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El Papa

zzzbarca pedro.JPGYa se fue Ratzinger (?), ya eligieron un nuevo pontífice (hacedor de puentes) y se han sucedido las secuencias propias del evento: anuncio sorpresivo, muestras de la campechanidad del nuevo sucesor de Pedro, que no solo no lleva sandalias, sino que calza zapatos negros (el papa siempre los llevó rojos), y todavía sigue usando los muy raídos que traía de Buenos Aires y no ha estrenado los que le regalaron sus allegados en Argentina para que acudiera al cónclave vestidido de limpio. Su anillo es de plata y sus palabras de amigo. Es cercano, es hablador, es argentino y parece una mezcla de Juan Pablo I, todo sonrisas, y la humanidad cercana al pobre que dicen tenía Juan XXIII. Ya está, elección, ruedas de prensa, misa de inauguración y se acabó la fiesta; ahora viene el trabajo, donde el papa Francisco tiene que dar la medida de sus intenciones no con gestos (que desde luego son importantes) sino con hechos. Puede ser que haya un gran cambio, por otra parte poco probable con el lastre de la curia, o por el contrario es posible que todos esos gestos sean mera imagen y que finalmente nada se mueva. Francisco tiene ante sí la oportunidad de marcar un antes y un después o de diluirse en una gran decepción. Será conservador y seguramente inflexible en los dogmas, pero eso es La Iglesia, si cambiara mucho sería otra cosa. Lo verdaderamente importante es que sea Jefe de una comunidad religiosa, y deje el ordenamiento de las vidas ciudadanas para las leyes civiles, sobre todo si provienen de poderes democráticos. Si fuese así, sería un gran papa.

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El nuevo fundamentalismo

zzzxxDSCN4022.JPGLo que está sucediendo en este país no es preocupante, es alarmante. La única diferencia con la ola de fundamentalismo que arrasa Irán, Irak, Africa Occidental, Arabia Saudí o Estados Unidos es que aquí todavía queda un resquicio para denunciarlo, aunque al paso que vamos no sé por cuanto tiempo. De repente, las fuerzas conservadoras (es una tibieza llamarlas así, mejor sería decir reaccionarias) se han echado la camisa por fuera y atacan en tromba, como los equipos de fútbol que intentan impedir que el otro arme juego, y lo hacen de forma marrullera, dando leña, tirando en fuera de juego y con el árbitro a favor. No voy a describir con detalle (nos salta a la cara) el panorama social, laboral, educativo, cultural y de toda índole que se ha ido generando paso a paso en los últimos años. Pero es desolador, y el que no quiera verlo es porque está ciego o enganchado a la teta dominante, porque gobiernan poderes que nadie ha elegido, con la connivencia de aquellos a los que hemos votado para que defiendan el interés general. La precaria democracia que armamos hace treinta años se ha ido diluyendo y todos los avances que habíamos ido arañando se han volatilizado. Vivimos bajo el fundamentalismo del dinero y las grandes corporaciones. Esta es la única verdad y lo demás es verborrea interesada.

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Qué tiempos más raros


zzkkñFoto0554.JPGDurante toda la vida, un cree que hay determinadas cosas que son inmutables, que siempre han sido así y siempre lo serán. Y no es que lo piense, es que lo da por hecho como que el sol sale por el este o que nunca llueve hacia arriba. Pero resulta que en los útimos años todo se ha puesto patas arriba, unas cosas para bien, otras para mal y otras ni se sabe, porque desconocemos hacia dónde nos conducirán. Hace tan solo un par de décadas dábamos inconscientemente por imposible que en Estados Unidos hubiese un presidente afroamericano, que España ganase un Mundial o que se hablara tranquilamente y sin tapujos en los medios de comunicación de las amigas íntimas del rey. Que ETA dejase de matar era solo un horizonte lejanísimo y, desde luego, que fuerzas conservadoras como CIU planteasen a las claras la separación de Cataluña era impensable. Nos habríamos partido de risa si el amiguete gracioso de la reunión soltase un chiste hablando de la dimisión del Papa. Y resulta que todo eso ya es una realidad, y seguramente el problema que tenemos es que no sabemos cómo administrar estas nuevas situaciones, porque incluso el tiempo meteorológico hace cosas que antes no hacía. En definitiva, vivimos tiempos raros, y cuando todo se asuma como normal y nuevamente inmutable, la gente volverá a creer que siempre será así, hasta que vuelva a cambiar.