No es nada personal, son negocios
-Buenos días, creo hablar en nombre de los 35 que estamos presentes si le digo que parece despejarse el horizonte.
-He hecho todo lo que me han pedido, he puesto dinero público en sus manos, les he propiciado una reforma laboral cojonuda y ya la devaluación interna es un hecho. Desde que estoy aquí son ustedes un 67% más ricos; supongo que estarán satisfechos.
-Hasta cierto punto, puede hacerse más todavía, hay nichos de recorte que se pueden forzar.
-Pero entonces, señores, podríamos ahogar aun más el dinamismo de la economía.
-¿No irá usted a creer ahora esas bravatas filomarxistas de la redistribución de la riqueza?
-Pues ya no sé cómo hacerlo.
-Hombre, ya que habla de reforma de la ley fiscal, toque usted los impuestos selectivamente.
-Gravar más a quienes más tienen, quieren ustedes decir.
-No, hombre, selectivamente quiere decir que a nosotros ni se le ocurra subirnos una décima, tenemos que estar capitalizados para seguir creciendo.
-Y fluiría el crédito, y…
-No se me aparte del buen camino… Necesitamos liquidez para invertir en el extranjero, parece que usted últimamente está muy torpe.
-Lo que ustedes digan, señores, dejen el dossier con las indicaciones, yo se lo pasaré a mi gente para que proceda en consecuencia.
-Esa es la actitud, de lo contrario tendríamos que tomar decisiones… Entienda que no es nada personal…
-Por supuesto, son negocios.
-Correcto; siga usted así y lo tendremos en cuenta en el futuro inmediato y a más largo plazo.
-Gracias, señores, un placer servirles, buenos días.