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Elio Quiroga recoge la cosecha

Ya saben que el corto Mi nombre es María, que escribe, produce y dirige nuestro paisano Elio Quiroga, director grancanario por más señas, ha pasado el corte en la preselección de la que han de salir los nominados al Oscar de Hollywood en la modalidad. Poco a poco, este cineasta va recogiendo lo sembrado, que es mucho, desde que dio el campanazo hace 15 años en el Festival de Sitges.
zzzelito].jpgQuiroga no es un director de cine a secas, pues se ha metido en la producción, escribe guiones, y trabaja en distintos formatos y con fines artísticos diversos. También es poeta, y escribe libros sobre distintos temas, por lo que estamos ante un formidable creador multimedia. Le han prenominado un cortometraje de animación, que es la primera vez que sucede con un canario, y esto ya es un enorme éxito, teniendo en cuenta el auge que está teniendo ahora mismo el cine de animación y los presupuestos gigantescos que se manejan. Ante eso, sólo talento. No está de más recordar el gran recorrido que está teniendo su película más reciente, NO-DO, y que te miren en Hollywood aunque sea por encima del hombro es muy importante. Hace años que sigo la trayectoria de Quiroga y estoy convencido de que más temprano que tarde dejará de ser un director de culto para minorías y será conocido por el gran público. Y aquí entonces se armará la de Dios, como siempre, porque estamos esperando a ver qué dicen fuera. Pues yo les digo desde ahora y para no ser exagerado que Elio Quiroga está entre la media docena de directores españoles con proyección internacional, y desde luego es uno de los más interesantes, por sus temáticas y por su manera de hacer cine.

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La mala costumbre de morirse

En los últimos días hay dos bajas importantes en la cultura española de después de la guerra, las del poeta Carlos Edmundo de Ory y el cineasta Luis García Berlanga. Siempre se dice lo mismo, pero esta vez es verdad, con Berlanga se clausura una época dorada del cine español, pues era el último que quedaba de un cuadro de honor insuperable: Fernán-Gómez, Rafael Azcona, Enma Penella, José Luis López-Vázquez, Paco Rabal, Juan Antonio Bardem, Manuel Alexandre… De Berlanga se ha dicho casi todo en estos días, y está claro que fue un provocador. Carlos Edmundo de Ory, por su parte, también lo fue, pero la poesía no tiene el impacto mediático del cine y se le conocía menos. Pero supo montar el número en los años cuarenta, cuando hacerlo era peligroso, y quedó de él una imagen de iconoclasta. Hace cincuenta años que vivía en Francia y la verdad es que, incluso entre los lectores de poesía, siempre fue más personaje que poeta. Pero aunque no hubiera escrito un solo verso, su actitud sirvió a la literatura para despertar del adormecimiento en una época muy oscura.
zOry.jpgDejo constancia de que faltan dos importantes y miro hacia adelante porque si uno se dedica a necrológicas no hace otra cosa. Como afirma con aguda visión Rosa Montero, y homenajeando a estos dos tipos irreverentes que acaban de irse, últimamente se está extendiendo la mala costumbre de morirse, y -ya lo dijo el clásico- incluso se está muriendo gente que no se había muerto nunca. A ver si pasa esta moda.

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Tony Curtis, otro que se va

La muerte del actor Tony Curtis es otro episodio más de la liquidación de una segunda época dorada de Hollywod. Sin duda fue un gran actor, muy dotado para la comedia (género muy difícil), pero que convencía también en papeles dramáticos, con una carrera paralela a la de Jack Lemmon y de gran altura artística. Tenía el problema de que era un guaperas y muchas veces no se lo tomaban en serio por eso, y también es verdad que, si bien Lemmon mantuvo un alto nivel al elegir sus películas hasta el final, Curtis bajó la guardia a partir de los años 70 y trabajó en productos muy mediocres.
Pero eso no quita para que recordemos sus actuaciones memorables en películas como Winchester 73, Operación Pacífico, Taras Bulba, Espartaco y sobre todas Con faldas y a lo loco, un joya única de la historia del cine, que con apariencia de comedia -que lo es y muy buena- influyó en el cambio de mentalidad tanto como la minifalda, la píldora anticonceptiva y la novela Lolita. No se puede entender esa época de Hollywood sin Tony Curtis, y para los que entonces fuimos niños y adolescentes su figura está grabada a fuego en nuestra memoria al recordar bellísimas películas de entretenimiento como Trapecio, La carrera del siglo, Los Vikingos o No hagan olas. Era el héroe algo granuja e irresponsable que tal vez reflejaba su propia vida, pero era un granuja encantador.
zccurtis.JPGNunca tuvo el status de superestrella como Brando o Newman, ni la consideración de actor sublime como Kirk Douglas (que sigue vivo), Lawrence Harvey, Burt Lancaster o el mencionado Jack Lemmon, pero es pieza inexcusable en la historia de Hollywood y de nuestras vidas. Hoy le doy las gracias por los buenos momentos que me hizo pasar, y creo que a la larga será reconocido también como uno de los muy grandes.