Publicado el

El euro y los listillos

Los listillos se reían de los abuelos cuando estos decían que entrar en el euro no era bueno. Estar en la zona euro significaba -decían- tener cubiertas las espaldas para afrontar cualquier eventualidad. La peseta era una antigualla, y el euro la modernidad.
euro.jpgLa cosa empezó a torcerse de entrada, cuando nos vaciaron la cabeza con aquello del redondeo, que tenía que ver con los céntimos de euro. No hizo falta aplicarlo, porque rápidamente lo que se hizo al cobrar fue cambiar la moneda de veinte duros por la de euro, con lo que perdimos un porcentaje disparatado de poder adquisitivo.
Pero el euro era bueno, porque nos cubría las espaldas, y mira por dónde ahora resulta que estar en el euro va aser una dificultad para luchar contra la crisis, porque una de las medidas básicas en estos casos es devaluar la moneda, y España no puede. Los abuelos, que no son tontos, solían decir: «Si el euro es tam bueno, ¿por qué los ingleses siguen con su esterlina?» Pues eso, que ahora el euro es un muro infranqueable que resta capacidad de maniobra para afrontar la crisis.

Publicado el

Sobre el dolor

Diez días después del accidente de Barajas, no acabamos de salir del estupor que provocó la tragedia a toda nuestra sociedad. Cada uno reacciona de manera distinta, y a unos el horror los mueve a escribir sobre ello tratando de explicar y explicarse algo tan intangible como la línea que separa la vida de la muerte. A otros, la tragedia los deja sin palabras, porque no entienden cómo y por qué el destino decreta quiénes han de cruzar esa línea.
3.JPGYo me cuento entre los segundos, porque confieso que siempre he tenido una muy mala relación con la muerte. No la entiendo, no me entra en la cabeza, y al mismo tiempo sé que es una ley biológica. Pero el destino debería permitir al menos que se cumpiera ese recorrido, y no ponerse en medio a segar vidas en su plenitud, o incluso apenas empezadas. Eso es lo que no entiendo.
En cuanto a los comportamientos públicos, una cosa es la solidaridad y otra sacar partido del dolor ajeno. No hace falta comentarios, ya se han retratado unos para bien y otros para mal. El dolor es estar entre los rápidos de un río, en un remolino personal en el que lo único que podemos hacer los demás es hacer notar a quienes sufren que estamos en la orilla esperando a que lleguen. Eso es todo lo que podemos hacer, pero hay que hacerlo.

Publicado el

La crisis

Dicen que nada hay que tenga más miedo que el dinero, y la actual coyuntura económica es una prueba de ello.
fgh.jpgSi atendemos a este principio, el miedo hace retraer los mercados y entonces sería bueno quitar hierro al asunto para que el hoyo no se agrave. De esa manera, el Gobierno de Zapatero tendría razón al no dramatizar. Por otra parte, si estamos cerca de un abismo y seguimos corriendo, quien lo sepa tendría que avisar, y en este caso este mismo Gobierno habría incurrido en una grave irresponsabilidad.
Por lo tanto, no sé quien tiene razón, pero mientras a los políticos sólo les preocupe qué incidencia va a tener en el número de votantes qué hay que hacer o que decir, puede decirse que estamos en manos del azar. En cualquier caso, cada vez hay más gente que tiene la sensación de ir en una guagua por una carretera peligros, al volante de la cual va un chófer inexperto. A lo mejor el Pensador de Rodin encuentra la solución.