Whitney Houston: la soledad de la cima

La prematura muerte de la extraordinaria cantante Whitney Houston vuelve a poner de actualidad esa tendencia autodestructiva de muchas de las grandes figuras del arte, especialmente de la música. Si terrible es que el tobogán en el que se han subido los lleve al infierno, lo es más cuando la muerte de produce de manera voluntaria, porque uno se pregunta qué había en la mente de estas personas que, teniendo éxito, juventud y dinero, deciden quitarse la vida. a-gaviota.JPGSe puede entender, desde la depresión, la vejez, la enfermedad o el bloqueo mental por razones vitales o políticas por qué llegaron a tan terrible decisión determinado personajes, pero siempre nos preguntaremos por qué se suicidaron Fassbinder o Kurt Cobain, pero sin duda una de las respuestas más probables es que no aguantaron el frío que hace en la soledad de la cima, sin saber quiénes lo quieren de verdad o simplemente se aprovechan de su fama. Casi siempre están presentes las drogas o el alcohol, que van debilitando física y mentalmente a la persona, hasta destruirla. La lista es demasiado larga para reflejarla aquí, pero como ocurre con todos, debemos recordar de Whitney Houston su extraordinaria voz, y las canciones que nos hicieron más agradable algún momento de nuestra vida. Fue un ser humano que sufrió porque la vida es demasiado complicada como para resolverla sumando dos más dos. Pero nos aportó su arte. Por eso seguimos viendo las películas de Charles Boyer, leyendo a Hemigway, Pavese, Virginia Woolf y Stefen Zweig, admirando los cuadros de Van Gogh o escuchando a Elvis, a Janis Joplin y, por supuesto, a Whitney Houston.

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