¡Vade, retro, Satanás!
El papa Ratzinger consideró que, tras el Conciclio Vaticano II, se había bajado la guardia contra el demonio, y este andaba a sus anchas, sin exorcistas que lo pararan, pues en tiempos de Juan Pablo II se llegó a decir que el infierno no existe. Pero asegura Dan Brown que sí hay infierno, y Rouco incluso ha creado ocho puestos de trabajo de exorcistas, y se están dando cursos acelerados en Madrid; eso es eficacia y no el INEM. El obispo auxiliar César Franco los coordina y siguen la ruta del exorcista oficial del Vaticano Gabriele Amorth. Este célebre personaje es el que dice que Hitler y Stalin estaban poseídos por el demonio, y afirma que detrás de Harry Potter se oculta el diablo y que todo lo que tenga que ver con la magia es diabólico.
O sea, que la psiquiatría, la psicología clínica y la neuropsiquiatría son cosa menor y que todo el estropicio actual es obra del demonio, y hay que considerar que las posesiones diabólicas son muy evidentes (con razón están recortando en salud mental), siguiendo los estadios explicitados por el arzobispado de Madrid:
1.- Posesión diabólica: El demonio toma el cuerpo de una persona.
2.- Vejación diabólica: Hay una transformación inexplicable.
3.- Obsesión diabólica: Se tienen pensamientos obsesivos y blasfematorios.
4.- Infestación diabólica: Afecta a casas, objetos y animales.
¿Es posesión lo de Aznar, vejación lo de Gallardón y obsesión lo de Mourinho? ¿Hay infestación en el palacio de La Zarzuela, en La Moncloa, en Ferraz, en los cuadernos de Bárcenas y en el festival de Eurovisión? Hay quien ha alertado contra la presencia del mal: Roncero está convencido de que el demonio se metió en el cuerpo de Guardiola para acabar con el Real Madrid, Cospedal y Jiménez Losantos creen que Zapatero es un caso claro de posesión para destruir España, y hay muchos clarividentes (y clarividentas, no vaya el diablo a meterse en la gramática) que ven signos. Rouco se ha puesto manos a la obra, así que tranquilos.
Pero, claro, una cosa es la posesión, y otra mucho más terrible es el diablo mismo (¿las preferentes? ¿los árbitros de fútbol? ¿Angela Merkel?)
En este Día de Canarias, estoy muy decepcionado por el simulacro de Feria del Libro de Las Palmas de Gran Canaria, porque la cultura, si nunca fue plato del gusto de lo público, ahora es que ni alcanza el postre. Y así nos irá.