La ciencia infusa del poder
Decía Aristóteles que un gobierno ha de ser práctico, no perfecto. Supongo que el gran filósofo tendría en cuenta que la perfección es imposible, y por lo tanto hay que buscar la eficiencia. Y gobernar es muy complicado porque se trata de coordinar todos los elementos que confluyen en el bien común, o al menos el mayor número que se pueda, porque luego están las distintas formas de ver las cosas. Teniendo en cuenta lo complejo y agotador que es gobernar, asombra que haya tantas personas que aspiren a ostentar el poder (cuando es democrático) o incluso detentarlo (cuando se obtiene de forma ilegítima). Gobernar para todos es una quimera por esa imposibilidad de perfección, pero se supone que hay que hacerlo tratando de resolver los asuntos incidiendo en los puntos más débiles. Pero resulta que muchas veces -demasiadas- el poder no se usa como instrumento de mejora colectiva sino para mayor lustre personal de quienes lo tienen en ese momento. Continuar leyendo «La ciencia infusa del poder»