El PSOE, el sistema y la madre que…
Acabarse la investidura del nuevo Presidente y empezar a moverse fichas en el PSOE ha sido todo uno. Está claro que es una puesta en escena, que esperaron el tránsito después de las elecciones y ya están viendo la yugular del adversario ante el congreso de febrero. Los nombres son lo que menos importa en un proyecto político, pero está claro que los liderazgos acaban imponiéndose incluso a las ideologías. Pasó con Felipe González y ha vuelto a pasar con Zapatero, lo que significa que el PSOE es ahora mismo socialdemócrata nominal, porque en la práctica (en el poder) ha hecho neoliberalismo por muchos paños calientes que quieran ponerle.
Se dice a menudo (yo mismo lo he dicho) que España necesita una oposición fuerte. Pues ahora me contradigo: lo que España necesita es un partido socialdemócrata de verdad para que haga oposición desde esa perspectiva, y que la aplique cuando llegue al poder. Si esa franja va a ocuparla el PSOE o no es problema del PSOE, porque a los españoles las luchas intestinas de los partidos nos importan un bledo, lo que nos interesa es el debate político, el proyecto, el camino que dicen trazar. No entiendo la saña con que en los últimos tiempos se empleaba el PP contra Zapatero, si en realidad estaba haciendo política neoliberal, justo lo que nunca debió hacer un socialdemócrata. ¿Que no se podía hacer otra cosa? Sí se podía, se puede, pero han dejado que manden quienes nunca pasan por las urnas.
Si el PSOE se derrumba y se convierte en un partido testimonial como algunos anuncian apocalípticamente (no creo que pase) es secundario, ya vendrán otros a ocupar ese espacio, y si no, tendremos liberalismo a ultranza hasta el día del Juicio Final por la tarde, que enriquecerá aun más a unos pocos y empobrecerá a la mayoría; es decir, el negativo de lo que es la socialdemocracia. Es responsabilidad moral y patriótica de los socialistas que eso no suceda. Y cuando se habla de que esto o lo otro es malo para el sistema me entra la risa floja. ¿Qué sistema? Si eso que llaman «el sistema» es lo que nos ha llevado al filo del abismo como sociedad, por mí que reviente… Claro, que habría que tener algo que lo sustituya, y algo serio y basado en las ideas. Las ideologías no han muerto, eso es lo que quieren que creamos, y ahora el PSOE nos dará su medida real.
Lo cierto es que, conociendo a posteriori los detalles de la preparación y realización del atentado y las inexplicables (por tibias) reacciones del aparato del Gobierno, hay que plantearse muchas preguntas, porque no es verosímil que las maniobras de los ejecutores en las semanas anteriores al hecho pasaran desapercibidas por un entramado policial represivo tan sofisticado como el que es habitual en todas las dictaduras. Unos decían entonces que aquel atentado fue un mazazo para Franco, otros aseguran que, al conocer la noticia, dijo: «No hay mal que por bien no venga», y se interpreta esta frase como que se había quitado una piedra en el camino de la futura Transición, lo que pone a Franco en la idea de que el franquismo acabaría cuando él desapareciera y por lo tanto sabía que España se convertiría en una monarquía parlamentaria. Esto es mucho especular, y resulta difícil meterse en la cabeza de un personaje como Franco, que nunca dio la menor muestra de interés por nada que no fuese a mayor gloria suya. Pero sin duda, aquel 20 de diciembre influyó en el futuro, lo que no sabemos es cuánto hubo de casualidad y cuánto de planificación. Tal vez nuestros nietos lleguen a saber la verdad, como con el asesinato de Kennedy. Mientras tanto, sigue habiendo material para novelas y películas de ambiente conspirativo.