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En el centenario de Juan Rulfo

rLLLFO 1.JPGJuan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, conocido como Juan Rulfo nació en Sayula, estado mexicano de Jalisco, el 16 de mayo de 1917; murió en Ciudad de México el 7 de enero de 1986. Es autor del volumen de cuentos El llano en llamas (1953) y la novela corta Pedro Páramo (1955). Luego, 30 años de silencio hasta su muerte, apenas roto por otros textos esporádicos o fragmentarios. Su influencia en el cambio de paradigma de la novela hispanoamericana fue tremendo, especialmente con su novela Pedro Páramo. El texto siguiente es una recreación (tal vez osada pero respetuosa) en el espacio y los personajes de algunas partes del comienzo de dicha novela, como un homenaje en el que vuelve a demostrarse que, cuando se entra al desnudo en las grandes preguntas, siempre se habla de cualquier ser humano en cualquier tiempo. Por eso no pasa el tiempo. Continuar leyendo «En el centenario de Juan Rulfo»

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El reloj suizo de González Ascanio

ega22.JPGCuenta Juan Rulfo en una de sus escasas entrevistas que Pedro Páramo al principio era una novela muy larga, que él fue podando «hasta dejarla en los puros huesos». No quedó en ella una sola palabra sobrante y así alcanza a duras penas el centenar de páginas. Tengo la impresión de que Eduardo González Ascanio debe funcionar de esa manera cuando escribe, porque a sus historias ya no se les puede quitar una palabra, es la máxima expresión de que menos es más. Relojes suizos.
Lo hizo en Para después de colgar, en Calenturas y, cómo no, en su ya clásico Cuentos de Bárbara Bar. Tengo que decir que ahora, en la publicación digital que hace en ATTK Editores del volumen de relatos Desajuste de cuentas, se relaja un poco y deja que la prosa se salga del estricto carril que él suele trazarle. Continuar leyendo «El reloj suizo de González Ascanio»

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Alexis Ravelo y la madre del Doctor Zhivago

He dejado pasar la primera oleada alrededor de la nueva novela de Alexis Ravelo, Los milagros prohibidos, para tratar de mirar con algo más de sosiego la narrativa de este autor. A propósito de su anterior novela dije que Alexis quiere saber de dónde son los cantantes, aludiendo a la popular canción del Trío Matamoros, porque aquel relato, La otra vida de Ned Blackbird, es en realidad una indagación del camino que siguen las historias hasta convertirse en literatura. Si ya sabemos que le importa el qué, en esta nueva novela queda absolutamente certificado que también le interesa el para qué, si es que no estaba claro antes, en títulos como Los días de mercurio.

Queda el cómo, y no hablamos de que le interese a Alexis Ravelo, es que se trata justamente del sonido de una voz, que no se ha ido construyendo poco a poco, porque en su primera novela ya estaba. Ahora se maneja con más sabiduría, pero eso que llaman oficio solo modula los sonidos, las pausas y los ritmos, y a quienes van muy justitos les ayuda a entonar. Continuar leyendo «Alexis Ravelo y la madre del Doctor Zhivago»