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Más reyes que en la baraja

Con la abdicación de Juan Carlos I se ha abierto el melón de la forma de estado, por mucho que quieran disimularlo con su representación parlamentaria actual los partidos mayoritarios y los medios de comunicación. No soy sociólogo ni acabo de fiarme de los datos que publican encuestas de aquí y allá, por lo tanto no sé cuál sería el resultado de un referéndum sobre monarquía-república. Sé que hay mucha gente que es republicana y otra que prefiere la monarquía, sea por convicción, por comodidad o por miedo a los cambios. zzz baraja.JPG
Los partidarios de perpetuar sin consulta la monarquía -que son los que ahora mismo y a primera vista manejan todos los hilos- parece que tratan de lanzarnos un envite (órdago dicen en la vieja Castilla), y como hablamos en lenguaje de juego de naipes, no se esconden para decirnos metafóricamente que en la baraja española hay cuatro reyes. Es decir, si no quieres un rey te vamos a dar cuatro. Resulta que entre las disposiciones sobre la situación del rey y la reina una vez se haya producido el relevo y esa ley que se prepara con el fin de aforar a Juan Carlos de aquella manera, esto va a se una partida de envite, truco, mus o julepe. Habrá un rey que será Jefe del Estado, con su reina consorte, pero al abdicado se le conserva el título de rey y por consiguiente el de reina a doña Sofía. ¿No querían un rey? pues ahora habrá dos y además dos reinas. Lo que no tengo claro es a quien corresponderán copas, oros, espadas y bastos. Como saben idiomas, lo mismo son de picas o diamantes. Y luego las herederas… ¿esas son sotas o jockers? Hay un poco de recochineo con todo esto, y una y otra vez nos tratan como si fuésemos tontos.
Y ya que estamos jugando a la baraja ¡Envío!

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El Mundial ya no es lo que era

Dicen que la política comenzó a ser imagen de verdad después del primer debate electoral televisado entre Kennedy y Nixon en 1960. La televisión se fue adueñando de todo y ya en los años setenta entró de lleno también en los deportes de masas y en las grandes citas deportivas como los Juegos Olímpicos. La gente sabía de las hazañas de los grandes atletas Jesse Owen, Emil Zatopek o Mamo Wolde por los periódicos, y vagamente recuerdo la foto de los atletas Tommie Smiht y John Carlos, subidos al podio de «México 68» alzando el puño con un guante negro y a Fosbury saltando altura de espaldas. Luego ya todo es televisión, cuando las grandes firmas comerciales se adueñaron del deporte y este se convirtió en espectáculo, y por eso eventos como la Copa Davis deTenis y los propios Juegos Olímpicos dejaron de ser amateurs para vender más con las figuras del deporte profesional. Antaño, Nadal, Jordan o cualquier otro deportista profesional no podía participar en los juegos. Ahora todo es una gran tienda en la que, además de artículos relacionados con el deporte, se vende de todo en los espacios publicitarios de las retransmisiones televisadas.
zzzzfavelas.JPGCon el Mundial de fútbol ha pasado lo mismo. Aunque antes participaban futbolistas profesionales, aquello no era ese derroche de millones en fichajes y sueldos, porque no había entrado en juego la publicidad. Sabemos que ha habido y hay jugadores que cobran mucho no porque sean especialmente buenos, sino porque su imagen vende, y el entrenador tiene que ponerlos aunque jueguen mal. Siempre manda la imagen, y este campeonato que empieza ahora es otra muestra de negocios millonarios, inversiones ventajosas y dinero a toda costa, sembrando para que ganen los de siempre. No falta dinero para instalaciones deportivas que luego serán infrautilizadas, como ocurrirá aquí el pabellón para el Mundial de baloncesto. Brasil pasa un momento económico y social terrible, pero no importa, la televisión convoca, la publicidad manda, el dinero vuelve a correr en la misma dirección. Ah, sí, ¿que quién ganará este Mundial? Pues los mismos que ganaron en los Juegos de Pekín y Londres y en todos los Mundiales y Eurocopas. Incluso, si Brasil fuese campeón, no ganará la gente de Brasil. Qué hipocresía.

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Gran Canaria y Miguel Ángel Asturias

Si hace unos días recordábamos los 20 años de la muerte de Juan Carlos Onetti, hoy es necesario evocar los 40 años de la ausencia de Miguel Ángel Asturias, el primer novelista en nuestra lengua que fue galardonado con el Premio Nobel, puesto que antes lo habían recibido poetas y autores de teatro. Hablamos de uno de los grandes precursores del Boom, un gigante que logró enlazar la modernidad con la esencia del mundo indígena. Asturias es menos conocido y valorado de lo que merece su enorme obra literaria, hasta el punto de que su país natal, Guatemala, zzzzasturias.JPGha dejado pasar este aniversario sin celebración alguna, y eso que es el más célebre de sus escritores en cualquier tiempo. Bien es verdad que sus relaciones con el poder siempre fueron tensas, aunque llegó a ser embajador, pero su oposición a las sucesivas dictaduras y su reivindicación de lo indígena no le han granjeado el reconocimiento del conservadurismo guatemalteco, casi siempre en el poder.
Murió el 9 de junio de 1974 en Madrid, adonde llegó procedente de Gran Canaria. Meses antes había asistido al Congreso de la Negritud que se celebró en Senegal, y a su regreso su avión hizo escala en nuestra isla. Como no se encontraba muy bien, los intelectuales que entonces dirigían el Museo Canario lo acogieron, y pusieron a su diposición una vivienda en la urbanización sureña de Puerto Rico. Allá iban a visitarlo quienes sabían de su importancia, y él siempre fue generoso y agradecido. Puede decirse que pasó sus últimos días de vida en Puerto Rico, donde escribió el punto final de una obra impresionante, hasta que su salud empeoró y hubo que trasladarlo a Madrid, donde murió al poco de aterrizar. Este es un capítulo de nuestra historia reciente que da fe de la grandeza de personajes canarios como los doctores Juan Díaz y Rafael O’Shanahan, que tuvieron conciencia de la importancia de aquel gran hombre al que hoy su propio país le niega hoy la memoria. Por eso los recodamos aquí. A todos.