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De Lara a Lawrence

Ha muerto Maurice Jarre, el compositor francés que puso música a películas inolvidables, que estuvo nominado al Oscar cinco veces MV5BMTc5MzUxODg5OV5BMl5BanBnXkFtZTYwMzc3Nzc2._V1._CR146,0,233,233_SS90_[1].jpgy que se llevó a casa la estatuilla a la mejor banda sonora original en tres ocasiones, por la música que puso a las películas Lawrence de Arabia, Doctor Zhivago y Pasaje a La India. Es muy curioso que las tres fuesen dirigidas por el maestro David Lean, lo que quiere decir que había muy buena empatía entre ambos creadores.
Julie_Christie_in_Doctor_Zhivago_2[1].jpgSon innumerables las buenas películas (y no tan buenas) a las que puso música Jarre, y sin duda en su listado está buena parte de los mejores directores de la segunda mitad de siglo XX. Pero está claro que su consagración le llegó pronto, en 1962, con la magistral banda sonora de Lawrence de Arabia, y alcanzó el mito con uno de los cortes de Doctor Zhivago.
No se entiende el personaje de Larisa sin El Tema de Lara, y esta simbiosis entre la mirada indescriptible de Julie Christie y su música hizo posible que calara tan hondo en los espectadores, hasta el punto de ser uno de los temas más definitorios de toda la historia del cine, que está en la memoria de todos como las bandas sonoras de Psicosis, Lo que el viento se llevó, el tema «El tiempo pasará» de Casablanca o el Vals de El Padrino. Maurice Jarre forma parte por lo tanto de la memoria auditiva (y visual) del siglo XX.

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Un ramito de violetas

cecilia].jpgHoy quiero hacer una concesión a la nostalgia, porque aunque ya no es lo que era -que dijera la actriz francesa Simone Signoret en sus memorias- hay nostalgias necesarias porque tienen que ver con un cambio de época y la evolución de las sociedades.
Cecilia fue una cantante que pasó fugazmente por todos nosotros en los años setenta, y nos marcó con su querida España, porque decía con música y versos aquello que nosotros queríamos expresar y no sabíamos. Sus canciones calaron en toda una generación, y cualquiera de ellas es como un himno: Dama, dama, Amor de medianoche y, sobre todo, Un ramito de violetas, una canción que nos descubre que la sensibilidad a veces se enmascara en el silencio. Años después, Manzanita hizo una versión aflamencada que también es fantástica, y que la recordamos como otra época importante de nuetras vidas y nuestra sociedad, los primeros años ochenta, aquellos en que todo era ilusión. Por eso hoy, 9 de noviembre, me acuerdo del ramito de violetas de Cecilia.
Ya saben: cada nueve de noviembre le enviaba de forma anónima un ramito de violetas.
(La foto es de César Lucas)

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Enrique VIII el músico

Enrique Viii.jpgMás de uno se verá sorprendido al saber que el autor de la popular canción Somos costeros es el escritor Pancho Guerra, aunque parece ser que pasó a la partitura de la mano del guitarrista Blas Sánchez.
Esto es hasta cierto punto normal, porque las letras y la música no andan muy lejos, y vemos a músicos poetas como Luis Eduardo Aute y a poetas músicos como José María Millares, autor de dos canciones tan distintas como son Campanas de Vegueta y De belingo.
Lo que de verdad es sorprendente es que un tipo tan bruto como el rey Enrique VIII de Inglaterra, que mandó al cadalso a dos de sus esposas y se distingue por su crueldad, haya sido autor de una música tan hermosa como la balada Greensleeves, que todos hemos escuchado e incluso tarareado alguna vez, y otras composiciones de gran altura. Increíble, pero cierto.