Día del padre
Son tantos los hombres y la mujeres que celebran hoy su onomástica,
con nombres simples o compuestos, que seguramente sea la fecha en
que haya más gente a la que felicitar. Pues eso, traten de ser felices
este 19 de marzo, porque los instantes de felicidad provienen casi
siempre de nosotros mismos.
Si bien el Día de la Madre es una fiesta tan antigua como nuestra cultura occidental, pues procede de la Grecia cásica, el Día del Padre es una celebración -otra más- que surgió en Estado Unidos a principios del siglo pasado. Contra lo que es común sospechar, no nació de una campaña comercial para inventar otra fecha en la que hubiera que comprar regalos, sino de una persona particular que quiso homenajear a su padre, que celebraba su cumpleaños en junio; la costumbre se extendió durante décadas y por eso en los años sesenta del siglo XX se estableció desde el Congreso que el tercer domingo de junio sería Día del Padre. El mundo latino se vio arrastrado y como casi siempre tiró del santoral católico y colocó la celebración en el día de San José, que es el padre oficial de Jesucristo en las Escrituras, si bien ya saben que es padre de aquella manera, por lo que en el Renacimiento se hablaba de San José P.P. (padre putativo) y es de ahí de donde proviene que a los Josés los llamen Pepe. Creo que al padre y a la madre hay que honrarlos siempre, pero tampoco está de más que un día al año se homenajee especialmente a aquellos padres que lo merezcan, que son la mayoría. Ser padre es un responsabilidad y un privilegio, y a los que lo somos nos basta con serlo, porque por mucho que busco en lo que soy y en lo que hecho no encuentro en mi vida nada más importante que ser padre. Seguramente se equipara a ser hijo porque estoy seguro de que mi padre siente lo mismo. Al final, es la familia, que cierra el circulo que se sostiene en la madre, porque la mujer es el centro de la vida, y si soy padre es gracias a una mujer.
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(El cuadro es Saint Joseph Charpentier, de Georges de La Tour. 1642. Museo del Louvre).
Estamos acostumbrados a polémicas interminables sobre asuntos importantes pero que acaban siendo proyectiles políticos y juegos de intereses (y capitales). Con las prospecciones petrolíferas en aguas cercanas a Canarias está pasando lo mismo que con Tindaya, que iba (¿iba o va?) a ser la quintaesencia del arte cósmico, fuente de riqueza… ¿Para los que comercializaran la traquita extraída del agujero? ¿Para los que explotaran el invento cobrando entradas a los turistas? ¿Eran los mismos? ¿Qué ganaba el pueblo majorero? El arte… Ah, sí el arte (que es pasar mucho frío). Ahora viene una empresa que por lo visto va a llevarse el 95% (esa es la cifra que dicen algunos medios) y en Canarias queda el 5%… ¿El 5% de qué? Ah, sí, que dicen que es riqueza para Canarias y creará puestos de trabajo, porque como es público y notorio los canarios tenemos mucho personal especializado en extraer petróleo submarino. ¿Y qué pasa con las energías renovables? Canarias es el único lugar de España en la que estas energías no son deficitarias, y sin embargo se protegen en otras comunidades y aquí se aparcan. Y otra pregunta: ¿Por qué se asegura que no se autorizarán prospecciones petrolíferas marinas en Valencia porque están muy cerca de las zonas turísticas? Y aun me queda otra pregunta: Si el PP gobernase aquí con CC y esta le prestase su apoyo en Madrid, como pasó en un tiempo y pasa ahora con CIU, ¿CC se opondría tan frontalmente? Es una pregunta, seguramente sí, o tal vez-a lo mejor-quizás-quién sabe, porque el discurso del Presidente Rivero aludiendo al sistema colonial suena tan fuerte que… No sé. Pues eso, si sacamos petróleo en Tindaya formaremos parte de la OPEP… Que no es en Tindaya… Es que el hidrocarburo me confunde; como al del anuncio, que plantó un cantero de papas en La Luna.