Publicado el

La importancia social de los museos

 

Hoy es Día Internacional de los Museos. Para mucha gente, un museo es un edificio en el que se guardan y exponen cosas, una especie de almacén con cuidados, con objetos relacionados como el arte, la historia, la ciencia o cualquier otra disciplina. Esa idea estática del mueso ha ido evolucionando y en las últimas décadas se han convertido en centros vivos de cultura en cualquiera de sus facetas. No debemos confundir un verdadero museo con esas exposiciones permanentes en la que no hay otra actividad que la de conservar un legado, actividad valiosa, por supuesto, pero que no es lo que hoy persigue un verdadero museo.

En Canarias, los museos no pertenecen a la Comunidad Autónoma, suelen se responsabilidad de instituciones locales, sea ayuntamientos o, preferentemente Cabildos. Los museos de la isla de Gran Canaria se han ido revitalizando en las últimas décadas, e incluso se ha creado uno, el CAAM, que es ejemplo de actividades más allá de exposiciones permanentes, pues mantiene un dinamismo que va de la investigación a la pedagogía social, con un marchamo de modernidad que ha hecho escuela, paralelamente a otros centros en toda España, que han creado una nueva idea museística.

Pero no debemos olvidar la intensa actividad de museos como los dedicados a Pérez Galdós, Tomás Morales, Antonio Padrón o Fernando León y Castillo, ubicados en caserones que tuvieron relación con los homenajeados. Es obvio que los cuatro guardan con mimo objetos, manuscritos y bibliografía, pero son, sobre todo, centros de investigación y difusión, centros vivos que se abren a otras áreas, personajes y disciplinas.

Tampoco podemos pasar por encima de una institución como la Casa de Colón, que, además de albergar un valioso patrimonio, es centros de investigación y debate sobre la Historia de Canarias y sede de actividades conectadas con el mundo hispanoamericano, sin olvidar su relación con las artes y las letras.

Hay otros museos que figuran como tales o que emprenden actividades en ese ámbito, como el Museo Néstor, ubicado en Pueblo Canario, en un edificio nacido de los diseños del pintor Néstor Martín-Fernández de la Torre y que guarda varias colecciones fundamentales en la trayectoria del artista. Es evidente que hay en la ciudad otros museos que tienen interés artístico, religioso o científico, como el Museo Diocesano o el de La Ciencia.

Pero sin duda la joya de la corona de los museos de la ciudad, la isla y acaso de todas Canarias, sea el Museo Canario. Es una institución privada, creada por el Doctor Chil y Naranjo y que conserva una de las colecciones etnográficas más importantes del mundo, el mundo cromañón, las momificaciones, y tipo de vida aborigen que es reflejo del de otras latitudes, un lugar en el que hay un campo para la investigación infinitos, y que los grancanarios deberíamos valorar en su gran dimensión. Por eso, hoy, Día Internacional de los Museos, deberíamos valorar el gran patrimonio y la gran labor que realizan nuestros museos, sin los que no se entendería la cultura de esta sociedad.

Publicado el

Habrá que preguntarle a Montesquieu

Montesquieu estableció claramente los tres poderes de una democracia: legislativo, ejecutivo y judicial. Se supone que los tres se equilibran entre sí, pero es evidente que cada uno de ellos tiene unas tareas concretas. Cuando estas se entremezclan, se crea la confusión y no queda clara esa división de poderes.

 

Ahora mismo está pasando en España. Para generar unas políticas paralelas, es necesario que el poder legislativo trace unas normas que deban ser seguidas por todos, en este caso por las comunidades autónomas. No se entiende que, en la actual situación de la pandemia, cese el Estado de Alarma, que confiere capacidades a las autonomías por delegación del ejecutivo central, que es lo que ha sucedido en los últimos meses. Y cesa sin que se haya producido un corpus legislativo que respalde decisiones de los distintos territorios según sus circunstancias. Es como si no hubiera Parlamento, porque la mayor parte de las sesiones se pierden en guerritas estúpidas que luego no se concretan en algo tangible. Se parecen más a discusiones de barra de bar, en las que no se toman decisiones.

 

Por otra parte, en ese juego diabólico y peligroso en el que ha entrado la política española, no sería ninguna novedad que, quienes ahora demandan esa legislación se hubieran opuesto a ella en el Congreso, en un juego digno de los más hábiles trileros. La conclusión es que quienes están hoy en la dirigencia política no están dando la talla, porque no se afrontan los asuntos, solo se descalifica al adversario.

 

Esto determina que, para este tema, estemos en un limbo jurídico, y se da la circunstancia de que las decisiones finales las bendicen o las anulan los poderes judiciales, y en las mismas circunstancias en unos territorios ven denegada por los tribunales la misma propuesta que es aprobada en otros. Esto, de entrada, es injusto, pero si luego hay recursos será el Tribunal Supremo quien tenga la última palabra. Es decir, el poder judicial toma decisiones que tendrían que estar en manos del ejecutivo. Pero, claro, si el legislativo no ha hecho su trabajo, se crean estas situaciones en las que parece que quien gobiernan son lo tribunales. Esta judicialización forzada de la política es el resultado de la mala gestión, tanto del gobierno como de la oposición.

 

Así las cosas, no hay que dejarse llevar por alarmistas que hablan de que es el caos, pero también es cierto que en una situación tan compleja como la actual cada palo debe aguantar su vela, y cada institución debe asumir las responsabilidades que le son inherentes. A menudo, el miedo al error hace que no se tomen medidas, porque los políticos cuidan a veces más su imagen que su gestión, y a nadie le gusta que un tribunal le anule unas medidas. Está claro que aquí no se han hecho los deberes (ni gobierno ni oposición), y todavía los porcentajes vacunales no permiten que se pueda recuperar la normalidad soñada. La desescalada debe basarse en datos científicos, no en pulsos de soberbia de unos y de otros. Solo espero que el pueblo sea más fiable que sus dirigentes, aunque los antecedentes tampoco invitan al optimismo. Habrá que preguntarle a Montesquieu.

Publicado el

La tentación de la literatura

Desde hace unos meses, los nuevos libros de autores y autoras de Canarias están llenando los estantes de las librerías, y esta llegada de nueva literatura se ha intensificado este mes de abril, digo yo que por aquello del Día del Libro. Solamente enumerar las nuevas ediciones llevaría mucho espacio, pero es importante señalar que han aparecido varias colecciones, algunas rescatadas, otras muy novedosas, pero todas con una calidad y un rigor importante.

 

Bastaría para estar contentos que se haya ampliado la Biblioteca Básica Canaria con la intención de añadir nombres de mujer, unos porque en su momento quedaron relegados, otros porque se han hecho acreedores en este nuevo tiempo a formar parte de esa colección, que en este caso es del Gobierno de Canarias, pero hay otras que son totalmente privadas, y sin menoscabo de nadie tengo que nombrar la recién llegada colección Nectarina y la ya clásica y de largo recorrido temporal Puentepalo.

 

En tiempos tan complicados, hay que quitarse el sombrero ante las editoriales, la mayoría muy pequeñas, que hacen un esfuerzo por mantener viva la edición en Canarias. Si ya era difícil el mundo del libro antes de la pandemia, ahora lo es mucho más, pero tal vez esas dificultades han espoleado la necesidad de poner en circulación nuevas obras.

 

No estamos hablando de diletantes, tratamos de gente muy profesional, que ha sabido escoger sus libros, y la gran noticia es que da gusto ver cómo se llena el ambiente de nueva narrativa y sobre todo de mucha y buena poesía. Hay pocos momentos que yo recuerde en el que se edita tanto y de tanta calidad.

 

Escribir en tiempos de pandemia tiene un plus, porque son otros los ruidos que nos llegan de todas partes. Pero se ha escrito, y bien; sobre todo, se ha editado. Probablemente el Día del Libro de este año haya sido uno en los que más novedades isleñas han llegado a las librerías. Y es que la literatura es vida, y es necesaria para ayudar a caminar por este mundo que a veces se nos hace incomprensible, como salido de una novela del género fantástico.

 

Por eso saludo esta eclosión de literatura y la que se anuncia para próximos meses. Están publicando todas las generaciones vivas de Canarias; los recién llegados anuncian con sus obras que hay creatividad y calidad para rato. Las generaciones con más recorrido, están todas en un gran momento. Cuando vas a la librería, tienes el gran dilema de que hay que escoger entre muchas tentaciones, aunque la mayor parte de las veces lo que ocurre es que caes en ellas. Caer en la tentación de la literatura creo que no es pecado.