Nueva factura energética
No se extrañen de que muy pronto las facturas de la luz, el gas y la gasolina sean expedidas en caracteres cirílicos. ya saben por qué.
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(A la derecha, foto de la inminente factura del gas en ruso)
Sobre la teórica diferencia entre humanos y bestias
No se extrañen de que muy pronto las facturas de la luz, el gas y la gasolina sean expedidas en caracteres cirílicos. ya saben por qué.
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(A la derecha, foto de la inminente factura del gas en ruso)
No sé por qué, el 18 de noviembre me recuerda a celebración. Debe ser porque, cuando era niño, mi abuela paterna decía que era su santo. Deduje que era día de Isabel, Isabela, Jezabel, Bella, Elisabeth y de todas las variantes latinas, anglosajonas y judías que podamos encontrar. Pero resulta que no, que pasa rozando, porque en el santoral hay una Santa Isabel el 5 de noviembre, otra el 19 y otra, la más popular, Santa Isabel de Hungría, es el 17. Noviembre es por lo tanto el mes de las Isabeles, pero no precisamente el día 18.
Sin embargo, sí hay una Isabel que se celebra cada 18 de noviembre. Es decir, se celebra más, porque cualquier día del año en ella es una celebración. Por lo tanto, hoy es día de fiesta, un día en el que esa mujer debe recibir regalos, y sé que el regalo que más le gusta es regalar. Por ello he enviado a las más altas instancias la solicitud de que el 18 de noviembre sea declarado fiesta, pero no local, autonómica o nacional. Tampoco mundial. Debe ser Fiesta Universal de la gente que se regala a sí misma a los demás. Por ello hay que felicitar a la persona que es el origen de que, a partir de hoy, el 18 de noviembre es festivo.
He visto la noticia en la Agencia EFE, y la reproduzco tal cual:
«Una mujer brasileña murió al ser golpeada por el ataúd de su marido en un accidente de tráfico cuando el coche fúnebre se dirigía al cementerio, informaron medios locales. Marciana da Silva Barcelos, de 67 años, viajaba en el asiento del copiloto cuando un turismo que circulaba en el mismo carril alcanzó al coche fúnebre por atrás haciendo que el ataúd se desplazase y golpease a la mujer, según fuentes policiales. El coche transportaba el ataúd desde la localidad de Tapes, donde la pareja vivía, hasta Alvorada, en donde el fallecido sería enterrado, ambas localidades del estado de Río Grande do Sul, en el sur de Brasil y fronterizo con Argentina y Uruguay».
Es una noticia impresionante y que da lugar a que vuele la inventiva, puesto que nada sabemos del tipo de relación que mantenían en vida Marciana y su marido. Está claro que por mucha mente científica que se tenga, cosas así nos mueven a pensar en conceptos como el destino, la casualidad… Por lo que yo sé, ignoro cuáles son las reglas del destino, y por otra parte hay quien asegura que las casualidades no existen.