El euro y los listillos
Los listillos se reían de los abuelos cuando estos decían que entrar en el euro no era bueno. Estar en la zona euro significaba -decían- tener cubiertas las espaldas para afrontar cualquier eventualidad. La peseta era una antigualla, y el euro la modernidad.
La cosa empezó a torcerse de entrada, cuando nos vaciaron la cabeza con aquello del redondeo, que tenía que ver con los céntimos de euro. No hizo falta aplicarlo, porque rápidamente lo que se hizo al cobrar fue cambiar la moneda de veinte duros por la de euro, con lo que perdimos un porcentaje disparatado de poder adquisitivo.
Pero el euro era bueno, porque nos cubría las espaldas, y mira por dónde ahora resulta que estar en el euro va aser una dificultad para luchar contra la crisis, porque una de las medidas básicas en estos casos es devaluar la moneda, y España no puede. Los abuelos, que no son tontos, solían decir: «Si el euro es tam bueno, ¿por qué los ingleses siguen con su esterlina?» Pues eso, que ahora el euro es un muro infranqueable que resta capacidad de maniobra para afrontar la crisis.