El viaje de mi amigo Manuel
¿Cuánto dura la vida? Esta pregunta tiene dos respuestas. La primera es muy simple: los días contados que tiene cada ser humano; la segunda respuesta es más complicada, porque el tiempo no se corresponde exactamente con lo que entendemos por vida. Cuando la vida se va de golpe, o se agota con pocos días en el contador, pensamos que esa persona nos ha sido arrebatada de un zarpazo. Si la vida es larga, se pudiera pensar que su declive es más llevadero y, cuando se extingue, hay una aceptación menos traumática. Pero esa es una percepción desde fuera, porque cuando esa vida ha sido parte de la nuestra no hay manera de aceptar que las cosas sean así. En estos días, mi amigo Manuel ha emprendido el gran viaje; era un hombre lindante a la centena, que casi ha llegado a repetir la misma cifra en dos siglos distintos. Durante más de cuatro décadas estuvo muy cerca, caminamos, sufrimos y disfrutamos de las mismas cosas. El aportaba mucha vida vivida y memoria, yo trataba de seguir su ruta de atleta vitalista. Fue el origen de muchas ilusiones encarnadas en otras personas, y de alguna forma fue vida en ellas. Al llegar al final del camino no es una opción que aceptemos esos lugares comunes como que las cosas son así y que es ley de vida. Continuar leyendo «El viaje de mi amigo Manuel»