Peces grandes y chicos

COSAS MÍAS

r567y.jpgDebo ser muy corto de entendederas, porque no me entra en la cabeza que derriben la humilde vivienda de una anciana en Betancuria (Fuerteventura) porque amplió una habitación para acoger a sus nietos, de los que tuvo que hacerse cargo. Ah, sí, es que se trata de un espacio natural protegido, como otros con el mismo rango en el que se han levantado hoteles de lujo sin licencia, con sentencias y demás, pero a los que nadie osa tocarles un ladrillo; dan alojamiento a ministros y no se esconden ni se ruborizan (ni los dueños de los hoteles ni los ministros). Pero, claro, es la ley, que suena igual para todos en los papeles, pero que -es obvio- no lo es en su aplicación. Esto lo tenía claro el lanzaroteño Víctor Fernández, salinero del Janubio y admirable poeta popular fallecido hace más de cien años. Lo reflejó en sus coplas orales de analfabeto sabio, publicadas hace décadas al cuidado de Agustín de la Hoz, de donde salieron las Seguidillas del Salinero cantadas por Los Sabandeños. Tambien, sin autoría conocida, suena en el cancionero popular la misma idea:

«En el cielo manda Dios,
en La Tierra los ricos
y en el mar el pez grande
se come al chico».

Enlace Seguidillas del Salinero. (Ver a artir del minuto 2:25)

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