Día de Canarias… ¿Seguro?
El 30 de mayo es para celebrarlo con timples, trillas, saltos del pastor y todas esas actividades ligadas a la ruralidad, porque parece ser que Canarias es ruralidad pura aunque la mayor parte de la gente sea urbanita. Cuando hablamos de humor canario, tiene que parecerse a Pepe Monagas, si es de música nos remitimos a las chácaras, si es de literatura, otra vuelta a Nijota y «La Perejila», si es arte, mejor que tenga que ver con el paisaje o el guachismo… Eso sí, cuando hablamos de deportes, lo canario de pura cepa es el fútbol, faltaría más. No es humor canario lo que no tenga que ver con Chonas y Chojuanes, no es música canaria el buen rock que se hace en las islas, no es cine canario si es de género fantástico, no es canaria la literatura que se salga de temas costumbristas, no es arte canario si no representa palmeras, roques ocaseríos (las arpilleras y las espirales se salvaron porque molaron fuera): y por otra parte, se adora a futbolistas nacidos en Abades o Arguineguín, que juegan muy lejos y que como son la esencia de la canariedad son hijos predilectos, adoptivos, medallas de nosecuántos, y se adora a los equipos locales que están compuestos por sudamericanos, peninsulares, africanos ecuatoriales, europeos varios y algún canario, que apenas destaca vuela. Para unas cosas, ser canario es emular al viejo campesino o al costero de barriada y acudir al arrastre de bueyes (aunque no distingan un buey de una vaca); para otras es practicar un juego inglés, que nada tiene de autóctono. Una contradicción más, la enésima, de una tierra que cada vez sabe menos de sí misma, y no estoy hablando de nacionalismo. En fin, que pasen un feliz día de fiesta que a lo mejor es de Canarias.