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Poetas canarios contemporáneos

Anoche fue presentada una de las novedades más esperadas de la actual Feria del Libro de Las Palmas de Gran Canaria, la colección de la editorial Camp-Pds Poetas Canarios contemporáneos, una edición de cinco título que pueden adquirirse por separado o en conjunto (con precio especial en este caso). Se trata de cinco autores que en sus inicicios formaron parte de la generación Poesía Canaria Última, que cumple ahora medio siglo de existencia, y que luego cada uno ha seguido su propio camino poético. Cuatro poetas -Eugenio Padorno, Juan Jiménez, Ángel Sánchez y Lázaro Santana- aportan sendas antologías de su obra, y el crítico Jorge Rodríguez Padrón hace un recorrido por esos cincuenta años comunes de una hornada importantísima en la poesía insular. Fue este un grupo que tomó el testigo de la palabra en tiempos muy dificiles, con voces como las que ahora se publican y otras también muy importantes en nuestra poesía: Manuel González Barrera, José Luis Pernas, Alberto Pizarro, Antonio García Ysábal, Baltasar Espinoza, Fernando Ramírez, Alfonso O’Shanahan, José Caballero Millares… Continuar leyendo «Poetas canarios contemporáneos»

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¿Para qué una Feria del Libro?

20140426_145101.JPGFigura en todos los libros de citas que Oscar Wilde dijo que el arte es bastante inútil. Debo suponer que esta frase ha llegado a través de una mala traducción, porque si el adverbio «bastante» es pobre, ambiguo y medroso para mí, imaginen la imposibilidad de usarlo para un cirujano del lenguaje preciso como el autor irlandés. Pero la idea es clara, y sería remachada por los artistas franceses de las vanguardias cuando proclamaban que la inutilidad del arte es la base de su grandeza, porque todo lo inútil es lo que nos hacen diferentes de los animales. Continuar leyendo «¿Para qué una Feria del Libro?»

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Los pactos y la Excalibur de Arturito

excalibur1.JPGPor lo que se está viendo, visitar al ciudadano Felipe de Borbón (Alberto Garzón dixit) no parece que surta efecto alguno para tratar de alcanzar un acuerdo del que emerja un gobierno. Y es que ya casi esperamos que el gobierno emerja como La Dama del Lago y entregue al Arturo (lo dejamos en Arturito) escogido la espada Excalibur, que era muy hermosa, mágica y tal y cual, pero que no se podía usar. Para la guerra Arturo tenía otra. Vamos, como que te den un cochazo que no se pueda mover. Y Arturo iba por ahí exhibiéndose: «¡Eh, que soy el chachi de la Excalibur!» O lo que es lo mismo, «Yo soy el tipo del Lamborghini Huracán en el garaje». Y ese gobierno no quiere surgir, emerger o materializarse, porque parece ser que el ciudadano Felipe de Borbón no tiene las artes de encantamiento del mago Merlín. Continuar leyendo «Los pactos y la Excalibur de Arturito»