Siempre me ha parecido que todos los curas tienen una manera parecida de hablar. De eso debió darse duenta también el dúo de humoristas Martes y Trece, que hacían una parodia de un cura con hablar muy suave y contenido. No sé si en los seminarios hay clases de una determinada escuela de oratoria, el caso es que los clérigos tienen todos ese mismo acento inalterable que invita a dormir.
Da igual que sea un párroco, un arzobispo o un cardenal, y también importa poco que sea español o latinoamericano, e incluso cuando hablan otras lenguas. A lo mejor es un tic que se les pega del uso continuado del latín. Cualquier clérigo, sea el portavoz de la Conferencia Episcopal, el Cardenal Cañizares, Rouco Varela, Blázquez o el oficiante de cualquier parroquia, tiene ese mismo tono. Es verdad que los pijos hablan igual en todas partes, y también los fumatas trasnochados y otros grupos, que da lo mismo Vallecas que el Carmel o cualquier suburbio canario. Hasta los Papas hablan igual. Tengo memoria de las voces y los discursos de media docena de pontífices, y el acento y hasta el timbre son muy parecidos. Incluso cuando el Papa es alemán o polaco, aunque arrastra un poco, al final tiene el mismo tono cansino de los Papas italianos. Y no es una crítica, es una curiosidad: ¿por qué todos los sacerdotes del clero regular hablan así? Fíjense que eso no ocurre con jesuitas o dominicos, que hablan normal cada cual con su personalidad, y no tienen ese cariz monorrítmico de los curas, que me recuerda al de los hipnotizadores que salen en las películas (nunca he visto una sesión de hipnosis al natural).
2 opiniones en “Esa manera de hablar de los curas”
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Tienes razón, aunque peor era cuando yo chico, que se pasaban media hora mandándote al infierno a grito pelado, abroncando y soltando unos gritos de infierno.
Ahora, ya no necesitan gritar, para eso tienen la cope.
Lástima que uno pudiera, no ya creer, que eso no es algo que se coseche, sino al menos poder encontrar, digamos, una especie de terapia de relajación. Pero ellos, a lo suyo, a pedir el relevo del presidente del gobierno (¿y la democracia?) y atizar a diario todo lo que no sea derechona.
Al menos, desde hace unos ocho años se han quitado la careta. Aunque su voz siga sonando aflautada y santa.
Como religiosos ellos representan la calma y la paz que debe imperar en el mundo, esa voz meliflua que se torna vociferante cuando quiere satanizar algo, así hablaba el párroco de mi Iglesia y de niña en los ejercicios espirituales,cuando nos mandaban al infierno, si cometíamos pecado, yo pasaba mucho miedo, pero ahora quieren hacernos ver que hablando así sosegadamente las cosas en el mundo terrenal nos irán mejor, los curas de la Liberación hablan como cualquiera de nosotros, con altos y bajos.
De todas formas me da´más miedo esa mirada que quiere traspasar la mente, esa frialdad conque observan lo que pasa.