No es la primera vez que hay desperfectos en la Avenida Marítima de Las Palmas de Gran Canaria. La mayor parte de esta vía fundamental de la ciudad está construida en terrenos ganados al mar, y el mar se defiende, sigue su sorriba diaria y busca recuperar lo que un día fue suyo.
Cuenta la leyenda que el mar hizo un pacto con la tierra y llegaron al acuerdo de que, para no seguir avanzando, el mar se cobraría cada día una vida humana. Pero eso forma parte de las mitologías de los pueblos marineros; lo cierto es que la potencia del mar es mucha, y su constancia es demoledora.
Antes que nosotros, hubo otros que construyeron sobre el mar. Los pioneros fueron los holandeses, que tienen controlada gran parte de su territorio con diques que la defienden contra la fuerza del Mar del Norte. Los molinos de viento no son postales típicas, son instrumentos de achique permanente. Es decir, hay mantenimiento, y por eso los diques duran siglos y siglos. En Nueva Orleans, como aquí, construyen, se olvidan y luego pasa lo que pasa.
Cierto, Emilio. Nosotros mejor que nadie deberíamos saberlo, teniendo tan cercanas leyendas como la de la Atlántida o tragedias mucho menos legendarias.
Un saludo.