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¿Vale tanto la imagen?


Desde el arte rupestre, la imagen ha sido y es una parte fundamental de la comunicación humana, que se ha multiplicado en las últimas décadas por el impacto que tienen los medios de comunicación audiovisuales y los novísimos de la sociedad de la información. Desde que John Kennedy ganó el debate electoral televisado a Nixon y con ello el pasaporte a la Casa Blanca, los políticos son esclavos de la imagen que dan en los medios; zzshakiraaa.jpghoy sería muy difícil que hubiese un primer ministro con aspecto de bodeguero como Churchill o un presidente en silla de ruedas como Roesevelt. La imagen vende y llena urnas, y es lógico que cuando se busca el apoyo de mucha gente se trabaje con la imagen. Otra cosa es que tener buena imagen confiera la ciencia infusa a una persona, puesto que se puede ser muy bueno en una disciplina o haber hecho algo notable o heroico, y eso serviría como estímulo para los demás, pero no convierte a la persona en especialista en una materia que no es la suya. Hemos visto casos claros con el profesor Neyra y con Juan José Cortés, que en determinado momento se comportaron de modo ejemplar y eso los llevó a que les concedieran cargos y asesorías en materias complejas que no eran su campo. Ahora pasa con Shakira, a quien el presidente Obama ha nombrado asesora educativa con juramento de cargo y todo. Shakira es una gran artista, eso está claro, y tiene tirón mediático, pero estamos hablando de una materia específica muy compleja, y aunque la cantante creó la fundación Pies Descalzos para luchar contra la pobreza y el analfabetismo en América Latina (lo cual es un gran mérito y la aplaudo por ello), no es especialista en Pedagogía, Sociología o cualquier otra materia en el campo de la educación. Da imagen de buena gente y seguramente le vendrá muy bien a Obama para ganar el voto hispano, pero ¿puede aportar algo técnico? Y es que hoy vende más una buena fotografía que años de preparación. ¿Pero vale eso realmente?

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El sesenta como número mágico

zzzimages[4].jpgNo nos damos cuenta, pero en nuestra manera de medir y contar conviven dos sistemas: el decimal que es el que usamos para números, cifras y balances, y el sexagesimal que tiene aplicaciones más relacionadas con la astronomía y con la geometría. De contar años, meses, días y horas en el sistema decimal, pasamos al sexagesimal cuando hablamos de minutos y segundos, y luego volvemos al decimal con las décimas, centésimas y milésimas. Es un acuerdo cotidiano que relaciona lo sexagesimal con lo circular, por eso lo relojes tradicionales son redondos, y se usa también para medir ángulos que finalmente son arcos de una circunferencia. La Tierra es prácticamente esférica, y el año casi se corresponde con los 360 grado de una circunferencia. Es curioso que cuando hacemos algo muy bien decimos que nos ha salido redondo, y todo eso tiene como base el número sesenta, con contiene 60 unidades de la magnitud inmediatamente inferior. Esto viene de los babilonios, que de esto sabían mucho, y buen sistema debe ser cuando los avances matemáticos y la práctica diaria en la que reina el sistema decimal no han podido eliminarlo. Así que, cuando mire la hora en un reloj de esfera, valore que el sesenta puede ser un buen número, pues en la antigua Mesopotamia -que eran de todo menos tontos-, el sesenta era el número redondo, perfecto, el número de la sabiduría.

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¿Es el hombre un vampiro del poder?

ACABO DE CONOCER LA NOTICIA DEL FALLECIMIENTO DE LA SEÑORA MARÍA DOLORES CANO, HERIDA EN EL ACCIDENTE OCURRIDO EN LA SUELTA DEL PERRO MALDITO DE VALSEQUILLO. CON EL CARIÑO QUE SIEMPRE GUARDO A ESE PUEBLO -EN EL QUE VIVÍ BUENA PARTE DE DE LO MEJORES AÑOS DE MI VIDA- LAMENTO QUE UN DÍA FESTIVO EMANADO DEL AMOR A LAS TRADICIONES HAYA DADO ESTE RESULTADO TAN TERRIBLE. TODA MI SOLIDARIDAD CON VALSEQUILLO Y, POR SUPUESTO, CON LA FAMILIA DE MARÍA DOLORES CANO.

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A lo largo de la historia, hemos visto cómo los movimientos sociales con las mejores intenciones se diluían en unas nuevas desigualdades. Cuando hay un enemigo común, todos se unen, pero si se alcanza el éxito empiezan las diferencias, porque cada sector que participaba en la lucha tenía una idea distinta. Pasó así en la Revolución Francesa, en la Rusia Soviética, zzzvampiro.JPGen la Revolucion Mexicana, en China o en Nicaragua. Mientras existe un Zar, un Somoza o un Porfirio Díaz al que derrocar todo el mundo arrima el hombro. Una vez derrocado, la experiencia de las revoluciones burguesas, campesinas o proletarias nos dice que al final, quien controla el poder establece una nueva clase dominante que tiende a perpetuarse. ¿Quiere esto decir que es inútil intentar cualquier cambio porque a la larga será más de lo mismo? Quiero pensar que no, que el ser humano no es un vampiro del poder. Porque el poder en sí mismo no es malo, es incluso necesario, pero es su utilización la que a menudo lo pervierte. Se ha de mirar el interés de la mayotía, a ser posible de todos, no de unos pocos privilegiados. Decía Tierno Galván que la democracia es el menos malo de todos los regímenes, y creo que hay que luchar por perfeccionarla. Me dan miedo las consignas que afirman que los diputados no nos representan. ¿Y entonces? ¿Es que no han sido elegidos por millones de personas? Es verdad que los sistemas son defectuosos y a menudo proclives a alinearse con los poderes económicos, pero eso es precisamente lo que hay que cambiar, no eliminar la representatividad política. El sistema soviético, que en teoría iba de abajo a arriba, acabó funcionando a la inversa. Qué oportunidad histórica se perdió entonces. Antes la habían perdido Robespierre, Dantón y Marat, que en su obsesión por implantar los matices de sus ideas dieron lugar a que naciera un monstruo dictatorial como Napoleón.