La India es un país compuesto por cientos de países, culturas y lenguas. Cuando pertenecía al Imperio Británico, toda aquella inmensa región, que va desde el trópico más caluroso y monzónico hasta el eterno frío de las alturas del Himalaya. Hinduistas, budistas, musulmanes, jainistas, zoroastristas, cristianos, judíos y otras confesiones religiosas conforman un puzle que se une por el idioma inglés, que es el nexo de unión de tantas tendencias de toda índole. Fueron un solo país contra Inglaterra, pero apenas lograron la independencia en 1947 aparecieron las rivalidades entre las dos culturas más numerosas, la hinduísta y la musulmana. Esto dio lugar a que la mayoría islamista conformase el nuevo estado de Pakistán, que asu vez se dividió más tarde cuando Bangla Desh se separó. Estas rivalidades costaron la vida al propio Gandhi en 1948, hace ahora 60 años.
Está, además, la cuestión de las castas, por lo que La india es un país emergente y a la vez profundamente tradicional, lo cual no debiera ser un impedimento, pues así es Japón y es hoy una de las grandes potencias económicas del planeta. Lo ocurrido en Bombay tiene dos lecturas: una primera que lo asimila al 11-S, al 11-M y al 7-J, pero yo no estaría tan seguro, porque parece ser un movimiento islámico que tiene hondas raíces en la propia India.
En cualquier caso, los muertos son finalmente iguales, y abundando en lo que decía ayer sobre los políticos de raza, Esperanza Aguirre tuvo una gran oportunidad para ser el referente de los españoles atrapados en el ataque, pudo haber sido la última en abandonar Bombay y se habría ganado el respeto de todos. Pero salió corriendo, no supo estar a la altura y perdió su gran oportunidad. Por supuesto, desde el punto de vista humano la entiendo, el miedo es libre, pero como política ha quedado claro que es biodegradable, porque, cuando se hunde el barco, el capitán es el último en abandonarlo, y en lugar tan lejano y en circunstancias tan especiales, dar un paso al frente habría sido importante para los españoles que se encontraron en medio del tiroteo. Eso fue lo hizo Suárez el 23-F, y Aguirre no supo ser capitana.
4 opiniones en “Esperanza Aguirre en Bombay”
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Hombre, yo a la Espe la disculpo. A fin de cuentas, ya se cayó una vez de un helicóptero, ahora esto…
A quien no disculpo es al Pepiño. No sé por qué, cada vez que le veo tengo una evocación a alcantarilla… Cada vez más apestosa.
Saludos.
La supervivencia de Aguirre indignó muchísimo a los zapateristas y compañeros de viaje, que no tienen otra creencia ni otro programa que sembrar el odio contra las personas decentes. Y, naturalmente, el compañero José Blanco, alias Pepiño el sucio, ocupó el puesto de vanguardia. Triste espectaculo el de Rodriguez Zetaparo y su gente o gentuza
Este es un foro libre, y por supuesto son bienvenidas todas las opiniones. Yo he hecho una opinión política de Esparanza Aguirre, no humana, pues entiendo que cada persona reacciona de distinta manera y nadie tiene la obligación de ser héroe.
Lo que si rogaría a mis amables comunicantes es que no se excedan en el vocabulario, pues se pueden decir las mismas cosas sin rozar el insulto o la descalificación.
Y aprovecho para decir que a mí tampoco me ha parecido adecuada la intervención de José Blanco en este asunto. No ha estado a la altura, pues hay que considerar que Esperanza Aguirre ha pasado un mal trago y, sobre todo, ha estado al borde de la muerte. Y también insisto en que políticamente un cargo de su rango debería haber obrado con un poquito más de temple.
Por alusiones. No considero que individuos como Pepiño representen las esencias democráticas de ningún pueblo. Se podrá decir que para eso le pagan, que ese es su cometido. Yo podré alegar que (lo he dicho aquí unas cuantas veces) este sistema partitocrático está viciado y no me gusta este individuo. Quienes tenemos unos añitos ya (y en su día también fuimos engañados por el psoe) recordamos cuando Guerra llamó «Tahur del Missisipi» a Suárez y le llamamos de todo. Pero al menos aquel tenía pretensiones de cultura y este es más basto que un escoplo para comer sopa. No creo haber ni rozado el insulto con llamarle lo que insisto en llamarle.
¿Espe? Creo que más bien erró la gente que se la llevó de allí a toda prisa. Al menos no se ha escondido tras una vicepresidenta cada vez que tiene chirgo, como hace el jefe de Blanco.
Sin embargo, lo que demuestra el nivel social que tenemos es que si hubiese sido sociata, allá estarían ahora los otros haciendo lo mismo: el burro.