El pasado es memoria, nunca burla

Ya sé que hay muchas cosas que me están cargando últimamente, en la vida diaria, en los medios de comunicación y en la redes sociales. Una de ellas es esa especie de nostalgia enfermiza en revivir épocas pasadas en las que carecíamos de adelantos que hoy se nos antojan imprescindibles. Hoy me he tropezado con uno de esos programas de televisión que nos retrotraen a décadas pasadas, y lo que en realidad debieran ser datos a secas se convierten en regodeo contra nosotros mismos (ah, la televisión era en blanco y negro; ah, en las casas no había nevera; ah, muy poca gente tenía teléfono de su domicilio…) El mundo cambia continuamente, y aquella ropa, aquellos peinados o aquella manera de bailar eran rabiosa actualidad entonces, y seguramente dentro de unas décadas se mirará nuestro hoy con la misma nostalgia (o asombro de los más jóvenes por no haberla vivido) que otras generaciones recuerdan ahora los primeros tocadiscos portátiles, los pantalones de campana, refrescos hoy desaparecidos o los ordenadores Spectrum 48K. Todas esas cosas forman parte de todas las décadas que convivimos ahora, y son las que nos han traído hasta hoy, para bien y para mal. A mí me producen ternura,Fotos pruebatvvvv.JPG y en la mayoría de las ocasiones admiración por aquellas personas que salían adelante de otra manera. Pero es que ahora, en lugar de esa memoria cariñosa o ese homenaje admirado, se convierten en materia de chiste y cachondeo insistente. Es como una gran falta de respeto al pasado del que provenimos. Y este fenómeno enfocado en el cachondeo suena a burla a quienes habitaron ese tiempo y han atravesado los años hasta llegar a esta era de información y desinformación inmediatas y de coches con Bluetooth y cierre centralizado con mando a distancia. Todo empezó hace unos años cuando la gente se volvió loca comprando un libro que reproducía la vida en las escuelas de hace muchos años, una enseñanza distinta y represiva porque aquello era una dictadura que predicaba sexismo, clasismo, miedo y desigualdad. Todo ese sufrimiento de muchas generaciones se convirtió en motivo de risa, que puede estar bien un ratito porque no hay que perder el sentido del humor, pero que ya empieza a ser un poco/mucho/bastante/demasiado cargante (doña María Rosa Alonso dixit). Alguien me dirá que el pasado es el lugar de donde suelen venir mis novelas, y es cierto, pero creo que hay recurrir a él para rememorar, aprender, admirar y conocer, pero nunca para burlarse de una cotidianidad en la que ya fue muy duro vivir para que encima ahora esas miserias se conviertan en objeto de chiste fácil. Así que, ese tipo de programas y esos libros puñeteros en mi ámbito no tienen mercado. Conmigo cuenten siempre para la memoria, el respeto y la denuncia si es el caso, pero no para la burla. Eso no.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *



El contenido de los comentarios a los blogs también es responsabilidad de la persona que los envía. Por todo ello, no podemos garantizar de ninguna manera la exactitud o verosimilitud de los mensajes enviados.

En los comentarios a los blogs no se permite el envío de mensajes de contenido sexista, racista, o que impliquen cualquier otro tipo de discriminación. Tampoco se permitirán mensajes difamatorios, ofensivos, ya sea en palabra o forma, que afecten a la vida privada de otras personas, que supongan amenazas, o cuyos contenidos impliquen la violación de cualquier ley española. Esto incluye los mensajes con contenidos protegidos por derechos de autor, a no ser que la persona que envía el mensaje sea la propietaria de dichos derechos.