Bitácoras de lo humano
Parece (esperemos que se consolide) que empieza a saberse que en Canarias se escribe narrativa y poesía tal vez como en ninguna época de sus quinientos años de historia, con unos niveles que nada tienen que envidiar a los de los momentos más recordados de nuestra literatura. Hasta hace poco tiempo, dada la escasa atención mediática, crítica y universitaria, era posible pensar -algunos lo siguen pensando o haciendo que se piense- que la última poesía escrita en Canarias data de los años 60 (Poesía Canaria Última) y que desde el Boom narrativo de los 70 nadie había vuelto a escribir una novela. Ha pasado casi medio siglo de poesía y cuatro décadas de narrativa y, aunque la actividad creativa es muy importante, solo en los últimos años hay referencias de todo ese quehacer que se ha hurtado a nuestra cultura.  Continuar leyendo «Bitácoras de lo humano»
					
Pedro Lezcano es magnífico en todas sus vertientes literarias, es uno de nuestros poetas casi sagrados, pero no me canso de decir que su trabajo narrativo tiene al menos la altura de su poesía, que no es poca, pero me atrevería a decir que en algunos momentos la supera. Y es una lástima que un corpus narrativo como el suyo, no muy extenso pero sí muy contundente, quede orillado en nuestro devenir literario. Lezcano es un orfebre del cuento. Pocas veces se han alcanzado en Canarias cotas más altas que las que él escaló, por lo que podemos decir sin temor a equivocarnos que estamos no solo ante un gran poeta, sino ante uno de los insoslayables narradores canarios del siglo XX. Conocedor de esta sociedad, de sus grandezas y sus miserias, de los claroscuros que conducen al dolor de muchos para el beneficio de unos pocos, utiliza su talento para definir a fogonazos una realidad a menudo metaforizada porque hubo un tiempo en el que las circunstancias obligaban. Relatos como El pescador o La chabola forman parte de mi antología personal de cuentos que en su breve trazo definen un mundo.