Dolor ajeno
Las personas mayores y los enfermos de determinados tipos de dolencias, como por ejemplo el Alzheimer, requieren cuidados que esta sociedad debe procurrarles, que para eso dicen que estamos en el Estado del bienestar y vamos hacia la sociedad del bienestar, que parace pero que no es lo mismo.
Y bien, lo que se dice bien, no estamos, porque como siempre, a Pekín tendríamos que haber mandado un equipo de políticos en las modalidades donde se juegue con balón, porque hay que ver cómo se pasan la pelota y utilizan situaciones humanitarias para chinchar al contrario. Da vergüenza ajena.
Lo que está pasando con la aplicación de la Ley de Dependencia no tiene nombre. Depende de quien gobierne en cada comunidad y de cómo se lleve con Madrid. Encima hace falta un trayecto burocrático laberíntico y a menudo repetitivo, no se dan salidas y los cuidadores se ven agobiados porque, además, les cae encima otra tarea. Qué poco nos duele el dolor ajeno.