veces era el bautismo de sal de cada año) o simplemente pasear por las ciudades que quedaban como en ralentí, aunque nada que ver con el silencio total de este año. Estoy seguro de que habrá quien tire de archivo fotográfico y rememore algunos de estos episodios, o el tradicional sancocho familiar o entre amigos del Viernes Santo, que en el futuro tendrá rango de gran fiesta, porque será la certificación de que habremos superado esta crisis sanitaria.

Luego está la tradición religiosa, que para mucha gente es muy importante, y que es, junto con la Navidad, una de las mayores manifestaciones externas del Cristianismo. En nuestra cultura, la Semana Santa no es solo patrimonio de los creyentes, porque hay vertientes que tienen que ver con el arte y con la conformación de la historia de nuestra sociedad. Por eso estos días pasados en confinamiento tienen una especial dureza para muchas personas, que vivían estas fechas como algo fundamental en sus vidas. Como en todo lo demás, tendrán que sacar fuerzas y vivirlas de una manera distinta.

Sofía quiere abarcar como es debido lo que ven sus ojos. Si anteayer se empeñó en conocer el nombre de mi compañera, ayer quiso saber también el mío, porque tal vez quiera tener los nombres de las nuevas personas conocidas como enganche con el que conectar cada tarde con el mundo exterior, que en su caso, como en el nuestro, se limita al frontis del edificio de enfrente. Ya tenemos una nueva amiga, con todas las presentaciones y los protocolos, y esperamos que en un futuro cercano podamos  cruzarnos con ella por la acera de nuestra calle. Así que en este martes de Semana Santa esperamos a las siete de la tarde para ver de nuevo a nuestra nueva amiga Sofía. Buen día.