La semana pasada conté en la oficina que tenía un blog en Canarias7. No recuerdo porqué lo hice, creo que estaba concentrado y solté eso como bien podría haber dicho otra cosa. A pesar de que la revelación me pilló por sorpresa a medida que la iba soltando, sí que seleccioné muy conscientemente el verbo “tener” y no “escribir” porque desde enero no vierto palabra alguna por aquí y no quería sonar pretencioso. Pausa.
Es importante aclarar que este espacio es una colaboración que no me ata con plazos ni límites: escribo cómo y cuando quiero. En ese sentido estoy bastante agradecido. Vale, fin de la pausa. Horas después regresé a casa un poco hastiado, reflexionando sobre mi inexistente relación con la escritura. No solamente había dado la espalda a este blog sino que también amordacé los diálogos de varios cuentos en los que trabajé a finales del año pasado, pausado las pomposas descripciones de una novela corta y censurado todas las escenas de un guion para una película casi imposible de realizar.
Esa misma tarde preparé una manzanilla, le dí punta a un lápiz desgastado, silencié las notificaciones del teléfono, senté el culo en la silla y coloqué un folio sobre el escritorio. Tres horas después la página estaba más blanca que antes: ni media palabra. Ignoré la situación hasta donde pude. Volví a intentarlo días después, obteniendo el mismo resultado. No me ofusqué ni nada. Escribir es lo único que no me desmotiva al chocarme contra uno o todos los obstáculos. Al mismo tiempo, no es mi punto fuerte ni nada por el estilo. Es algo que escapa a cualquier intento de control, sin embargo pienso que todo en ella tiene significado. A veces se trata de alcanzar un primer borrador, otras veces de intentarlo y llevar lo construido a otra parte; tal vez sea necesario un texto “imperfecto” para alcanzar la intención requerida o puede que la realidad deba ser emulada. ¿Ser preciso o precioso? ¿Enrevesado o simple? ¿Es para tí o para ellos?
Anoche, pasada la una de la madrugada, comencé a escribir esto tras varias horas intentando sacar algo en limpio. Incluso ahora intento no juzgar las palabras, la conexión entre las frases y ese tipo de cosas. No siento que sea importante ahora mismo. Voy en modo automático y sienta bien. Y es que tal vez sea esto lo que necesito en este momento, tal vez se trate de arrancar, tropezar y reubicarse. No lo tengo muy claro, sobrepensaré sobre ello; pero me parece bien.
Buena reflexión. A veces toca parar, o toca elegir que es lo importante ahora que no sea urgente. Escribir debe ser un placer y lo es aún más leer. Me encanta…
La sequía creativa, la sequía politica, la sequía sentimental. Son malos tiempos, para el lector, para el politico y para el romantico.
Dentro de un trozo de mármol se hallaba el David de Miguel Ángel.
Nunca fue fácil pero ahí estaba.
Veremos tu obra algún día.No hay ninguna prisa.