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DOMINGOS IM-POSIBLES (VI)

Lilith-Lolita (y 2)
En esta segunda parte, llegamos a Lolita, personaje central de la novela del mismo título de Vladimir Nabokov (1955), tal vez el único mito del siglo XX, pues no hay antecedentes y sí consecuencias, todas las consecuencias.
lolita2.jpgLolita tiene 36 capítulos, muy desiguales en tamaño, y muy atrevidos en cuanto a la forma, pues fuerza la escritura hasta llevarla a diversos registros, tales como la procacidad de la peor pornografía, la sensibilidad exquisita de un salmo, la poesía existencial más sangrante o un neomodernismo rayano en la cursilería. Hacer esto, hacerlo bien y conseguir con ello una obra maestra de la literatura es prácticamete un imposible. Sin embargo, Nabokov lo consiguió, aunque estas técnicas no fueron utilizadas por él sólo en esta novela, porque si ha habido un novelista formalmente heterodoxo este ha sido Vladimir Nabokov.
lolita3.jpgAparte de sus inmensos valores literarios y del modo espléndido en que son tratadas la pasión amorosa, la ternura y la crueldad, Lolita es el primer gran desafío a Pigmalión en toda la historia del arte y la cultura. Un profesor europeo maduro, Humbert Humbert, se enamora de la hija de su casera. Pero el objeto de su amor es una niña de trece años, con apariencia de inocente aunque con cuerpo de adolescente. Es la perversión suma, casi el incesto. El galán maduro, que es a su vez objeto del amor de la madre de Lolita, a la que él aguanta y rechaza al mismo tiempo, debe ser en teoría el dueño de la situación, Pigmalión que modela a su antojo la candidez de Lolita.
Pero la regla se rompe, y aquella niña aparentemente inocente se convierte en la dueña de la voluntad de Humbert Humbert, que será capaz de todo por conseguir el amor de su adorado objeto de deseo. Aquel hombre culto, vivido y apuesto es ahora un juguete en las manos de una niña-mujer.
Después de Lolita, la sensualidad de las obras de Françoise Sagan, los atrevimientos de Antonioni o Roger Vadim, las niñas provocativas, Lolitas, desde Brigitte Bardot y Jane Fonda a Françoise Hardy, Jane Birkin y Gigiola Cinquietti, y más tarde Romina Power, Ornella Mutti y Jodie Foster, fueron coser y cantar. Roger Vadim, el Pigmalión de Brigitte Bardot y Jane Fonda, sin Lolita no habría tenido trabajo, lo mismo que John Derek, fabricante a golpe de dólares y bisturí de Ursula Andrews, Linda Evans y Bo Derek.
lolita1.JPGDos Pigmaliones que manufacturan imágenes contra el acabado Pigmalión chipriota. Sin Lolita, Mary Quant se habría tragado su minifalda y habría sido expulsada para siempre del imperio de la reina Victoria. Hasta el Rock and Roll fue otro al entrar en el mundo la mujer reclamando su sitio hasta en el Vaticano, donde no hubo más remedio que convocar un Concilio para capear el temporal.
Pigmalión había sido derrotado, o al menos se sabía que era posible derrotarlo. Ahora las mujeres preguntan y piden explicaciones, y son los hombres los que andan confusos porque, como he dicho alguna vez, el hombre busca a una mujer que ya no existe y la mujer a un hombre que aún no ha llegado. Los hombres siguen emulando a Don Juan Tenorio y buscan a Doña Inés de Ulloa, pero ahora en su lugar está Lolita, que no quiere a Don Juan, pero tampoco a un atolondrado y anacrónico Humbert Humbert, sino a alguien que sea capaz de tener su reloj en hora.
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(La parte gráfica se corresponde con la portada de la primera edición de la novela «Lolita», de sus dos versiones cinematográficas más conocidas y de la actriz Sue Lyon encarnando al personaje y fijando el icono).

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Por la paz

Hoy es el Día Mundial Escolar por la Paz. No hay mejor mensaje que la música, y ante la posibilidad de escuchar a Antonio Flores, a John Lennon o a Miguel Ríos, lo mejor es que canten los tres.
guernic.jpgCómo no recordar hoy a Monseñor Romero, a Marthin Luther King, a los jesuitas asesinados en Centroamérica, a Rigoberta Menchu, Madre Teresa de Calcuta, Nelson Mandela, Padre Vicente Ferrer, Willy Brandt, Adolfo Pérez Esquivel, Desmond Tutu, Mijail Gorvachov, Muhammad Yunus, Martti Ahtisaari… Y por supuesto a Gandhi, a Monseñor Pildáin y al Jesucristo de los Evangelios.
Ojalá la paz deje de ser un deseo y se convierta en una realidad. También depende de cada uno de nosotros.
También recuerdo a Picasso, que lleva la parte gráfica de este post.

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Yo creo (¿es de crear o de creer?)

No acabo de entender esa publicidad en las guaguas peninsulares (allá autobuses) que pasean en letreros curiosidades como «Es muy probable que Dios no exista» y otros por el estilo. Pero también sé que hay un sector de creyentes que por lo visto van a sufragar contrapublicidad guagüera proclamando por todas las líneas de autobuses que Dios existe.
catar.jpgY en estas andábamos cuando entra al trapo un vocero del arzobispado de Madrid para rasgarse las vestiduras alegando que airear en carteles móviles la posibilidad de que no haya Dios es una blasfemia que hiere a los creyentes. Siempre he defendido que hay cosas que pertenecen al ámbito privado, y hacer apología de una creencia (o no creencia) es un esfuerzo inútil, porque cada cual seguirá con lo suyo, pasen las guaguas que pasen.
Lo que sí me parece insostenible es el tratamiento de blasfemia que hace el mentado portavoz, porque si predicar el ateísmo hiere a los creyentes, proclamar la creencia en un Dios podría hacer lo mismo a los ateos. Es de una incoherencia espectacular, pues los creyentes publicitan su credo continuamente, incluso cerrando calles al tráfico cuando toca procesión.
Y es que estamos como siempre. También les digo, que no entiendo muy bien este embrollo, porque una cosa es el laicismo y otra la prédica de la no existencia de Dios. Y a estas alturas se preguntarán qué creo yo. Pues les diré: creo que, con lo bien que está jugando y con tantos puntos de ventaja, va a ser difícil que al Barça se le escape la Liga… Pero ni de eso estoy seguro, porque al fútbol lo carga el diablo… Ya… ¿Y qué pasa con el diablo?