El traslado de la culpa
Cada día, como a todo el mundo, me recuerdan mi complicidad con los destructores de la vida porque hago uso de cosas que sé que pueden dañar el planeta. Yo lo sé, pero es que no hay alternativa o es escasa, cara y a veces inaccesible. Sé que soy componente de esta Humanidad enloquecida que trata de destruir la casa en la que vive, que pertenezco al mundo desarrollado en el que ya casi todo es de usar y tirar, que consumo materias primas que están esquilmando la Naturaleza y que a su vez deterioran el aire, los río y los océanos. Asumo mi parte de culpa, que como buen integrante de la cultura judeocristiana tengo bien grabada a fuego en mi subconsciente y que por ello hace la guerra por su cuenta.
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