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La materia prima del talento canario

 

Quien piensa que su tierra es la mejor del mundo es un ignorante. (José María Gironella).
La tierra donde uno nace por destierro se la den. (Popular).

El asombro me invade desde que esta semana, el presidente Clavijo, hacia el final de su discurso del Estado de la Nacionalidad (tiene bemoles constitucionales el nombrecito) vino a anunciar el esplendoroso futuro de Canarias porque ha descubierto que «esta tierra rezuma talento. Es una gran materia prima; inagotable, sostenible, infinita. El talento es nuestro petróleo; nuestro oro». Dijo el presidente que, a pesar de las evidencias, seguimos sin creérnoslo.
taraIMG_2449.JPGY, como les digo, todavía no he salido de mi sorpresa. Resulta que en Canarias hay mucho talento, supongo que como en Alemania, Paraguay, Japón o Tanzania. ¿O es que Canarias entra en la lista de los territorios donde la gente es muy talentosa? ¿Hay, por otra parte, lugares donde la gente es torpe, sin creatividad, sin talento en definitiva? Hasta que escuché al señor Clavijo, yo pensaba que el talento, la torpeza, la inteligencia, la estupidez o la mediocridad se repartían proporcionalmente, y el progreso colectivo depende del uso que se haga del talento que todos tienen. Continuar leyendo «La materia prima del talento canario»

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Se recoge lo que se siembra

Lleva siglos ocurriendo, pero no aprendemos. Es una norma que podríamos llamar matemática que cuando un organismo se siente atacado, aunque a veces el miedo o la confusión lo paraliza, acaba devolviendo el ataque, y no siempre en la misma proporción que el recibido. Esa es otra constante que se repite, la desproporción de la respuesta. Ocurre en todos los seres vivos y también en el ser humano, tanto en sus relaciones individuales como cuando forma parte de un grupo que lo diferencia como tribu, nación o por motivos religiosos, raciales o de otra índole. El territorio o la forma de vida en cualquier aspecto, o ambas cosas, son el aire que levanta la ola. Y esto suele suceder por la falta de sensibilidad y preparación de la dirigencia, sea política, económica o social. Un pequeño error con el otro origina una respuesta, 33DSCN4288.JPGque al ser desproporcionada incita a devolverla para equilibrar, y así va creciendo la bola de la violencia y el desconocimiento y llega un momento en el que ya nadie sabe qué fue primero, por lo que la tendencia es echar la culpa al otro. Si los dirigentes conocieran la Historia, sabrían que esta escalada de errores está en el origen de casi todas las guerras y las subsiguientes calamidades. Digo casi, porque los motivos se completan cuando al frente de una comunidad hay alguien con muchas ansias de poder y ataca al otro sin más, aunque hasta en esos casos ese liderazgo irracional tiene seguidores porque hubo errores que crearon el caldo de cultivo.
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Hablemos, pues, de religión

Ya que estamos en una semana históricamente enclavada en asuntos religiosos, hablemos de religión. La clave de las creencias religiosas es la fe, pero ese es un sentimiento personal. Strictu sensu, hay varias definiciones del concepto «religión». Una de ellas re refiere al culto a la divinidad, los ritos y la veneración; otra dice taxativamente que es una obligación de conciencia. Una es la que exhibe signos externos, la otra guía las conductas. No son excluyentes, pero generalmente se da mucha importancia a la primera y poco se valora la segunda. Para no meternos en latinajos, etimológicamente significa «acción y efecto de atarse fuertemente con Dios». Si nos ceñimos a nuestro espacio, son judeocristianos hasta los ateos de nuestro ámbito histórico y cultural. Hubo un tiempo -casi toda la Historia- en que las religiones eran la única ley, y el poder se convertía en teocracia directa o indirectamente, y como el poder lo acomoda todo a su conveniencia, las interpretaciones religiosas a veces tienen poco que ver con el origen. Continuar leyendo «Hablemos, pues, de religión»