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Contra lo oscuro

zzzxxxFoto0598.JPGParece mentira que, cada cierto tiempo, haya que salir a defender la libertad de expresión. Hace unos años, cuando contaba a gente más joven algunas de las estupideces y barbaridades de la etapa franquista, solían asombrarse, porque no les cabía en la cabeza que fuese mal visto, o incluso perseguido, algo tan neutro como estar cuatro amigos hablando en la calle después de las 10 de la noche, pasear con la novia de la mano, cantar determinadas canciones o leer ciertos libros. No sé qué dirán ahora, porque estamos empezando a vivir una época oscura, mientras la jerarquía eclesiástica española parece recién salida del Concilio de Trento, como si hubiera viajado a través del tiempo con un billete que ha pagado Gallardón. Hoy Tarancón sería excomulgado. No es un buen espectáculo, pero háganse a la idea de que estoy desnudo, como reivindicación de mi albedrío, para impedir que acaben por dejarme en pelotas el cerebro. Y eso sí que no.

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Estética

zzxcFoto0404.JPGLa estética social cambia con las épocas. Las Tres Gracias de Rubens, el ideal de su tiempo, eran regordetas, en el Romanticismo se llevaban las tísicas, en 1900 las llenitas y en los años veinte las delgadas para bailar el charlestón. Las estética de la postguerra era la de las mujeres con curvas: Lana Turner, Carmen Sevilla, Marylin, Sofía Loren, Elizabeth Taylor, Debora Kerr, Sara Montiel o Ava Gardner, con excepciones como Lauren Bacall y Audrey Hepburn. Y no es verdad que esos cánones se persigan para gustar más a los hombres, el machismo ha sido y es mucho, pero con eso nunca pudo; las mujeres se visten y se cuidan para las mujeres y sobre todo para sí mismas. Los hombres actuales han aprendido de ellas, van al gimnasio y se visten bien para impresionar en la vida y en los negocios, y dicen que para gustarse más a sí mismos. En la atracción tampoco funciona; si dos personas se atraen, poco importa la talla del pantalón, o si el vestido es de Zara o de Valentino. Eso sí, mejor con cremallera… No es por nada…

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Energía

zzPICT0h046.JPGEl refrán dice que en abril aguas mil, pero resulta que el refranero es castellano y aquí estamos muy lejos de Castilla. La Semana Santa ha estado pasada por agua en buena parte de La Península, por lo que parece que el refrán es bueno, pero aquí seseamos y, aunque en el mentado refrán no hay ces ni zetas para sesear, no nos ha pillado ni siquiera la cola de la dichosa borrasca. El agua siempre ha sido un gran problema en Canarias, es un sufrimiento histórico, pero en estos momentos, con la población que soportan las Islas, con la disminución de los acuíferos y con la dependencia hidráulica de la energía derivada del petróleo, estamos en el filo de la navaja. No es alarmismo, es prevención, y no sería mala idea que se iniciase un plan para en un tiempo prudencial pudiéramos tener agua con energías que nosotros podamos producir (sol, viento, olas del mar…) Lo que pasa es que aquí nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, y cuando no llueve nos acordamos de las potabilizadoras. ¿Y qué pasaría si no llegase aquí el petróleo?