Publicado el

DIARIO DE CUARENTENA. Jornada 30: Bizcocho de zanahoria. (13/04/2020).

 

Enfilamos una semana en la que vamos a contener la respiración, por ver si la decisión de reanudar determinadas actividades ha sido un acierto o un error. Los que tenemos cierta edad (de mi quinta hacia arriba) o alguna patología recurrente debemos tomarnos todo esto con paciencia, porque ya han dejado  claro que seremos los últimos en salir del confinamiento cuando se produzca eso que ahora empiezan a llamar desescalada. La verdad es que hay generaciones que han tenido que pasar por todo, y si lo miramos por el lado positivo podremos presumir de que hemos tenido un muestrario.

Ayer nos dio por la repostería. En casa somos muy frugales, y las recetas curiosas las dejamos para cuando salimos. De manera que, si en la cocina podemos sacar adelante comida casera, en la repostería andamos más cortos de conocimientos, porque, además, no somos golosos. Mi amiga Paqui Acosta nos pasó una receta sencillita para hacer bizcocho de zanahoria con el microondas; seguimos al pie de la letra sus indicaciones y, oye, en solo siete minutos ya estaba hecho. Creo que tendríamos que haberle dado un poco más de tiempo, pero quedó muy bien, aunque por eso de que no somos golosos al próximo le quitaremos un poco de azúcar. La presencia tampoco es para tirar voladores, pero así se aprende.

Ayer Diego apareció en la ventana en brazos de su padre, pero estaba dormido. Sofía compareció con su inseparable pandereta pero también debía estar recién despierta porque tenía cara de que no le interesaba mucho la convocatoria. Poco a poco, respondió a nuestros saludos con una sonrisa, que fue suficiente para iluminar el atardecer. Y luego, a dar cuenta del bizcocho de zanahoria. Buen día.

Publicado el

DIARIO DE CUARENTENA. Jornada 29: Lucas y la muñeca de Sofía. (12/04/2020).

 

Otro domingo más de cuarentena. Este fin de semana hemos asistido al debate sobre la vuelta al trabajo de los sectores económicos que fueron detenidos durante la primera prórroga del confinamiento. Hay distintas opiniones sobre la conveniencia de que así sea, aunque pienso que detrás está la gran duda sobre la dicotomía economía-salud. Como he repetido aquí mismo, carezco de los elementos necesarios para opinar, porque llama mucho la atención que en países como Suecia se sigan unas pautas menos rígidas y sin embargo las cifras de contagios no son tan grandes como en otros en los que se ha parado casi por completo. Creo que falta concreción en algunas instrucciones, porque esa ambigüedad es terreno abonado a que el cuñadismo coloque sus teorías, a veces sin fundamento científico. Y, la verdad, ya me pierdo en conceptos como la inmunidad de rebaño o esa idea de que la autodisciplina que supuestamente tienen los suecos no es posible en el sur latino de Europa. De manera que sigo apostando por confiar en la ciencia y en el buen juicio de quienes tienen ahora la enorme responsabilidad de gobernar.

Lucas

Mi compañera y yo hemos establecido una especie de sana competición con los contadores de pasos, para que, aparte de los estiramientos y algunos ejercicios recomendados por amigos entendidos en la materia, las piernas tengan el movimiento necesario para ayudar al funcionamiento general de todo el sistema (corazón, colesterol, musculatura). De esa manera conseguimos alcanzar unos mínimos establecidos pero luego tratamos de que la cifra sea lo más alta posible. Resulta divertido vernos  realizando expediciones repetitivas, salón-pasillo-cocina-pasillo-dormitorio… Así hasta sumar un buen número de pasos divididos en varias excursiones diarias, a los que hay que sumar los habituales de moverse en casa, pues aconsejan que el ejercicio sea sostenido durante un tiempo siempre que se pueda.

Por la tarde, Sofía apareció en la ventana abrazada a una muñeca, sin por ello renunciar a su inseparable pandereta. Desconocemos el nombre de la muñeca, que seguramente debe tenerlo, y para corresponder le mostramos a Lucas, un muñequito que está en una repisa del dormitorio y que huele a vainilla. Justo es que si ella nos muestra su muñeca nosotros hagamos lo mismo con el nuestro. De modo que, la novedad de ayer en el encuentro visual de las siete fue la aparición de Lucas y la innominada muñeca de Sofía, porque esta vez Diego no compareció (ya se sabe, los bebé a su bola). Buen día.

Publicado el

DIARIO DE CUARENTENA. Jornada 28: Sopladeras pintadas. (11/04/2020).

 

Como carecemos de conocimientos específicos sobre la parte científica de lo que está ocurriendo, las informaciones que nos llegan no acaban de aclararnos gran cosa. Todo eso que aparece en nuestro móvil, en la pantalla de nuestro ordenador o en la televisión, en forma de artículos, informes o declaraciones de especialistas, lo único que consigue es liarnos porque no acabamos de entender siquiera la mayor parte de la nomenclatura. De manera que en mi casa hemos decidido evitar todo eso, porque, además de que no nos aporta luces sobre tantas sombras, genera inseguridad y más incertidumbre, que es la palabra clave de esta situación. Y eso, contando con que esos trabajos sean reales y veraces, porque también la red está repleta de elementos que lo único que tratan es de desinformar. Así que, lo mejor que podemos hacer es concentrarnos en nuestras cosas y armar las rutinas que aconsejan los psicólogos.

El sucedáneo de sancocho de Viernes Santo hecho con bacalao estuvo muy bien. De alguna manera hemos cumplido con la tradición, y la ensalada no tenía sardinas de Nantes, pero sí un aguacate que ha tardado días en madurar y hoy estaba en todo su esplendor. Y seguimos con nuestra dinámica de infusiones a media mañana, a media tarde y por la noche, porque bueno es tomar mucho líquido y ya sabemos que las hierbas son todas buenas para algo. Lo de las infusiones se ha convertido casi en un rito.

Los aplausos de ayer por la tarde volvieron a traernos la mirada de Sofía. También de Diego. Aunque estamos en una era muy tecnológica, a los niños las sopladeras les siguen fascinando. Intenté comprar hace unos días en el estanco de mi barrio, pero no había. Así que le hemos imprimido varias fotos con ristras de globos de muchos colores y las hemos pegado en nuestra ventana. No son de verdad, pero en estos días vivimos como en un ensueño, y lo único que es verdad son los afectos, lo demás es ciencia ficción. Por eso, las sopladeras pintadas en un papel son un mensaje de esperanza que tratamos de personalizar en Sofía y Diego. Buen día.