Publicado el

La representatividad del fútbol

Una vez dijo Mercedes Milá que Gran Hermano era un experimento sociológico, por lo que deduzco que Supervivientes es un experimento biológico y son investigaciones sobre el lado oscuro del alma. El que no se consuela es porque no quiere, y con el fútbol pasa lo mismo. Afirmo de entrada que me gusta ver un buen partido de fútbol, pero aborrezco ese espíritu de tribu que es el que impera en las aficiones. Oía anteayer que los aficionados del Sevilla se alegraban de que descendiera el Betis, y en este mismo periódico veo que hay mucha gente de Gran Canaria a la que no le hace gracia que el Tenerife ascienda a Primera División.
china9pw7[1].jpgEl fútbol se supone que es un deporte, pero el espíritu deportivo está ausente la mayor parte de las veces, y lo que se ansía es ganar a toda costa. Ahora dicen que el Barça es una nueva manera de ver el fútbol y a Pep Guardiola casi que lo han elevado a la categoría de filósofo. Pero es lo mismo, el Barça juega bien, pero al final surge la tribu y lo resuelve quemando la ciudad.
Pongamos las cosas en su sitio. Un campeonato de fútbol es eso, ni más ni menos. Es bonito que España gane la Eurocopa, es bueno para nosotros (tribu canaria al fin) que el Tenerife ascienda y que la UD Las Palmas salve la categoría para que próximo año pueda plantearse la posibilidad de ascender. Pero es eso, fútbol, divertimento, y desde luego yo no me siento representado por el Tenerife, pero tampoco por la UD Las Palmas ni por ningún equipo. Lo mismo que Almodóvar no me representa cuando pasea sus películas y sus Oscars, porque yo creo que cada uno debe representarse a sí mismo, y si una sociedad fía su embajada a un equipo de fútbol, a un director de cine, a un tenista o un cantante eurovisivo, mal vamos. A mí quien me representa son las instituciones elegidas en las urnas, y a esas sí que les exijo que lo hagan lo más dignamente posible, pero el fútbol es sólo un deporte inglés que juegan tres argentinos, tres catalanes, uno de Albacete, dos croatas, un portugués y, si se tercia, algún canario.

Publicado el

La terrible imagen de la fuente de Canaletas

Es un contrasentido lo que está ocurriendo repetidamente en Barcelona con las celebraciones de las victorias del Barça. El fútbol alimenta el sentimiento de tribu, y está bien que la gente se alegre de los triunfos de un equipo, pero lo que carece de sentido es que cada vez que hay celebración en Las Ramblas de destroce el mobiliario urbano y se creen problemas de orden público con centenares de heridos y detenidos.
manos%20aplaudiendo[1].gifY es un contrasentido precisamente por la filosofía deportiva de este Barça, que lo basa todo en el buen juego y en el fair-play en la cancha, y luego vienen unos energúmenos, que posiblemente ni siquiera disfruten con el fútbol, y emborronan lo que debe ser una fiesta cívica. Si esto sigue en la misma línea, sería incluso deseable que desde el club o desde el ayuntamiento se pidiera a los aficionados que no acudan a Canaletas en estas situaciones, porque si es cierto que el fútbol es imagen para una ciudad, toda la buena imagen que da el equipo en el campo y en su comportamiento exquisito la manchan estos salvajes. Y lo más triste es que este mal ejemplo puede extenderse, ahora que en otras ciudades se celebran ascensos de categoría, que con legítima alegría tienen derecho a celebrar los ciudadanos.

Publicado el

El espíritu de la tribu

b8.JPGCon esto de que el Barcelona puede abarcar tres títulos importantes este año el fútbol se ha puesto de moda, no tanto como cuando la Eurocopa pero sí de una manera importante. Yo no sé lo que tiene el fútbol que mueve tanta gente, tal vez porque estimula nuestro espíritu de tribu, y nos realizamos en las hazañas de nuestros héroes del balón.
Cierto es que el Barça está jugando muy bien, casi de forma artística, una especie de ballet físico que admira a cuantos lo ven. Pero no deja de ser un equipo de fútbol, y sus proezas pueden quedar hechas trizas simplemente porque un poste se ponga delante de la trayectoria del balón. Habiendo hecho lo mismo se puede alcanzar la gloria o el fracaso. Un milímetro de más o de menos en la bota de Iniesta en su glo contra el Chelsea, y todo sería distinto.
Pero tal y como están las cosas, me apunto a la ilusión de fútbol, que entre la gente es algo muy sano, que nada tiene que ver con los sueldos millonarios de los futbolistas y los tejemanejes de los directivos alrededor de cantidades de dinero que cuesta trabajo escribir. Ojalá el Barça gane la final de la Champion, porque eso hará feliz a mucha gente, aunque si somos justos también hará llorara a los seguidores del Manchester. Pero puestos a que unos rían y otros lloren, mejor lo bueno para los que están más cerca.