Publicado el

¡Qué gente más lista!


zppoDSCN4046.JPGEn estos días, se me han abierto los ojos como platos leyendo algunas declaraciones, unas porque Perogrullo sería un genio al lado de algunos y otras porque para decir según qué cosas hay que tener cierto respaldo profesional y moral. Es más, cualquiera puede expresar cualquier opinión, pero determinadas personas, aun teniendo ese derecho, calladitos se parecen a Georges Clooney. Pero siempre hay gente por ahí que no se sonroja por nada y está dispuesta dar lecciones a Casillas de cómo se para un penalty. El primero de estos caballeros es el señor Draghi, máximo dirigente del BCE; ha dicho ante la comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara que subir el IVA agudizará la recesión. Ya descubrió la pólvora, como si legiones de especialistas no lo hubieran dicho antes por activa y por pasiva. Hablar es fácil, pero cuando tiene que comprar deuda o bajar el tipo de interés en cifras que incidan en el mercado mira para otra parte. Luego viene Rodrigo Rato y nos dice que es correcta la gestión de la crisis por parte del Gobierno. Ya me quedo más tranquilo, leyendo la opinión de este reputado economista que fue ministro de un gobierno que permitió y atizó la burbuja inmobiliaria, que al frente del FMI ni olió el castañazo que se avecinaba y que fue el patrón del banco más problemático de la historia de España. Por no hablar de Montoro, que debe esperar que los funcionarios incuben billetes de 500 euros si los tiene sentados media hora más cada día. En mi pueblo, cuando alguien quedaba en evidencia siempre había otro que decía aquello de «yo es que me quedo bobo». Pues eso.

Publicado el

Feminicidio

El feminicido (dicen femicidio quienes lo traducen directamente del inglés) es el asesinato de mujeres, y aunque se suele decir que es por razones de género también hay motivaciones políticas, ideológicas y prehistóricas (seguramente será lo mismo). El caso es que, en México, especialmente en la zona norteña de Ciudad Juárez, matar mujeres es casi un deporte, y en Centroamérica pasa lo mismo. La mujer es una propiedad del hombre y matarlas es la máxima ofensa que se puede inferir a un padre, a un marido o a un hermano al que quieran castigar. En los años noventa esto sucedía en la guerra civil de Guatemala, y en un país tan pequeño murieron 200.000 mujeres y otras cien mil fueron violadas. Allí donde llegan los uniformados, zzmujerecruz.JPGsean soldados, policías o paramilitares, la vida de una mujer es una moneda de cambio. Ahora, la guerra tiene que ver con los cárteles de la droga, y también usan este tipo de crímenes para dejar bien claro al rival (generalmente otro machote) quien manda, y por eso les matan a «sus» mujeres. Esto, que parece sacado de la novela más enloquecida de Roberto Bolaño (2666), es la normalidad desde Río Grande hasta el Canal de Panamá. He rebuscado en el diccionario para encontrar un término que aplicar a esta situación y no lo he encontrado. La palabra horror parece un eufemismo ante tanta animalada. Al mundo parece darle igual, y esa es la razón por la que creo que la lucha por la igualdad de la mujer no ha hecho más que empezar, y no me olvido de las lapidaciones y crímenes de honor que son habituales en otras culturas del planeta. Si en alguna zona del mundo hubiera una matanza sistemática de rubios, bajitos, bebedores de cerveza o aficionados al surfing, seguro que ya se habrían tomado medidas eficaces. Pero las víctimas de los crímenes programados que se cometen en México, Guatemala, El Salvador, Irán, La India o Nigeria son simplemente pobres mujeres del Tercer Mundo. ¡Ah! Y en Turquía y China, que no sé ya a qué mundo pertenecen.

Publicado el

Liderazgo

zgDSCN36t78.JPGEn los momentos complicados de la historia, se necesitan liderazgos claros. No hay que entender mal su significado, pues no se trata de encontrar caudillos iluminados que conduzcan al pueblo en el paso del Mar Rojo, sino que tengan un proyecto claro y que sepan transmitirlo. A eso seguramente es a lo que llaman carisma, una persona que señale y ejemplifique la actitud colectiva, y que, como señala Maquiavelo, represente un estado de ánimo a menudo distinto al de los otros, para así transmitir que sabe la ruta sin titubeos. Y es precisamente eso lo que falta en los dos partidos que conforman el Gobierno de Canarias. Sus máximos representantes fueron candidatos únicos en los congresos que acaban de celebrar sus formaciones y en los dos casos obtuvieron poco más de la mitad de los votos de sus correligionarios. Formalmente es correcto, es democracia pura, la mitad más uno, y eso estaría bien si hay dos candidatos, pero habiendo solo uno y que la otra casi mitad vote en blanco tiene un significado muy rotundo: su liderazgo partidario está como mínimo en entredicho, y más si importantes figuras han escenificado su oposición. ¿Qué liderazgo social podemos esperar de dos políticos -ahora Presidente y Vicepresidente del Gobierno de Canarias- que ni siquiera son capaces de aunar voluntades en sus respectivos partidos? Seguramente hay demasiado intereses que no alcanzo a vislumbrar, pero en buena lógica, si yo fuese uno de esos políticos no aceptaría esa pírrica victoria, nombraría una gestora y convocaría una nuevas elecciones a las que, por supuesto, no concurriría? Me dirán que es cosa interna de los partidos; pues no, porque todo eso es un entramado democrático que tiene como fin el interés general de la sociedad, y con este paisaje no veo yo ningún faro que nos permita atisbar algo de ilusión y esperanza.