Rastreando la obra periodística de la escritora Mónica Lavín, encuentro un artículo en El Universal de Ciudad de México en el que habla de uno de los charros mexicanos pioneros, de nombre artístico Guty Cárdenas, contemporáneo de Pedro Vargas y una decena de años mayor que Jorge Negrete y Pedro Infante. Nació en 1905 y murió en 1932, por lo que solo cumplió 26 años en este planeta. Una vida tan breve no le impidió alcanzar el éxito, grabar discos y hacer una gira entre aplausos por Estados Unidos y Cuba. Su talento natural seguramente le habría hecho cruzar las fronteras de los corridos, los huapangos y las rancheras, pues andaba investigando sobre los ritmos y las músicas negras después de su visita a La Habana y su corta pero fructífera amistad con el poeta Nicolás Guillén.
Guty Cárdenas convertía en canción cualquier acontecimiento, y una de las más celebrados fue la que hizo en 1931 para contar el cambio de régimen que dio lugar a la II República española. De regreso a México, se encontró en una cantina con dos hermanos españoles que por lo visto eran monárquicos y consideraban una ofensa el corrido que tanto éxito había cosechado. No se sabe muy bien si fue un duelo crepuscular, porque, en 1932, en México se portaban pistolones a la vista, o si fue directamente un asesinato, pero lo cierto es que Guty Cárdenas cayó muerto en aquella balacera. Y esto vuelve a poner sobre la mesa la eterna intransigencia de una parte de nuestra sociedad con los que piensan diferente. Si sienten curiosidad, la canción está en este enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=LfEM_DEfdhw
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