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Estética

zzxcFoto0404.JPGLa estética social cambia con las épocas. Las Tres Gracias de Rubens, el ideal de su tiempo, eran regordetas, en el Romanticismo se llevaban las tísicas, en 1900 las llenitas y en los años veinte las delgadas para bailar el charlestón. Las estética de la postguerra era la de las mujeres con curvas: Lana Turner, Carmen Sevilla, Marylin, Sofía Loren, Elizabeth Taylor, Debora Kerr, Sara Montiel o Ava Gardner, con excepciones como Lauren Bacall y Audrey Hepburn. Y no es verdad que esos cánones se persigan para gustar más a los hombres, el machismo ha sido y es mucho, pero con eso nunca pudo; las mujeres se visten y se cuidan para las mujeres y sobre todo para sí mismas. Los hombres actuales han aprendido de ellas, van al gimnasio y se visten bien para impresionar en la vida y en los negocios, y dicen que para gustarse más a sí mismos. En la atracción tampoco funciona; si dos personas se atraen, poco importa la talla del pantalón, o si el vestido es de Zara o de Valentino. Eso sí, mejor con cremallera… No es por nada…

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Energía

zzPICT0h046.JPGEl refrán dice que en abril aguas mil, pero resulta que el refranero es castellano y aquí estamos muy lejos de Castilla. La Semana Santa ha estado pasada por agua en buena parte de La Península, por lo que parece que el refrán es bueno, pero aquí seseamos y, aunque en el mentado refrán no hay ces ni zetas para sesear, no nos ha pillado ni siquiera la cola de la dichosa borrasca. El agua siempre ha sido un gran problema en Canarias, es un sufrimiento histórico, pero en estos momentos, con la población que soportan las Islas, con la disminución de los acuíferos y con la dependencia hidráulica de la energía derivada del petróleo, estamos en el filo de la navaja. No es alarmismo, es prevención, y no sería mala idea que se iniciase un plan para en un tiempo prudencial pudiéramos tener agua con energías que nosotros podamos producir (sol, viento, olas del mar…) Lo que pasa es que aquí nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, y cuando no llueve nos acordamos de las potabilizadoras. ¿Y qué pasaría si no llegase aquí el petróleo?

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Wert nos ha enseñado el camino

zzxxDSCN4177.JPGPor fin se empieza a vislumbrar cordura y racionalidad en el disparate de eso que llaman cultura. Es que íbamos embalados hacia el caos, con tanto despilfarro en un asunto tan banal e improductivo como la cultura. Porque vamos a ver: ¿Para qué sirve un cuadro? ¿Qué necesidad hay de teatros cuando hay cuarenta salas de multicines donde ponen cine americano? ¿Qué otra cosa sino comerle el coco a la gente hacen los conferenciantes, los poetas, los novelistas y los investigadores de toda calaña? Los actores que trabajan fuera pagan impuestos allí donde actúan, pero aquí solo tributan lo que hacen en España. Ya, ya sé que eso mismo hacen los deportistas de élite que juegan en el extranjero, pero no irán a comparar a Gasol y Nadal con Bardem y Banderas, son conceptos distintos. Ya era hora, y el momento es propicio. Basta ya de sufragar actividades en los que pulula gentuza del submundo marginal de la cultura que tiene escasa efectividad económica. Nos estábamos saliendo de madre, que ya fue demasiado crear el CAAM, rehabilitar el Cuyás y desperdiciar en la playa de Las Canteras un solar magnífico para un hotel de cinco estrellas donde han puesto un auditorio que nos cuesta dinero. Hay que cerrarlo y ampliar el Centro Comercial de Las Arenas hacia el mar. Hombre, por Dios, y finiquitar ese Museo de la Ciencia que un día se le ocurrió a Tito Quevedo y que sólo sirve para llenarlo de chiquillería estúpida que pierde clases para ver chorradas improductivas. Ahora sí que enfilamos bien el futuro. ¿Cultura, para qué? El ministro Wert pasará a la historia como el guía que nos ha mostrado el camino.