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Se va el caimán

Esta canción con ritmo colombiano se hizo muy popular en los años cincuenta, y como decía que se iba para Barranquilla (ciudad caribeña), la gente de por aquí lo cambiaba por «se va por el barranquillo». El caso es que, en tiempos difíciles, el pueblo le saca punta a todo. Hubo un gobernador civil al que, como se repartía leche en polvo en las escuelas para mitigar el hambre, lo llamaban La Vaca Lechera, en alusión a la canción también de moda entonces que acababa con un tolón-tolón que pasaba la censura sin problemas. Cuando lo relevaron, la gente cantaba: «Se va la Vaca Lechera / y ahora viene el Caimán/, el gofio es a medio duro / y el pan a una perra más», con música del Caimán, y de paso ya le cayó el mote al siguiente. Y cuando se fue, pues la cantaron la estrofa de marras, como si el cambio de gobernador influyera decisivamente en la forma de vida de la gente.
zzcaiman[1].JPGEsa canción habría que cantársela a Berlusconi, y esta vez el caimán se va directo al banquillo de los acusados, pues ahora no hay aforo que lo salve. Se ha ido otro caimán, el griego Papandreu, y pronto Zapatero también se irá para Barranquilla. La cosa es que los relevos no son como para bailar ritmos costeños, pues en Grecia entra un tipo que ha sido vicepresidente del Banco Central Europeo y dirigente para Europa de la famosa banca americana Goldman/Sach, muy implicada en la horca que han puesto a algunos estados europeos; en Italia el candidato es tibio y para sostenerlo hay contar con el partido de Berlusconi; y en España parece que está todo el pescado vendido -salvo sorpresa cósmica- y tampoco veo que el candidato cantado sea la Virgen de Lourdes. Y si surge la sorpresa, el otro tampoco. Una cosa es segura: se va el caimán, pero no sabemos si lo que viene es la vaca lechera, el maná del desierto o la charanga del Tío Honorio. ¡Ah! Y hay quien espera un cambio… Como decía el torero del cuento, «Hay gente pa’ tó».

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La era de Acuario

Desde hace algunos años -ya bastantes- vengo observando cómo la gente en general y a todos los niveles tiene comportamientos irracionales, disparatados y en muchos casos dados a la violencia gratuita, sea verbal o física. Y eso echa por tierra las teorías de los seguidores de las teorías del zodíaco, que afirmaban que cuando entrásemos de lleno en la Era Acuario todo sería amor, paz, entendimiento y concordia. No soy nada entendido en asuntos esotéricos y astrales, y desde luego muy poco entusiasta, pero, por lo que parece, estas etapas, que llaman eras, son largas, cientos de años, y por lo visto el tránsito de la una a otra -no sé siquiera cuál fue la anterior- sucede paulatinamente, zsssamor-y-paz[1].jpgy ese traspaso comenzó en los años sesenta, lo que dio lugar al movimiento hippie y aquello de «haz el amor y no la guerra», que quedó reflejado en la ópera-rock Hair, de la que es muy conocida la canción Aquarius. Se decía en los años setenta que en cuarenta años acabaría el tránsito, por lo que ya hay quien habla de que esa idílica Era Acuario entraría definitivamente el 21 de diciembre de 2012, cuando otros aseguran que se acabará el mundo según los muchos agoreros habidos (Nostradamus, el calendario maya, la Gran Pirámide…) y sus intérpretes. A la espera de esta nueva era nacieron movimientos como el New Age, pero yo es que no veo por ninguna parte esa concordia y esa nueva escala de valores positivos que anunciaban. Nadie escucha a nadie, los dirigentes se vuelven locos por intereses personales, como el primer ministro griego, que por una jugada política personal puede hacer volar a Europa por los aires, hay agresiones sin justificación (ninguna la tiene, pero algunas se hacen por mero deporte). Es decir, está ocurriendo todo lo contrario de lo que llevan cuarenta años anunciándonos, y los más entusiastas de estos asuntos ya empiezan a cambiar el discurso, y de ser un nuevo tiempo de paz y armonía se están sumando al milenarismo del fin del mundo. Para colmo, en Canarias nos estalla un volcán.

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¿Adivinos? No, realistas

Hay momentos históricos a los que muchos se apuntan, como la presencia de casi todo el mundo en París en Mayo del 68 (si hubiera estado toda la gente que dice que estuvo, París tendría que tener cuatro veces su espacio real), o los que dicen que anunciaron la caída del Muro de Berlín y el final de la URSS. Esto último era previsible, lo que no se sabía era si tardaría un año o tres siglos, porque todos los imperios suben y bajan, ha ocurrido siempre, y me hace gracia cuando se dice que la causa de la caída del Imperio Romano fue la descomposición interna del poder, con tipos lunáticos en la cima como Calígula o Nerón. Parecen olvidar que, después de estos -que vivieron en el siglo I-, el imperio duró otros cuatro siglos, hasta que Alarico entró en Roma y depuso al útimo emperador romano. Es decir, se sabía que Roma iba a caer, y sabemos que caerá Estados Unidos, y China y todos, y surgirán otros, pues ha pasado con Egipto, Mongolia, Turquía, Inglaterra, Francia, Alemania y, por supuesto, la URSS. La clave es saber cuándo ocurrirá, porque si no no hay videncia, como en la muerte, pues podemos anunciar a cualquiera que sus días acabarán, y con los imperios pasa lo mismo.
zztttn.JPGLo que no es del todo cierto es nadie previó la actual crisis económica. Desde hace treinta o más años, la gente del pueblo, la que suma dos más dos, decía que el cemento no podía crecer infinitamente y que un día todo caería y no nos podríamos comer los ladrillos. Cuando en diez años el valor de mercado de un piso se triplicó, los más viejos advertían que aquello estaba inflado, denunciaban lo que ahora los expertos llaman burbuja inmobiliaria. Y es que la gente sabe mucho de economía real, que es la que finalmente funciona, y lo que ha habido estos años ha sido ilusionismo. Ya no quedan conejos en la chistera, y eso la gente sabía que ocurriría en algún momento. Por lo tanto, no eran adivinos, simplemente pensaban con lógica.