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Si esto no es una guerra

Las decisiones sobre las misiones que realizan nuestros soldados las decide el Gobierno y lo refrenda el Parlamento. Por lo tanto, lo primero es solidarizarse con el dolor que ocasiona la muerte en acto de servicio de militares españoles. Pero también debemos reflexionar sobre las misiones de nuestras Fuerzas Armadas. Funciones pacificadores y efectivas como las de El Salvador o Bosnia engrandecen el papel de España en el mundo. zzafganis.JPGSin embargo, Afganistán no fue una buena idea desde el principio. Arrastrados por la cabezonería de Bush, muchos países integraron una fuerza que debía restablecer la democracia en el país, coartada muy truculenta pues no se puede restablecer algo que nunca ha existido. Europa se ha plegado a los caprichos del Tío Sam, lo mismo que pasó después con la Guerra de Irak. Afganistán es un polvorín, y se repite la máxima de que nadie ha podido controlar un territorio muy difícil que está en manos de los Señores de la Guerra desde tiempo inmemorial. Fracasó la URSS y antes los británicos, cuando sus colonias llegaban justo a las fronteras de Afganistán, pero es que ni los legendarios Aejandro Magno, Saladino o Gengis Khan pudieron con los afganos. ¿Por qué iba a poder una coalición internacional por muy azules que sean sus cascos? Por lo tanto, ya que tanto sufrimiento está resultando inútil, las Fuerzas Armadas españolas debería volver inmediatamente, sin esperar a esos plazos impuestos arbitrariamente por Estados Unidos. Europa debiera hacerse valer en la ONU y si el Pentágono quiere guerras que las pelee por su cuenta. No hay por qué poner más muertos en una guerra inútil. Ah, que no es una guerra; pues si llega a serlo…

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El Pacto del Euro

Después de las manifestaciones de ayer en toda España, queda claro una vez más que en el 15-M no hay perroflautas, sino ciudadanos decentes muy indignados).

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zzz76tfgFoto0077.JPGCuando aún no existía el euro, se me ocurrió hacer una chanza sobre la potencia de Alemania dentro del la UE, y recuerdo que escribí un artículos titulado «Europa, capital, Berlín». Decía entonces que Alemania no necesitaba divisiones acorazadas ni ejércitos poderosos para adueñarse de Europa y luego destruirla, que es lo que he venido sucediendo una y otra vez desde el siglo XIX; le bastaba con el poderío de su moneda y las acciones de su banco central. Quince años después, ya metidos en el euro, Alemania sigue empeñada en llevar el estandarte de Europa con la economía como símbolo. Propone el Pacto del Euro, y habla a los demás países como si fuese la gran madre europea, exigiendo a los demás cosas que ella no cumple. Ahora viene lo del Pacto del Euro, que no es otra cosa que recortes que castigan a los más débiles, y contradice la idea de que el dinero debe correr para que la economía se active. Yo no sé qué pretenden, pero a lo mejor Thatcher y Miterrand tenían razón cuando miraban de reojo a Alemania, tan de reojo que Gran Bretaña no ha querido entrar en el euro. La verdad es que en los últimos 15 años el peso específico de los dirigentes europeos ha bajado mucho, mientras Estados Unidos dicta desde lejos (y hace lo contrario), China sigue creciendo y Rusia está controlando con sus reservas de hidrocarburos. Si el Pacto del Euro son los cinco puntos que se han publicado, es más de lo mismo.

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Que repitan el eclipse

Los eclipses son espectáculos que la naturaleza nos brinda para dejarnos clara nuestra pequeñez y la dependencia que tenemos de astros como el Sol o la Luna, que gobiernan nuestra temperatura, las mareas y otros parámetros que hacen posible la vida. En la antigüedad, los eclipses eran tomados como malos augurios, y si, como en el caso de hace dos días, la luna se ve roja roja por cuestiones físicas la cosa era aún peor. Eclipses, lluvias de estrellas y otros fenómenos astronómicos han dado miedo, sencillamente porque se ignoraba casi todo sobre ellos. zzzzoto1959[1].jpgPero si los eclipses de Luna son curiosos, los totales de Sol son tremendos. Cuando digo eclipse total es total, y el último que de esas características hemos visto en el centro de la diana en Canarias sucedió el 2 de octubre de 1959. A las 11:45 de la mañana de un día luminoso, oscureció totalmente; se veían las estrellas y las aves buscaron su palo para dormir. La ignorancia de lo que estaba sucediendo hizo que muchas personas fuesen presa del pánico, mientras gritaban que era el fin del mundo que se había adelantado, ya que por entonces estaba anunciado para 1960, tres meses después, que era cuando decían que iba a ser abierta la tercera carta de Fátima. Mientras tanto, los niños en la escuela no se asustaron, porque los profesores los habían preparado, y lo observaron con cristales ahumados. Luego hubo otro eclipse total de Sol el 30 de junio de 1973, y se anunció a bombo y platillo porque el avión Concorde repleto de científicos y periodistas salía de Gando para seguir la ruta del eclipse y observarlo por más tiempo. Pero no se hizo de noche, fue como un día nublado, y hasta circulaba el chiste de que al día siguiente iban a repetir el eclipse porque no había salido muy bien. Pues lo mismo ha ocurrido con el de Luna, porque las nubes no lo han dejado ver en Las Palmas. Seguramente será culpa de Zapatero, y no me extrañaría que el PP pida que lo repitan.