Publicado el

Pedro Zerolo, la sonrisa y la seriedad

zzz perdo zerolo.JPGDesde 1999 se ha establecido que el 3 de octubre es el Día Mundial de la Sonrisa. No es ninguna tontería, visto el asunto desde distintas vertientes. Físicamente, sonreír es bueno porque hace que trabaje un gran número de músculos faciales, y aseguran los especialistas en estética que una persona aumenta en un porcentaje altísimo su atractivo con una sonrisa, lo que genera reacciones de los demás que finalmente es agradable para quien sonríe y para los demás, lo que desemboca en un claro beneficio psíquico. Desde el punto de vista social, la sonrisa no siempre ha tenido buena prensa, porque se contraponía a la seriedad. Así, es raro que veamos retratos de personajes del pasado en los que aparezcan sonriendo, porque se suponía que tenían que dar una imagen sólida. Un disparate histórico como hay cientos, y ya hemos visto recientemente cómo a un político turco le parecía mal que las mujeres sonrieran en público. Y al imaginar a una persona sonriente pienso ahora mismo en Pedro Zerolo, que esta mañana en la radio nos llenaba de vitalismo a pesar de que está luchando contra un cáncer. Decía Zerolo que de lo que se trata es de perder los miedos, que son los que nos lastran, y él predica con el ejemplo, porque ha pasado por encima de los miedos y se ha convertido en una referencia de la convivencia seria, comprometida y alegre (no son términos incompatibles). Por eso hoy brindo por la sonrisa, la salud y el ejemplo vital de Pedro Zerolo.

Publicado el

¿El XXI es el siglo del hombre?

zz azulmalvazz.JPGSi miramos hacia atrás, veremos cómo hace cien años las sufragistas eran motivo de burla, cómo en España el voto femenino no llegó hasta los años treinta, cómo hasta los sesenta no tuvo lugar un avance real en la liberación sexual de la mujer, y en las dos útlimas décadas del siglo fue un hecho la incoporación de la mujer a territorios que antes le estaban vedados. Como dato curioso hay que recordar que, en un país tan supuestamente avanzado como Suiza, el voto femenino no se consiguió hasta los años cincuenta. Pero, claro, hay que seguir recordando lo que ocurre en el Tercer Mundo, donde una mujer es considerada como un objeto de trueque, y en los países desarrollados, donde el hombre, que se ha quedado claramente atrás, reacciona con violencia criminal ante la evidencia de que todas las personas tenemos los mismos derechos y obligaciones. Si es que sigue habiendo discriminación negativa de la mujer hasta con los colectivos homosexuales, donde la visibilidad de las parejas femeninas sigue estando muy por detrás que las masculinas. Falta mucho todavía, y ya que el siglo XX ha sido el de la mujer, ojalá, para bien de todos, en el XXI sea el del hombre, pero no en el sentido medieval que algunos quieres, sino para que espabile y se ponga al día, que los neandertales desaparecieron hace treinta mil años. Aunque los poderes reales y fácticos (y no quiero señalar), han vuelto a sacar las viejas consignas y ya solo falta que en la teletienda vendan cinturones de castidad.

Publicado el

Los maquinistas del tren del futuro

El profesorado tiene en sus manos, después de los padres, las primeras orientaciones que recibe el ser humano sobre el mundo en la que luego tendrá que sobrevivir. Tan sólo por eso, la sociedad debiera preocuparse de que estas personas que tanta responsabilidad soportan estuvieran en condiciones laborales, sociales, humanas, técnicas y psíquicas óptimas, pues de ello depende en gran medida el éxito de la educación. Esa es la exigencia irrenunciable de cualquier sociedad, y es por ello que el profesorado recibe e todos los estamentos presiones que a menudo resultan zzzztrennnnx.JPGinsoportables, puesto que se le exige responder a situaciones cuyas soluciones están fuera de su alcance, y siempre está a la espera del próximo boletín oficial o la siguiente circular. Al profesorado se le dan hechos consumados, y junto a la complejidad de las sucesivas reformas, se le carga con la responsabilidad de lo que tienen que hacer (o dejar de hacer) otros. Dicen en África que para educar a un niños es necesaria toda la tribu, pero aquí el resto se inhibe (o estorba) y por ello a veces la presión puede sobrepasarle. Los cambios se hacen por razones ideológicas y siempre de arriba hacia abajo, sin contar con el profesorado. Los docentes se sienten amenazados por todas partes, sin respaldo social e institucional y sin autoridad moral porque cualquier soplagaitas se permite juzgarlos cuando aparecen estadísticas referidas la educación. Así, es imposible que la educación en su conjunto funcione. Y sin educación de calidad no hay futuro. Los profesores y profesoras son los maquinistas del tren, los agentes más imprescindibles en este cambio, pero cada vez les aprietan más los nudos con que los atan. La tribu se desentiende pero exige. Los políticos practican el electoralismo con la enseñanza, y se empeñan en hacer de ella un escudo de su ineptitud. En el tren de la educación -el del futuro- no tratan bien a los maquinistas.