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Dos presidentes, qué derroche

En tiempos difíciles, cuando los líderes hablan al pueblo suelen poner esperanza en sus palabras, para que haya al menos una pequeña brizna de luz al final del túnel. Y eso está bien, pero una cosa es lo que los líderes digan y otra muy distinta que tengamos la cuota de ingenuidad precisa para que podamos al menos concederles el beneficio de la duda.
cafe3.JPGLa economía es un arcano que se puede estudiar científicamente a toro pasado, como los partidos de fútbol. Mientras se mueve el balón puede pasar de todo y a menudo cosas imprevisibles; es cuando los comentaristas, en ocasión de que Estados Unidos le meta dos goles a Brasil, dicen aquello de «esa es la grandeza del fútbol». Pero es un comentario inútil, porque finalmente siempre, gana Brasil. En economía es igual, no sabemos quién gana (lo suponemos) pero sí que sabemos quién pierde siempre.
A veces nos habla el Presidente de Canarias, a veces el de España, pero ayer nos hablaron los dos, después de la reunión que mantuvieron en Las Palmas. Dos presidentes, casi nada, poniendo esperanza en sus palabras y apuntando a una supuesta luz que tendrá que empezar a verse al fondo de un momento a otro. «Esa es la grandeza de la política», que diría Luis Aragonés metido a primer ministro. Si ya es difícil creer a un presidente, tragarse la esperanza predicada por dos es una exhibición de candor. Pero seamos optimistas, que volviendo la frase al revés viene a ser un realista mal informado.
¿Un cafecito, señores presidentes?

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Honduras y la confusión latinoamericana

Ha vuelto a suceder. Esta vez es Honduras, donde se rompe el proceso democrático bajo una disculpa constitucional, que no deja de ser una faramalla para justificar lo que es claramente un golpe de estado, aunque se anden con circunloquios para no poner claramente la expresión.
Honduras.svg[1].JPGAsombra con qué naturalidad el ejército, los jueces y hasta el pito del sereno se sienten legitimados para quitar y poner regímenes políticos en Centroamérica. No tienen ningún pudor, se trata claramente de una lucha por el poder, aunque está claro que el destituido presidente Zelaya buscaba un manera de perpetuarse en el poder por las urnas, pero lo cierto es que fue elegido democráticamente. Este es un asunto muy confuso en algunos países de América Latina, en los que llegan al poder líderes de izquierda con el voto ciudadano y luego quieren quedarse para siempre. La cuestión es compleja, porque nadie puede discutir que fueron elegidos en las urnas, pero luego tampoco está claro qué se hace con ese poder.
La derecha latinoamericana tampoco es de fiar cuando se erige en adalid de la democracia, pensemos en el PRI o en el peronismo, y el caso es que Zelaya tampoco era un dechado de virtudes democráticas, pero había sido elegido democráticamente, y, salvo el Parlamento en los supuestos graves recogidos en su constitución, nadie tiene poder para quitar y poner presidentes, ni la judicatura, ni el ejército, ni la Iglesia… Lo dicho: un golpe de estado.

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Cambio del modelo productivo ¡Eureka!

Si exceptuamos a Julio César, Cicerón, Castelar y alguno más, la política ha sido siempre más acción que palabras. No fue Napoleón un orador fino, y a Churchill le han arreglado su famosa frase para que hoy suene falsamente «Sangre, sudor y lágrimas». Hoy, los políticos han de ser elocuentes, mediáticos y a ser posible bien parecidos.
17.JPGTienen unas muletillas, unos lugares comunes y unas frases sonoras pero insustanciales que pregonan a los cuatro vientos. Pero luego las acciones no se corresponden con las palabras, si es que estas significan algo. Estoy hasta el gorro de escuchar a la oposición decir que hay que tomar medidas para afrontar la crisis (no dice cuáles), y los distintos líderes aventan tonterías mientras tratan de arrimar la brasa a su sardina.
La perra gorda se le lleva la expresión «cambio del modelo productivo«, que dicen que es una necesidad pero no veo que se hagan movimientos en esa línea. La verdad es que la frase es aparente, suena como una sinfonía, casi tan bien como «Alianza de civilizaciones» » Geometría parlamentaria» o «Una Europa con futuro». Y es como descubrir el Mediterráneo y dárselas de piquitos de oro, porque desde que tengo uso de razón los viejos campesinos del lugar han dicho que no es bueno poner todos los huevos en el mismo cesto, y lo aplicaban hace veinte o treinta años al crecimiento brutal del turismo y la construcción, mientras se abandonaba la agricultura, se entregaba la pesca y se ignoraba hasta la más pequeña industria, como la conservera de alimentación. Está claro que no hacía falta ser adivino para saber que tarde o temprano este tipo de economía nos estallaría en la cara.
Luego, los economistas dijeron que había que «diversificar el riesgo», y ahora por lo visto se denomina «cambio del modelo productivo» a lo de los huevos de los campesinos. Manda cestos. Pitagorines.