Publicado el

DIARIO DE CUARENTENA. Jornada 43: Hoy es hoy. (26/04/2020).

 

La celebración esta semana del Día del Libro ha hecho que se me active la memoria de momentos literarios que he podido vivir durante muchas primaveras. Es verdad que se han hecho esfuerzos en los que se ha procurado la presencia virtual de escritores y escritoras en distintos foros, pero está claro que nada hay que sustituya la presencia real, los actos en los que nos vemos físicamente. El protagonista es el libro, pero quienes escribimos tenemos ese día como referencia, aunque ahora los soportes tecnológicos hacen posible que una obra exista fuera de su tradicional casa de papel. Ha habido participaciones en actividades realizadas a través de la red, pero deseamos que esto pase pronto y volvamos a tener el contacto directo con la gente, sin quitar la importancia de las nuevas tecnologías, pero necesitamos el calor, el olor y el latido de la vida en toda su plenitud. Me gusta la gente, compartir momentos, entendernos con palabras y miradas; eso me falta, nos falta, y este 23 de abril se ha notado muchísimo.

dav

Estos días nos llegan imágenes de animales que ocupan determinados hábitats porque los seres humanos han dado un paso atrás. Lo que me sorprende es que haya quien tenga esa circunstancia como buena. Es verdad que el trato que hemos estado dando a La Tierra ha sido terrible, pero una cosa es buscar nuevas maneras sostenibles de relacionarse con el planeta y otra negar la importancia humana. Hemos visto completamente vacías calles y plazas muy emblemáticas, tanto cercanas como por todo el mundo. Eso no me produce alegría; todo lo contrario, la razón primordial de la existencia de la calle y la plaza es ser lugar de encuentro de las personas. Ver vacías la calle de Triana en Las Palmas, la plaza de San Marcos en Venecia o cualquier vía que es el paisaje habitual de cada persona en su población es como mínimo inquietante. Seguramente con otros modos, pero eso tenemos que recuperarlo.

Hoy estamos expectantes porque los niños y las niñas pueden empezar a recuperar la ciudad. A ver qué tal les va a los menores de mi calle, asunto del que tal vez sepamos algo cuando esta tarde coincidamos desde las ventanas. Ayer salieron como siempre Sofía y Diego, ella con sus maracas y muy bailona y Diego espléndido en su camiseta a rayas rojas y blancas. Y mientras tanto, esperamos siempre alguna buena noticia; al menos que no nos confundan. Les deseo un buen domingo, cada vez más cerca del final de este episodio. Hoy es hoy.

Publicado el

DIARIO DE CUARENTENA. Jornada 42: Cada cual con su retrato. (25/04/2020).

 

Escribir un diario en confinamiento tiene el peligro de que puede acabar convirtiéndose en El Día de la Marmota, porque, hasta que la situación no vaya evolucionando y existan nuevos elementos, un día acaba siendo muy parecido al anterior. Se puede hablar, como hago yo, de una aventura culinaria o de otras actividades que, también,  acaban siendo repeticiones. Y ese es el problema del diario y del propio confinamiento. Otra cosa es que lo que se cuenta se centre en el día pero vaya por otros caminos, para lo cual es necesario ponerse el mono de trabajo de la literatura, que, como han dicho los clásicos, es un río de trabajo y unas gotitas de inspiración, pues ya también se ha repetido que, cuando lleguen las musas, es mejor que te pillen escribiendo.

Si de algo está sirviendo este episodio tan desventurado es para que se dibujen los retratos de la gente. Hay quien es alarmista y siempre está enviando mensajes o comentando cosas negativas, otras personas se interesan por cómo están los otros y las que más me gustan son aquellas que siempre comparecen con un empujón afectuoso o unas risas propias o buscadas en un chiste, aunque este sea malo. Estas últimas son las que más ayudan. En cuanto a quienes tienen alguna presencia pública o responsabilidad colectiva, prefiero a los que dan sin pedir. Por suerte, hay muchas personas así, y estoy convencido de que también serán las que arrimarán el hombro para salir adelante en el futuro inmediato. Ese juego de relaciones de poder sin sentido, que resulta incomprensible en estas circunstancias, son la inutilidad misma. Porque en situaciones como esta lo fundamental es pensar en los otros.

Ayer, mi compañera habló por el patio con el padre de Olivia y Lucía, las dos gemelas del piso que linda con el nuestro. Y, por supuesto, vimos a Sofía, una niña como las demás pero que es para nosotros el símbolo inocente de una época difícil de comprender hasta para las personas adultas. A las siete estuvo en su puesto, esta vez en brazos de su madre y con sus maracas rojas, que se han convertido en sus preferidas. Diego hoy salió muy despierto con su madre, con ojos ávidos de información, que dentro de muchas décadas seguirá en algún rincón de su cerebro y sus padres aliviados porque mañana podrán sacarlos un ratito a la calle. Seguimos adelante. Buen día.

Publicado el

DIARIO DE CUARENTENA. Jornada 41: Lluvia y esperanza. (24/04/2020).

 

Como hoy es el día 41, enfilamos una etapa que no sabemos cuánto durará y cómo va a ir evolucionado. Ya se habla más de confinamiento que de cuarentena, seguramente porque al final el significado se impone a las propias palabras. Hemos pasado de los mensajes en los que se predicaba taxativamente que había que quedarse en casa por encima de cualquier otra consideración a escuchar cómo se habla de reapertura de hoteles o incluso de la posible celebración de actividades deportivas. Seguramente habrá que tratar de recuperar la vida de siempre, pero choca ese cambio de discurso, aunque seguramente tengan razón.

Ya los niños pueden salir y desde luego los adultos que los acompañen van a tener que ir con cuatro ojos, porque, si bien los más pequeños suelen ser disciplinados cuando asumen un compromiso, la vitalidad propia de su edad puede empujarlos a ser lo que son, niños que quieren vivirlo todo, tocarlo todo. Estoy convencido de que esta nueva etapa nos dará algunas claves para ver cómo podremos seguir avanzando. Luego están los pequeños comercios, que será toda una lección de civismo e imaginación. Pero mi pregunta sigue siendo la misma: ¿cuándo se va a normalizar la venta de mascarillas con garantías?

Ayer la tarde se puso gris, lluviosa en algunos momentos, y cuando salimos a la ventana el ambiente estaba desapacible. Dicen que donde hay lluvia hay esperanza. La calle estaba mojada y algunas ventanas no se abrieron, seguramente para resguardarse, porque ahora tenemos precaución para no resfriarnos, aunque nada tenga que ver con la pandemia, pero mejor si no añadimos otros elementos de preocupación. Sofía sí que volvió a salir en brazos de su padre, esta vez con la pandereta de los primeros días. Y ha cogido confianza y saluda sonriente desde que nos ve. Pronto se ha acostumbrado a la nueva ventana. Buen día.