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El discurso futbolístico es para troncharse

Esto del fútbol es para partirse de risa. Aparte de la imposible rentabilidad de un fichaje de 94 millones, la verborrea que se desata alrededor de este mundillo es tan hilarante que roza en lo cómico. La selección Española es campeona de Europa, tiene el record histórico de 15 partidos consecutivos ganados y empata nada menos que con Brasil al permanecer invicta 35 partidos.
ss.jpgPero eso dejó de contar el miércoles, cuando perdió con Estados Unidos. De repente, Vicente del Bosque es un cenutrio que no tiene ni idea de fútbol, Xavi Hernández está quemado, la selección no es nada sin Iniesta aunque haya jugado la mitad de esos partidos de los récords con ese jugador como suplente, Iker Casillas es ahora un portero fallón cuando era el mejor del mundo cuando le paró los penaltis a Italia, Pujol es un burro de carga que no sabe jugar la pelota, Torres es un delantero sobrevalorado, Villa… Bueno, bueno.
Y es que el fútbol tiene mucho de fortuna, porque la clave de la Eurocopa estuvo en la eliminación de Italia, que pudo haber sido al revés porque los penaltis son una lotería. El miércoles, España, con algo de suerte, pudo haber metido varios goles, pero sobró´-o faltó- ese movimiento milimétrico de una pierna que se convierte en el metro necesario tras el recorrido del balón. Los rivales tiraron dos veces a puerta y marcaron dos goles, tras dos errores defensivos de dos jugadores que nunca fallan. Ni la Eurocopa tiene valor, en un instante, España, la que antes era la mejor selección del mundo, es ahora un equipejo, y a Vicente del Bosque le está pasando lo contrario que a Luis Aragonés, que en 2008 era un sabio glorioso y un año antes había sido un estúpido enchufado por Villar. Es que me troncho.
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(En la foto, Villa y Torres preparados para lanzar una falta al borde del área)

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El fútbol, los millones y la horterada

Es indudable que los 94 millones de euros que se han pagado por Cristiano Ronaldo y sus 10 millones de sueldo anual libres de impuestos (publicidad aparte) han sido la gota que ha rebosado el vaso. Líbreme Dios de defender a CR94 como ahora lo llaman, pero conviene no olvidar que hace casi una década el Real Madrid pagó 65 millones por Zidane, que ahora mismo se acaba de pagar esa cantidad por Kaká, y que cualquier futbolista aventajado se traspasa por 25 o 30 millones, que no es poco. Es más, en números más modestos, son legión los fichajes de entre 5 y 10 millones y hay una caterva de salarios que sobrepasan los 2 millones de euros.
1cc.jpgTambién nos olvidamos de que hay una lista interminable de futbolistas que cobran más de 3 millones de euros limpios. Hace una década que viene siendo así, y la nómina es impresionante, prácticamente todo el Madrid y el Barça titular, medio Atlético de Madrid, buena parte del Valencia, el Villarreal y el Sevilla, y en el extranjero por el estilo, pues las ligas italiana, francesa y alemana tampoco se quedan atrás. La liga inglesa se lleva la palma desde que los magnates rusos empezaron a comprar equipos y a pagar cifras irracionales.
Como se ve, esto no es de ahora, pues ya hace años se denunciaba este disparate. De repente, todos han puesto el grito en el cielo, porque las cantidades son espectaculares y porque Cristiano Ronaldo tiene estampa de hortera de barriada, pero su fichaje no deja de ser otro escalón más de la locura del fútbol.

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Un baremo sociológico muy peculiar

Si es cierto que el fútbol es un botón de muestra de la sociedad, vamos listos. Yo no creo que sea así, pero sí que en sus alrededores se ve la radiografía de lo que realmente interesa. Podríamos decir que el cotilleo futbolístico es un baremo del pensamiento colectivo, y eso es lo que me hace temblar.
canes.jpgEl domingo el Tenerife puede ser matemáticamente equipo de Primera División, y si no lo será el domingo siguiente, porque tendría que ocurrir una catástrofe para que no ascendiera. Yo no lo celebraría, porque ya saben que para mí el fútbol es sólo eso, fútbol, y salir a la calle en procesión no me sale en ningún caso, pero sí que me alegraría que un equipo canario estuviese entre los grandes.
Con motivo de este hecho meramente deportivo, salen a flote los fanatismos viscerales y los debates estériles. Cuando tenemos el índice más alto de paro del Estado, cuando atravesamos un momento en el que hay que plantearse cuestiones económicas muy duras para el futuro, cuando el mundo pende de que a cuatro locos les dé por apretar un botón, o asistimos a noticias como que narcos que operan en Canarias pasaban dinero a células islamistas, me parece suicida andar en si le quitamos o no el «Gran» a Gran Canaria, en si volvemos a la provincia única anterior a 1927, o si por el contrario avanzamos hacia la doble autonomía. Viendo estas cosas, me da la impresión de que andamos por los años setenta o que hay mucha gente que no ve cómo está el mundo más allá de La Isleta y de Anaga. Por ello creo que el fútbol es un baremo sociológico muy peculiar.