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¿De qué república estamos hablando?

zzz78uDSCN4046.JPGHoy es 14 de abril, aniversario de la proclamación de la II República. Yo soy republicano porque no creo en enviados de los dioses, pero me resulta curioso que haya tanto entusiasmo republicano en los sectores más reaccionarios de este país. República sí, por supuesto, pero luego vienen las otras preguntas: ¿Qué república, qué tipo de organización, en manos de quién va a estar un poder que se supone del pueblo? Es inquietante que desde los sectores más ultras se lancen mensajes y se escriban libros que van directamente a la línea de flotación de la monarquía que ellos han sostenido durante siglos. Poco antes de 1931, un monárquico confeso y militante como Ortega y Gasset publicó el famoso artículo Delenda est Monarchía, en el que venía a decir que la monarquía de Alfonso XIII ya no servía a España. La gente pensó que si un monárquico como don José decía eso, es que había llegado la hora del cambio. Ahora, con la atomización mediática no hay una voz que lidere este cambio, pero hay un griterío muy sospechoso. Los republicanos de siempre, desde la izquierda, reivindican la república porque es de una lógica aplastante, por muy lustrosas que sean las monarquías del norte de Europa, y no es novedad porque siempre han estado ahí. Lo sorprendente (e inquietante) es que la derecha más rancia se haya vuelto republicana de repente. ¿Estamos hablando de la misma república?

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La evolución del valor de las palabras


En estos días se ha celebrado el primer Día Mundial de las Personas con Enanismo, y he visto que la palabra «enano» está desterrada del vocabulario de quienes lo son, que ahora se hacen llamar «personas de talla baja», seguramente porque popularizar el nombre técnico de la afección de la hormona del crecimiento que lo provoca, acondroplasia, no parece fácil. En este caso es lógico que así lo quieran estas personas, porque la palabra «enano» tiene connotaciones negativas, debido a los cuentos infantiles, los relatos legendarios y su presencia continuada en las pistas de circo.
zzzzz disneymm.JPGEl lenguaje suele delatar la manera de pensar de la gente. No es un secreto que los seres humanos tomados como colectivo tienen muy desarrollada la crueldad, y poco a poco las palabras técnicas las convierten en insultos, y a veces el círculo se cierra cuando algunas palabras cobran sentido cariñoso. Los ejemplos más claros son las palabras «bobo» y «tonto», que pasaron de ser descriptivas a insultantes (el tonto del pueblo) y han acabado siendo muletillas afectivas. No corrieron la misma suerte «imbécil» e «idiota», zzzzcircommm.JPGcon similar significado que las anteriores, y siguen ahí, con su carga negativa, sólo que ahora ya no se usan para describir carencias psíquicas sino como insulto puro y duro. Para evitar esto, hace casi medio siglo, a una persona con carencias psiquicas se la comenzó a a llamar «subnormal», que poco a poco se convirtió en insulto muy popular. En cuanto a las personas con problemas físicos se tomó la palabra «minusválido», que todavía no ha degenerado y formalmente se usa «discapacitado», sea físico o psíquico, según la persona afectada tenga problemas de movilidad o de entendimiento.
Y no es posible saber cuánto tiempo pasará antes de que alguien use esa palabra para insultar y menospreciar. Ojalá eso no ocurra, pero conociendo al género humano, utilizará todo lo que esté a su alcance cuando trate de zaherir al otro, y por si ya la vida no es lo suficientemente dura para ellas, humilla de paso a las personas con discapacidad. Tal vez por eso, un vendedor de la ONCE me decía que él era ciego, que y que no le diera vueltas, porque las otras formas de llamarlo (invidente, discapacitado) le daban miedo por lo mismo. Y un amigo afectado por la polio también prefiere que lo llamen cojo, directamente, porque otras componendas (que camina despacio, que tiene un andar característico) se prestan al chiste. Y es que los humanos no tenemos remedio, aunque hay que seguir buscándolo.

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Sobre el poemario de Carlos Lázaro Roldán (*)

Ayer fue presentado el poemario Diálogos al sol de Carlos Lázaro
Roldán. Además de sugerirles su lectura, les invito
a enlazar con el texto completo de la certera presentación que
hizo del poemario el poeta Javier Cabrera (el enlace está al final)
que da una visión muy completa, que comparto, de la que entresaco
dos párrafos. También participó en la presentación el profesor y cronista
José A. Luján, que es, además, el prologuista del libro.

Diálogos al sol Portada.JPGDice Javier Cabrera:
«… La temática que trata el autor en sus poemas es amplia, pendular, y va de la alegría del momento íntimo a la consciencia del dolor permanente, del instante de lucidez para saberse vivo fuera de todo sistema o apariencia, o acogotado por la aparente simple circunstancia de no saber adaptarse a la necesidad que la vida pregona. Los poemas, decía, quedan resueltos en modo y apariencia sencillos, es la suya, poesía que se delimita en la palabra directa, en el mensaje bañado de oralidad. Donde el afán de trascendencia radica, desde luego, no en lo que se emite desde el precepto del autor sino en lo que apercibirá el oído del que atiende; espero que el ojo del lector…
foto dle.JPG… El poeta hace un amplio recorrido por temas y asuntos que le son de sobra visitados por su condición de observador, que le son necesariamente íntimos por su estado de humanidad cercana, que le son soporte exacto donde establecer una denuncia, una gracia o, por qué no, un gramo de ironía justificada. Atado a la realidad, la que conforman la tierra y el agua, cómo no el aire e incluso el fuego necesario, establece los preceptos de sus principios donde se emparenta y se reconoce en el otro, sin distinción. Y como al inicio mantenía: bajo la coraza amable del poema se adivina la herida por la que abierta se transpira la necesaria consciencia…»
Enlace del texto completo de Javier Cabrera:

Bajo la coraza la herida abierta J Cabrera.pdf

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(*) El diseño del libro es de Javier Cabrera y foto de la ilustración es de Isabel Echevarría.