Cumpleaños de un poeta del corazón
«Solo poetas/ del corazón / y el tiempo”
(Juan Jiménez).
Este 13 de mayo es el primero en el que el poeta Juan Jiménez falta por primera vez a su café de cumpleaños. Nació el poeta del Carrizal en 1940, por lo que ahora sumaría 79 años, pero no pudo ser porque, como en el poema “Guitarra negra” de Alfredo Zitarrosa, la muerte anduvo buscando entre sus libros hasta encontrarlo a él la noche del 12 de enero pasado. Es la primera vez en varias décadas (desde que lo conocí y lo traté) que tal día como hoy (escribo esto el día 13) no he escuchado su voz a través del teléfono, cuando esas mañanas lo llamaba para felicitarlo. Luego solíamos quedar para tomar algo, comer o al menos un café, pero vernos en su cumpleaños, y hacerle siempre el mismo regalo: un libro que ya sabía que deseaba y un décimo de lotería. Él me correspondía cuando llegaba mi día con el mismo regalo. Fueron muchos libros los que intercambiamos, y otros tantos décimos de lotería que siempre obtuvieron el premio más alto, que nunca fue dinero, porque lo que ganamos una y otra vez fue el gordo de la lotería de la amistad.


Pero los Derechos de Autor no es lo más me preocupa. En Canarias, la pequeñez del mercado apenas permite que sobrevivan las editoriales y los derechos son más bien simbólicos. Lo que de verdad me causa tristeza es la falta de respeto hacia quienes escriben con honestidad. Este 23 de abril reivindico a los escritores y escritoras, que son quienes durante siglos han mantenido encendida la luz del pensamiento y del idioma. Pero eso tampoco parece importar, y he oído muchas veces frases que vienen a demostrar el poco aprecio que se tiene por la cultura, poco menos que hacen un favor a quien escribe cuando lo leen, o cuando por compromiso compran un libro. Leer un libro no es dar una limosna a quien lo ha escrito; si es por eso, mejor no hagan favores, no lean o lean lo que les plazca, pero no debe olvidarse que eso lo escribió alguien y a él o ella se le debe. Ya dijo Machado: «Al cabo nada os debo, me debéis cuanto escribo». Pues eso.