Se ha puesto de moda decir que alguien “lee bien” cualquier asunto cuando entiende qué está pasando realmente. Para los cronistas deportivos, un entrenador no ha sabido leer el partido cuando no ha encontrado el modo de superar al adversario, un gestor financiero ha leído bien los movimientos de la Bolsa y ha conseguido beneficios para sus inversores o un consejero político ha hecho una buena o mala lectura a los elementos que afectan a un asunto. Así, desde el domingo por la noche, dirigentes, periodistas, historiadores, economistas, sociólogos y analistas están haciendo lecturas de los resultados de las elecciones generales repetidas. Y he llegado a la conclusión de que la inmensa mayoría leen lo resultados electorales forzando la gramática para beneficiar la imagen de los de su cuerda. Sé que estos resultados son muy enrevesados por los factores que concurren, porque, como en el circo, de su comprensión depende la vida del artista, y porque es tan enmarañado el pandemónium de mandatos que parece escrito en chino cantonés. O sea que, más que una lectura, se necesita una traducción.

Continuar leyendo «Dios también ha hecho un Rivera»